César Pérez Gellida me conquistó, hace más de un año, con su trilogía Versos, canciones y trocitos de carne. Una trilogía con la que disfruté como una enana y que me hizo fan absoluta del autor. Por ello, cuando supe que publicaba novela, supe que tenía que leerla sí o sí y, además, a la voz de ya. Por suerte, gracias a Suma de letras, pude hacerlo en el seno de una lectura conjunta/simultánea, que se disfruta aún más.
Éstas son mis impresionesCésar Pérez Gellida
Nací en Valladolid en 1974.
Soy Licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Valladolid y Master en Dirección Comercial y Marketing por la Cámara de Comercio de Valladolid.
He desarrollado mi carrera profesional en distintos puestos de dirección comercial, marketing y comunicación en empresas vinculadas con el mundo de las Telecomunicaciones (Retecal), outsourcing (Grupo Norte) y la Industria Audiovisual (Canal Ocio Europa), hasta que en 2011, mi mujer y yo decidimos trasladarnos a Madrid con nuestro hijo para poder dedicarme en exclusiva a mi carrera de escritor.
En mayo de 2013 me otorgaron el Premio Racimo de oro de Literatura.
Ha escrito:
.- “Memento mori”
.- “Dies irae”
.- “Consummatum est”
.- “Khimera”
Datos técnicos
Título: “Khimera”
Autor: César Pérez Gellida
Editorial: Suma de letras.
Edición: tapa dura con sobrecubierta
Publicado en marzo de 2015
Páginas: 544
ISBN 9788483658390
Precio: 19.90 euros la edición en papel / 9,99 el ebook
Autor: César Pérez Gellida
Editorial: Suma de letras.
Edición: tapa dura con sobrecubierta
Publicado en marzo de 2015
Páginas: 544
ISBN 9788483658390
Precio: 19.90 euros la edición en papel / 9,99 el ebook
Argumento
Tras el éxito de Memento mori, Dies irae y Consummatum est, un thriller literario que algunos ya han calificado de obra maestra, llega Khimera
El mundo cambiará para siempre 2054.
Tras la Guerra de Devastación Global, la realidad social y geopolítica ha cambiado rotundamente. Los viejos conceptos de la democracia y el capitalismo han sido enterrados por las corrientes transhumanistas y la tecnofagia. El poder se concentra en manos de las grandes corporaciones, sin embargo todavía queda un cabo suelto, un molesto inconveniente que se escapa de las afiladas uñas de la Asamblea: Khimera. En la arriesgada búsqueda de un enigmático personaje conocido como el bogatyr -héroe para algunos y villano para otros-, están puestas las últimas esperanzas de aquellos que luchan para lograr que el mundo cambie para siempre. César Pérez Gellida, autor de la trilogía Versos, canciones y trocitos de carne, éxito absoluto de crítica y ventas en el último año, vuelve a la narrativa sobrepasando todas nuestras expectativas y rompiendo sus propios cánones con un relato que estilísticamente recuerda a la habilidad creativa de J. R. R. Tolkien y a la maestría visionaria de George Orwell o William Blake. Una reinvención del thriller literario al más puro estilo Gellida que algunos ya han calificado de obra maestra.
Impresiones
Empecé el libro sin haber leído entera la sinopsis. ¿Para qué? No hacía falta: el libro venía firmado por César y para mí eso ya era una garantía de que me iba a gustar. Sí que había oído que no era una novela negra como su anterior trilogía sino, más bien, una novela de corte futurista. Como no me gusta la ciencia ficción y no quería alarmarme ni hacerme ideas raras, pasé de leerla y, directamente, empecé a leer el libro. Y me llevé una buena sorpresa.
Para los fans de la famosa trilogía que esperen encontrarse algo similar, un consejo: haced borrón y cuenta nueva. No esperéis nada, no esperéis encontraros una especie de cuarta entrega de la trilogía o, en todo caso, algo parecido. Dejad la mente en blanco y permitid que César os sorprenda. Porque estoy convencida de que “Khimera” os va a sorprender mucho
Khimera nos traslada a un futuro cercano. La acción trascurre en los años 2037-2039 y en el año 2054. Vamos, a la vuelta de la esquina, no falta tanto para que ese futuro sea presente. Es, está claro, una historia de corte futurista pero no es ciencia ficción.
