"El hombre de la máscara de espejos" - Vicente Garrido y Nieves Abarca

Tenía muchas ganas de estrenarme con esta pareja de escritores que, con ésta, llevan ya tres novelas publicadas. Al final, como a veces me pasa, he empezado por el final: por la última novela, “El hombre de la máscara de espejos”. Me ha gustado tanto que no tardaré en ponerme con la primera y la segunda entrega de esta nueva serie de novela negra.

Éstas son mis impresiones

Vicente Garrido y Nieves Abarca

Vicente Garrido Genovés es profesor titular de la Universidad de Valencia. Su importante obra científica se ha dado a conocer al gran público a través de sus ensayos de divulgación científica, entre los que destacan El psicópata, Cara a cara con el psicópata yAmores que matan.

Sus estudios sobre la personalidad delictiva y sus programas de tratamiento con criminales han hecho de él un profundo conocedor de la mente violenta. Garrido fue el primer criminólogo español que colaboró en la captura de un asesino en serie a través de la realización del perfil criminológico del sospechoso.

Ha impartido numerosos seminarios especializados a los cuerpos y fuerzas de seguridad en España y América, así como a jueces y fiscales. El Ministerio de Justicia le concedió la Cruz de San Raimundo de Peñafort.

Nieves Abarca, estudió Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela y obtuvo un máster en Periodismo por la UOC. Ha realizado estudios de anatomía patológica y medicina legal, y es especialista en perfiles criminales.

Ha sido directora de una revista de divulgación cultural, además de colaborar en varias publicaciones y programas de radio de A Coruña y Ponferrada. Es funcionaria de carrera y durante trece años estuvo destinada en un cuartel de la policía.

Junto a Vicente Garrido ha publicado las novelas Crímenes Exquisitos y Martyrium, que han tenido excelentes críticas y gran éxito entre los lectores.

Datos técnicos

Título: “El hombre de la máscara de espejos”
Autores: Vicente Garrido y Nieves Abarca
Editorial: Edciones B
Edición: rústica con solapas
Publicado en octubre de 2014
Páginas: 544
ISBN: 978-84-666-5565-1
Precio: 21 euros edición en papel

Argumento

Dos expertos criminólogos retratan la mente del psicópata en una novela negra adictiva. La esperada continuación de la serie protagonizada por Valentina Negro y Javier Sanjuán.

La inspectora Valentina Negro lucha por superar los traumáticos recuerdos de su último caso, cuando estuvo cerca de perder la vida a manos de un asesino en serie. Pero la maldad no da tregua: pronto se ve envuelta en una nueva y escalofriante cadena de muertes. La ayuda del criminólogo Javier Sanjuán será clave para desentrañar una compleja trama relacionada con la desaparición de varias chicas y el rodaje de unas terroríficas películas snuff que recuerdan extrañamente al cine expresionista de Fritz Lang.

El dolor, la belleza y la locura se dan la mano en las páginas de esta adictiva novela negra, que es al mismo tiempo un excelente retrato de la mente del psicópata firmado por dos expertos criminólogos. Las páginas de El hombre de la máscara de espejosson una invitación a asomarse al abismo a través de una historia trepidante que engancha y estremece desde la primera página.

Impresiones

La primera novela de estos autores que he leído no podía haberme gustado más. Me ha encantado. Me ha enganchado, me ha entretenido y me ha mantenido en vilo desde el principio hasta el final. Ahora me arrepiento de no haber leído antes las dos primeras entregas de la serie, “Crímenes exquisitos” y “Martyrium”, la primera de las cuales tengo en el kindle desde hace muchísimo tiempo.

Lo primero de todo, deciros que estamos ante una serie de novela negra. Mi duda era si se podía leer esta tercera entrega sin haber leído las anteriores así que, ni corta ni perezosa, se lo pregunté a una de las autoras, Nieves Abarca, a la que sigo en Twitter desde hace tiempo. Me dijo que sí, sin problemas, por lo que le hice caso y empecé por ella. Efectivamente, se puede leer sin problemas (lo que no quita que, evidentemente, sea mejor empezar por el principio –como todas las series y sagas-). La protagonista y algunos otros personajes aparecen ya en la primera entrega por lo que, para ver sus caracteres y cómo evolucionan según las experiencias que van viviendo (que, por lo visto en ésta, fueron muchas y de las que marcan), es mejor leerlas en orden. De hecho, en esta tercera novela se hacen bastantes referencias a los casos anteriores –¡qué ganas de “conocer” a ese artista y a ese peluquero!-. Pero las referencias se hacen de forma adecuada, sin revelar nada transcendental (para no fastidiar a quienes, como yo, no las hemos leído pero tenemos intención de hacerlo, pero dando los datos justos para entenderlo todo. Así que, lo dicho, mejor si empezáis a leer la serie por la primera entrega pero ningún problema si, como yo, decidís empezar la casa por el tejado.

Siempre me han llamado la atención las novelas escritas a cuatro manos. ¿Cómo se reparten los autores el trabajo? ¿Cómo se ponen de acuerdo? En una de las que he leído (Madrid, 1605) ellos mismos lo explican al final: uno pone las ideas y otro escribe. En otros casos, los dos escritores escriben. En este supuesto, en algunos casos se notan las diferencias de estilo (ahora mismo no recuerdo el título, pero hace años leí una novela de unos autores franceses en la que se notaba demasiado y no me acabó de convencer); y en otros casos, no se nota nada. No sé cómo se habrán distribuido el trabajo Vicente y Nieves pero la cuestión es que el resultado final es perfecto: no se nota nada, parece que todo haya sido escrito por la misma mano.

