"La última noche en Tremore beach" - Mikel Santiago

Lo mío con este libro fue un auténtico flechazo. Fue ver su portada y su título en alguna red social y sentir que tenía que ser mío. Más cuando leí la sinopsis y ví que lo comparaban, entre otros, con “La verdad sobre el caso Harry Quebert” que tanto disfruté el año pasado. No tardé en tenerlo en mis manos y, en cuanto me quité algunos compromisos con fecha de caducidad, lo devoré. Os adelanto que mis expectativas se han visto cumplidas.

Éstas son mis impresiones 

Mikel Santiago

Mikel Santiago nació en un pueblo marinero de Vizcaya en 1975. El piano de su hermana, que siempre resonaba por la casa, despertó en él un apetito muy temprano por la música. De sus primeras lecturas recuerda las obras de Sherlock Holmes, Los Cinco y Edgar Alan Poe.

Ha vivido en Irlanda, de donde sacó las ideas para escribir esta novela, y actualmente reside en Ámsterdam, donde trabaja en el mundo del software. Cuando no está entre ordenadores, se dedica a escribir y a tocar la guitarra con su banda de blues-rock.

La última noche en Tremore Beach, su primera obra publicada de forma convencional, se ha convertido en un fenómeno antes de su publicación y ha hecho que se le compare con maestros como Stephen King, Jöel Dicker o John Connolly.

Además, ha escrito:

.- Historia de un crimen perfecto

.- La isla de cien ojos (y otros relatos de terror y fantasía)

.- Noche de almas (y otros relatos de terror)

Su página web: http://www.mikelsantiago.com/



Datos técnicos

Título: “La última noche en Tremore beach

Autor: Mikel Santiago

Editorial: Ediciones B

Formato: rústica, con solapas

Páginas: 424

Fecha de publicación: junio de 2014

ISBN: 978-84-406-9648-9

Precio: 18 euros



Argumento

Un compositor que ha perdido la inspiración.

Una casa aislada en una playa irlandesa.

Una noche de tormenta que puede cambiarlo todo.

Peter Harper es un afamado compositor de bandas sonoras para películas y series que no está en su mejor momento. Un divorcio traumático acabó con su inspiración y decidió alquilar una casita en una playa aislada del norte de Irlanda para intentar recomponer su corazón y, de paso, encontrar la inspiración perdida.

Pero una noche de gran tormenta, a pesar de que una voz interior le dice que no salga de casa, como había quedado con sus vecinos Leo y Marie –los únicos vecinos a la redonda- lo hace y, en el camino de vuelta, un rayo le alcanza de pleno. Le deja sin sentido pero, tras ser examinado por los médicos, parece que la única secuela es unos persistentes dolores de cabeza

Y que algo extraño le empieza a suceder: con ocasión de las migrañas más fuertes, tiene unas visiones en las que un grupo de hombres asesina a sus vecinos. ¿Son visiones del pasado o del futuro o sólo pesadillas? La ciencia médica lo tiene claro: pesadillas, pero a Peter le parecen muy reales y no sabe qué pensar…



Impresiones

Una novela que viene avalada con unas críticas estupendas tales como “prepárense para no despegarse de las páginas de esta novela hasta el final, para no respirar”- Juan Carlos Galindo, El País; «Una intriga psicológica de gran altura. Formidable.» Pedro Unamuno, El Mundo; «Personajes y atmósferas inolvidables en una trama que roza la perfección.» Juan Bolea, escritor y director de Aragón Negro; «La intriga aumenta de forma trepidante capítulo a capítulo. En las últimas cien páginas te será imposible parar de leer.» Esteban Navarro, autor de La noche de los peones

¿Tienen algo de base o es una buena campaña de marketing? Sin duda, lo primero. “La última noche en Tremore beach” es un thriller absorbente, que no da tregua, que engancha, que se pega a las manos y, como dice Esteban Navarro: “En las últimas cien páginas te será imposible parar de leer”. Literalmente, eso fue lo que me ocurrió. Las leí casi de un tirón, de tal manera que al final acabé medio mareada. Pero, aunque tenía los ojos y la mente cansados, es que no podía parar, necesitaba saber, necesitaba leer, y vaya si lo hice.

Doengal (Irlanda)

El protagonista es Peter Harper, un compositor de música para series y televisiones, con muchos premios en su haber, reconocido en los medios, que, a raíz de un divorcio traumático, ha perdido su inspiración. Su mujer y sus hijos de ocho y trece años se han quedado viviendo en Amsterdam, con la nueva pareja de su ex, y él ha decidido poner tierra y agua de por miedo y aislarse en un pequeño pueblo costero del norte de Irlanda, para intentar recomponer su vida.