Durante el primer período –años 2038-2039- asistiremos a la Guerra de la Devastación Global. Una especie de Tercera Guerra Mundial que deja a la Primera y a la Segunda casi como un juego de niños. Los avances tecnológicos han hecho que las armas tengan muchísima más potencia destructora y que los muertos no se cuenten por miles ni cientos de miles sino por millones. Que sea posible destruir completamente una gran ciudad en cuestión de horas. Y eso sin el cuerpo a cuerpo, sino tranquilamente desde un despacho dando a un botón. La guerra está aún más deshumanizada –si es que alguna vez la guerra fue humana- porque, al menos cuando uno está en la trinchera o en la batalla, viendo caer a tus compañeros o al enemigo, digo yo que sentirá algo del horror que supone; pero cuando uno no tiene más que apretar y luego esperar que le den los datos de la destrucción, todo parece más irreal (y, creo yo, es más fácil apretar un botón que un gatillo)
Esta parte, si queréis que os diga la verdad, me ha parecido una novela de terror. Sí, como lo oís. Porque a mí no me dan miedo los zombies, los demonios o esos seres típicos de las novelas de miedo; por el sencillo motivo de que no creo en ellos. Pero sí me da mucho miedo que los países árabes se unan en una liga; los asiáticos en otra y Occidente en otra y empiecen a matarse entre sí. ¿A que no es difícil de imaginar? ¿Y a que da mucho miedo? Sinceramente, espero que César no sea un visionario y que todo el mundo que plantea haya salido de su mente calenturienta y no se dé jamás algo similar a lo que él se ha imaginado…
Durante el segundo período –año 2054 –conoceremos el nuevo mundo surgido tras la gran guerra. Un mundo que no tiene nada que ver con el anterior pues se ha comprobado que los sistemas políticos imperantes durante el siglo XX no funcionaban, así que han creado un sistema nuevo. Un sistema en el que está todo muy regulado, donde unos pocos detentan el poder -¿una tecnocracia?- y la gente está dividida en clases sociales que determinarán el lugar donde vivirán, el trabajo que harán… Un mundo muy intervenido y nada atractivo. Esta parte podríamos considerarla una distopía, ¿no os parece? Un mundo futuro creado tras una catástrofe…
En este nuevo mundo tendremos unos personajes que se dirigen a Lukomorie. Hace unos años hubo un proyecto, llamado Khimera, muy misterioso (por lo que nada os voy a hablar de él), que creó a unos curiosos personajes, los bogatyr. En el seno del proyecto se crearon varias bases pero en el año 2054 sólo quedan dos: Lukomorie y Siberia. A Lukomorie, situada en el territorio de exclusión africano, se van a dirigir una serie de personajes en busca del último bogatyr. Podría hablar largo y tendido sobre este nuevo mundo, sobre la forma en la que se organiza, sobre el lugar que cada uno tiene en él, pero creo que es mejor no hacerlo y que cada lector lo descubra por sí mismo.
Patricia Jones es una joven periodista londinense a quien su jefe le encarga ir a Lukomorie a entrevistar al último bogatyr. Para ello, el periódico contrata a un enorme senegalés que le hará de guardaespaldas. Ake Dahl es un científico noruego que ha descubierto una mutación genética que hace que, inmediatamente, sea perseguido por unos y captado por el MOC (Movimiento de Oposición Civil). La jefa del MOC, Petra Toivonen, le convence para ir con ella a Lukomorie. Finalmente, tenemos a Kai-Xi Chengwu y su hermana Bao; él es conocido como el Señor de Asia y tiene una cuenta pendiente con el último bogatyr. Así que su hermana y él hacen las maletas y se dirigen también a Lukomorie en su búsqueda. Obviamente, estos tres grupos de personajes se encontrarán y pasará lo que tenga que pasar.Junto a ellos, tenemos a Benjamin Hardin, presidente de la Asamblea de los Doce y, por ello, amo del mundo. Y Rusalka, un muy misterioso personaje que parece que lo sabe todo…
Los personajes no están muy desarrollados. No es un fallo, es que no queda otra. Tiene que ser así porque tienen guardados varios ases en la manga y saber de ellos es una de las razones que nos harán avanzar en la lectura. Pero al final todo queda desvelado y , entonces sí, les conoceremos en detalle.
En tema de personajes, no se me pueden olvidar los duendes. Así, como colectivo. Son el resultado de una mutación producida como consecuencia de las bombas que exploraron durante la guerra. Seres deformes que viven en los territorios de exclusión porque soy la mar de peligrosos
Dije al principio que este libro no tiene nada que ver con la anterior trilogía y así es, desde luego, en cuanto a temática. Pero, obviamente, al haber sido escritos por la misma persona, el estilo narrativo no puede ser demasiado diferente; y no lo es, por suerte.
Por ejemplo, el gusto de César por la música se traduce en que aquí no tenemos capítulos sino un preludio, cuatro movimientos y un rondó final. Y que el ritmo narrativo es ágil y “enganchante”. Pero, ojo, no desde el principio. El preludio y el primer movimiento son durillos. Cuesta leerlos. Son muchos datos, palabras raras (futuristas, supongo que algunas inventadas por él), una trama a la que no le acabas de ver el sentido (porque así tiene que ser) . Son algo así como setenta páginas que hay que leer con atención y calma; si lo leéis apresuradamente, no os vais a enterar de nada. Pero, oye, ni se os ocurra dejarlo. Haced el pequeño esfuerzo que supone leer con mucha atención esas hojas y seguir adelante, lo agradeceréis. Porque una vez que te metes en su mundo y le coges el truco a los personajes y las palabrejas, estarás ya irremediablemente enganchado. Y reconoceréis que el esfuerzo ha merecido la pena. Porque “Khimera” es un gran libro que tiene que ser leído. Y acabaréis disfrutándolo, hacedme caso.Conclusión final
Muy recomendable, sin duda
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