Ya sabéis que la novela negra me gusta y más cuando está escrita a ritmo de thriller. Ésta es de ésas. Es una novela que ya engancha en el primer capítulo. Un primer capítulo que casi podríamos considerar una sub-historia dentro de la trama principal porque en ella se plantea un asunto criminal y se resuelve. Es un capítulo que no puedes parar de leer y que sirve para ponernos en situación respecto a la protagonista, la inspectora coruñesa de policía Valentina Negro.

A partir de ahí, se plantea otro caso. Un caso terriblemente complicado. Un caso difícil y muy duro en el seno del cual se realizan asesinatos horrorosos. Secuestros, torturas, asesinatos…, realizados por el peor de los motivos.

Parque de Betanzos

Me han gustado mucho los personajes de esta novela. Sobre todo, la protagonista Valentina Negro. Una mujer que ha sufrido mucho en la investigación de unos crímenes anteriores (para ver exactamente cuánto, tendré que leer Martyrium) y que aún arrastra secuelas. Se le ha abierto un expediente y el abogado de un abyecto delincuente detenido por ella le ha puesto una denuncia por lesiones. Así que su superior decide encargarle un caso menor: la desaparición hace dos años de una mujer. En su día se archivó por falta de pruebas y jamás se supo de la desaparecida. Pero Valentina es mucha Valentina y enseguida descubre una pista. Una pista que le llevará a una trama mucho más peligrosa de lo que cualquiera hubiera pensado.

La protagonista está muy bien caracterizada. Lo mismo que Sanjuán, un criminólogo expareja suya que ayuda a la policía a realizar perfiles criminales. Me ha gustado su relación y me ha encantado la manera en la que la lleva Sanjuán.

La novela transcurre en distintos escenarios: A Coruña, Madrid, Ponferrada, Valencia. Normalmente, lo hace en lugares concretos (una casa encantada, mansiones, castillos rehabilitados), los cuales aparecen descritos con las palabras justas para hacernos una idea cabal de los mismos sin cargar la acción pues, ya os lo he dicho, esta novela es un auténtico thriller, un “page-turner” muy rápido. Y eso es lo bueno: los autores consiguen caracterizar bien los personajes, escenificar bien los lugares donde transcurre la acción, sin por ello perder ni una pizca de ritmo.

El argumento me ha parecido buenísimo. Los autores desarrollan una trama complicada y lo hacen de forma adecuada: con giros y sorpresas varias, ritmo acelerado en ocasiones, alguna pausa para respirar y mucha, mucha, pero que mucha acción.

Sarah Bernardht

Hay un equilibrio entre la narración y el diálogo. El diálogo agiliza la historia; la narración profundiza. Es un libro bien escrito en el que, repito, no se nota que hay cuatro manos y dos cabezas. Una trama bastante original que trata un tema –que no menciono para no desvelar nada- que a mí siempre me ha puesto los pelos de punta (no entiendo como hay gente que disfruta con cosas como ésa). Los autores consiguen que podamos ver las escenas que nos describen; podría decirse que es una novela muy cinematográfica.

Hay escenas durillas que ponen los pelos de punta. Al estar tan bien descritas, realmente como lectora he podido “verlas” en la imaginación y, claro, no me ha gustado lo que veía. Me parece impensable que gente normal (aparentemente, al menos) cometa crímenes como los aquí descritos y que disfrute haciéndolo. Es casi más entendible la postura del psicópata; pero cuando el criminal es alguien que parece normal, que tiene un trabajo decente, una familia, una proyección social, que parece un buen hombre, las cosas son más difíciles de comprender. Desgraciadamente, existen personas así y, ya sabéis, la realidad siempre supera la ficción.

Me han gustado mucho ciertas menciones que hace la novela; menciones culturales: lugares de España, actores y actrices, poemas, películas… Cómo no, cuando leía algo que me llamaba la atención, cogía rauda la tablet para ver una imagen de ese escenario o esa persona que aparecía en el libro. ¡Cuánto enriquecen estas cosas la lectura!

La historia la cuenta un narrador omnisciente que, desde fuera, nos introduce en un mundo de pesadilla. Sin hacer uso del morbo fácil, consigue trasladarnos lo peor del ser humano y meternos en un mundo de pesadilla.

Si ya el libro me enganchó desde la primera página, no os digo nada cuando llegué, más o menos, a la última cuarta parte. Ahí sí que ya no podía parar. Si es que, además, cuando faltaban unas 150 páginas, me parecía que ya estaba todo el bacalao cortado. ¡Qué ingenua! Aún faltaba la mejor parte. Un final auténticamente de infarto, que no pude parar de leer. De hecho, yo diría que la última parte no la leí sino que la devoré. Hacía tiempo que no leía un libro que me atrapase tanto.

Conclusión final

El hombre de la máscara de espejos ha resultado ser una gran lectura. Entretenida, adictiva y sorprendente; con un argumento bastante original, un ritmo frenético, unos personajes la mar de interesantes, una trama bien urdida y bien desarrollada… Sin duda, un gran descubrimiento. Como comprenderéis, ahora necesito leer las dos entregas anteriores. Ya tengo fecha para “Crímenes exquisitos”. Si queréis leerlo conmigo y con otros blogueros, pasad por aquí

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