"Murió por los pelos" - Nacho Docavo

Hace un par de meses, desde la editorial Ypsilon (especializada en libros digitales) me ofrecieron este libro, que acababan de publicar. La verdad es que me llamó la atención; el humor siempre lo hace y si, encima, viene revestido de un toque negro, mucho mejor. Así que no me lo pensé demasiado. Al poco, Leira de El rincón de Leira, convocó una lectura conjunta y decidí apuntarme. A pesar de los múltiples compromisos literarios que siempre tengo, como el libro era cortito y prometía unas horas de diversión, pensé que podría colarlo entre lecturas más densas. Así fue y, os adelanto, lo he disfrutado mucho.

Éstas son mis impresiones

Nacho Docavo

Nació en Madrid en 1955.

Antropólogo de profesión ha recorrido el mundo en busca de paradojas etnográficas.

De sus increíbles viajes y experiencias han surgido las historias que le han llevado a publicar, a lo largo de los últimos veinte años, una quincena de libros con diversas editoriales, entre los que destacan La inteligencia del agua y la serie juvenil Las Aventuras de Camaleón.

Datos técnicos

Título: “Murió por los pelos”
Autor: Nacho Docavo
Editorial: Ypsilon
A la venta sólo en versión digital 
Publicado en septiembre de 2014 
Páginas: 148
ASIN: B00NF5K0F2
Precio : 1 euro

Argumento

La delirante historia de Manuel Cantera, un funcionario sin funciones que se verá envuelto en una trama de calvos y asesinatos de la que sólo podrá salir airoso usando su imaginación y su extraordinaria capacidad de improvisar.

Cantera tiene que hacerse con la fórmula que los jíbaros utilizan para reducir las cabezas de sus enemigos, una poción que curará para siempre la alopecia y que promete beneficios millonarios a aquellos que obtengan su patente.

Para conseguirla tendrá que viajar a lo más recóndito de la selva de Ecuador en busca de la comunidad indígena que ya en el pasado le acogió y que conserva el secreto ancestral que evita la caída del cabello. Una vez de vuelta en España, Manuel deberá esquivar todas las trampas a las que le somete una multinacional sin escrúpulos, la misma que ha raptado a su novia y que amenaza con hacerla desaparecer...

Impresiones

Si tuviera que describir este libro en un par de palabras éstas serían las elegidas: alocado y divertido. Un libro cuya única función es entretener y divertir al lector y lo consigue con creces. Pero, además, como pasa (casi) siempre, encima aporta algo más pues, quieras que no, siempre aprendes alguna cosilla. En este caso, sobre los jíbaros y el proceso de reducción de cabezas (que, oye, igual no son conocimientos muy útiles, pero la cultura nunca ocupa lugar, ¿no?)

Estamos ante un libro de humor y eso ya se nota en cuanto conocemos al protagonista: Manuel Cantera, un funcionario sin funciones. ¿Cómo es posible eso? Manuel es antropólogo, funcionario de un nuevo museo. Un museo ya creado, lleno de tesoros arqueológicos peeero, aún no abierto al público. No pasaría nada si fuera cuestión de días pero es que ya llevan así varios meses. Manuel y sus compañeros de trabajo madrugan todos los días para irse a trabajar. Abren el museo, se colocan en sus respectivos puestos y… a esperar que llegue la hora de salir. Porque no tienen nada, absolutamente nada que hacer. ¿Absurdo no? Pero la falta de presupuesto por la crisis es lo que tiene…

En Madrid, donde Manuel vive, han aparecido dos vagabundos muertos. Decapitados. Y las cabezas no han aparecido. Un inspector de policía requiere la ayuda de Manuel: él es experto en un curioso pueblo amazónico: los jíbaros. Sí, esos que reducen las cabezas de sus enemigos, muertos en la batalla, hasta que alcanzan un tamaño parecido a la de la cabeza de una muñeca. Y es que la policía sospecha que las cabezas de los vagabundos han sido reducidas tal y como lo haría un jíbaro cualquiera.

No queda todo ahí: los responsables de una corporación cosmética que están investigando las causas y las soluciones a la alopecia, un problema que preocupa a un montón de gente en el mundo, también requieren la ayuda de Manuel. Al principio éste piensa que ellos pueden ser los asesinos, pero no: le ofrecen pagarle sustanciosamente para que viaje al país de los jíbaros y les convenza para que les enseñe el proceso de reducción de cabezas. Y es que, por si no lo sabíais, estas cabezas –que no dejan de ser cabezas muertas- mantienen su pelo intacto, lleno de fuerza y vitalidad.

Así que Manuel se dirige a la selva y a una aventura en la que no faltarán pueblos amazónicos, venenos, asesinos y, sobre todo, muchos calvos.

Como os podéis imaginar leyendo la sinopsis y lo que os he contado yo, éste es un libro que lo único que pretende es hacer pasar al lector un rato divertido y entretenido. Y, en mi caso al menos, lo ha conseguido. No es un libro que me haya hecho reír a carcajadas, pero sí que he esbozado alguna sonrisa que otra al hilo de las cosas absurdas que hace nuestro simpático protagonista. Es un libro que bebe de muchos géneros y que, en cierta forma, es una parodia de ellos. Hay asesinatos y secuestros, robo de secretos industriales, amenazas…, por lo que tiene un toque de intriga y misterio. Es también una novelita de aventuras. Una novela de humor. Hasta tiene unligero toque romántico. Y eso en menos de 150 páginas. Por lo que podréis deducir que es un libro en el que pasan muchas cosas. Lo cual unido a una lectura ágil y amena hace que sea un libro para leerse casi de tirón.

A pesar de que es un tanto absurda y que se ríe de sí misma, también da lugar a toques serios y a la descripción de ambientes y hechos bien documentados; me refiero a lo que nos cuenta de los jíbaros y del proceso de reducción de cabezas. El propio autor es antropólogo de profesión y se nota que sabe de lo que habla. Pero, además, lo cuenta de forma muy amena por lo que, al mismo tiempo que te diviertes, aprendes.

Está narrado en primera persona por el protagonista, Manuel Cantera. La narración en primera persona a veces funciona y otras no; en este caso funciona porque busca y consigue la complicidad del lector. En ocasiones parece como que el propio Manuel se dirige a nosotros, los lectores, para contar, entre risas, una historia absurda y disparatada: la suya. El autor utiliza un lenguaje coloquial y sencillo, fácil de leer.

A mí el protagonista me ha parecido gracioso. Una se imagina a un funcionario de museo serio y formal, un tanto aburrido. Pero en cuanto le dan cuerda, saca a relucir su espíritu de Indiana Jones y nos hace pasar un rato de lo más entretenido. El planteamiento es un tanto absurdo, para qué negarlo; lo mismo que el comportamiento de Manuel: ¿quién puede pensar que, por ejemplo, cuando es secuestrado por dos matones se ponga chulito y se meta con ellos? Pero así es Manuel, un “echado palante”, un valiente que no se arredra ante nada. A mí me ha parecido gracioso, sobre todo porque no tiene problemas en reírse de él mismo.

Conclusión final

En definitiva, he disfrutado mucho leyendo “Murió por los pelos”. Un libro cortísimo, que no da respiro pues está lleno de acción, diversión y entretenimiento. Un libro que se lee en un suspiro y que he disfrutado un montón. Ideal para intercalar entre lecturas más densas o duras.

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