La vida en Donegal es muy tranquila. Se trata de un pueblo pequeño, con pocos habitantes, donde todos se conocen, y él pronto se hace un hueco. Se hace amigo de sus únicos vecinos, Leo y Marie, ya que todos ellos viven fuera del pueblo, en la playa; y entabla también una relación con Judie, una preciosa joven que regenta una de las pocas tiendas del pueblo.

Todo parece muy idílico, ¿verdad? Pues lo es, en realidad, hasta que es alcanzado por un rayo y las cosas cambian radicalmente. Él ha heredado de su madre la facultad de presentir cosas, una especie de sexto sentido al que, desde luego, no le hace mucho caso, pero que está ahí. No obstante, parece que el rayo lo ha exacerbado hasta el punto de que ve escenas, muy cruentas, en las que sus vecinos, Judie, incluso sus hijos, corren un gran peligro. Los médicos creen que son pesadillas, consecuencia del estrés post-traumático, pero a él le parecen tan reales que llega a creer que realmente todos están en peligro.

¿Y lo están o es todo producto de su imaginación? Pues, obviamente, para saberlo tendréis que leer el libro que, como se suele decir, hasta aquí puedo leer.

Yo estuve totalmente intrigada durante toda la historia. Me planteé varias posibilidades: que fueran pesadillas y él se estuviera volviendo loco, que fueran visiones de cosas que ocurrieron en el pasado en la casa de la playa, que fueran visiones de cosas que iban a ocurrir en el futuro…, pero la verdad es que no podía decantarme por una de ellas. Iba de una a otra sin parar y las tres me parecían posibles. Estuve totalmente desconcertada durante casi toda la novela, sin tener ni idea de dónde me quería llevar el autor.

La historia está narrada en primera persona por Peter Harper. Ya he comentado en muchas ocasiones que me encanta esta forma narrativa, que me acerca mucho más al protagonista y consigue implicarme más en lo que me están contando. Máxime cuando el protagonista es alguien con quien puedes conectar, que te cae bien, que te interesa que llegue a buen puerto. Su personaje es el que mejor perfilado está pero también los demás personajes –que no son muchos y todos tendrán su lugar en la función-, están bien caracterizados y con entidad propia.

Como cualquier thriller que se precie, hay bastante diálogo y mucho, mucho, pero que mucho ritmo. Pero lo que hace diferente a esta novela de otros thrillers –en mi opinión- es que el autor controla la tensión narrativa dando una de cal y otra de arena. Me explico: tenemos un capítulo de ésos que te dejan temblando, que hacen que no te puedas despegar del libro y tengas, necesariamente, que leer el siguiente. ¿Y qué ocurre en el siguiente? Pues que rebaja la tensión, que nos cuenta hechos más tranquilos, más anodinos si queréis, menos intrigantes. Puede resultar raro, porque normalmente los autores de thrillers lo que quieren es ir aumentando y aumentando la tensión sin “retrocesos” que puedan hacer que el lector se desanime. Pero, ¿sabéis qué? Que funciona. Que aunque parezca increíble, esta especie de retrocesos no son más que descansos para coger aire y luego venir con más fuerza. Lo que consiguen, o han conseguido en mi caso, es dotar de más interés a la historia y de ralentizarla en ocasiones para poder saborearla un poco más.

Eso hasta que, más o menos a unas cien páginas del final, se convierte en un auténtico page-turner que ya no pude parar de leer. La última parte es vertiginosa, “atrapante”, interesantísima. No da tregua, por lo que os aconsejo que no os pongáis con ella si no tenéis un rato largo por delante, porque no podréis parar de leer. Y no valen excusas como trabajo, estudios, compromisos, citas o sueño; simplemente, no podréis parar de leer. Avisados estáis.

Estamos ante una novela de misterio, con tintes de thriller –o un thriller con un componente de novela negra, quién sabe- , un toque de terror y otro de fantasía, no protagonizada por ningún policía, detective, abogado, juez, periodista….; nadie del gremio. Y es que ni siquiera hay una investigación propiamente dicha, aunque sí que hay malos y crímenes; tampoco estamos ante métodos tradicionales de investigación; aquí todo es diferente y original.

La localización espacial es buena. Sin grandes descripciones, el autor logra trasladarnos a un lugar idílico, hacernos sentir las terribles tormentas que azotan la zona, conocer a los personajes del pueblo y, sobre todo, meternos en la cabeza de Peter y conocer sus pensamientos y sentimientos.



Conclusión final
Si buscáis un thriller que os atrape desde la primera hoja hasta la última, que os presente unos buenos personajes, una buena localización, una mezcla perfecta entre misterio, terror y fantasía, que esté bien escrita y que, en definitiva, os haga disfrutar como enanos, “La última noche en Tremore beach” no os defraudará.

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