"Cuatro esquinitas tiene mi cama" Fernando Méndez

Me fijé en este libro en cuanto lo vi en el catálogo de novedades para el primer trimestre de este año de la editorial Suma de letras. Imposible no fijarse con ese curioso título y esa preciosa portada. Así que leí la sinopsis, y ya estaba perdida. Ya sabéis que me gustan este tipo de historias inocentes, divertidas, que proporcionan un instante de felicidad.

Así que no tardé en hacerme con él y en leerlo; otra cosa ha sido escribir la reseña, que ha tenido que esperar, al menos, un par de semanas…

Éstas son mis impresiones.

Fernando Méndez

Fernando Méndez (1964), periodista y escritor español nacido en Buenos Aires. 
Es uno de los periodistas de investigación más premiados de España. Recibió, entre otros, el Premio Nacional Reina Sofía de Periodismo y el Premio Xunta de Galicia sobre Drogodependencias. En sus veinticinco años de experiencia profesional trabajó en los diarios Faro de Vigo y La Región, en las áreas de judicial, sanidad y sociedad.

Colaborador de prensa, radio y TV, fue jefe de prensa y director de comunicación en diferentes instituciones de Galicia.

Es máster en Drogodependencias y miembro de FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España).

Cuatro esquinitas tiene mi cama es su primera novela en castellano, con la que inicia la innovadora senda del humor espiritual. Una obra para sonreír e ilusionarse.

Datos técnicos

Título: “Cuatro esquinitas tiene mi cama”
Autor: Fernando Méndez
Editorial: Suma de Letras
Edición: rústica, con solapas
Fecha de edición: febrero de 2014 
Páginas: 400
Precio: 17 euros en papel/ 7,99 euros digital

Argumento

Lourdes es una florista separada y con una hija adolescente. Un día, como muchos otros, está trabajando en el cementerio, pues ha ido a llevar flores a una tumba. Y allí se le aparece alguien, o algo, que recibe el nombre de Armand. Un hombre joven y atractivo que le dice ser su ángel de la guarda. Tras la evidente incredulidad inicial, Lourdes se da cuenta de que es así: Armand es un ángel, su ángel, y ha venido a la Tierra en la que será su primera misión: ayudarle a limpiar el mal que ha hecho en sus vidas anteriores. Lourdes no se debió portar bien, especialmente cuando fue Cleopatra y, si no consigue solucionarlo antes de que su hija cumpla años, la perderá para siempre pues tendrán una terrible discusión y su hija no le volverá a hablar jamás.

¿Y cómo solucionar los desaguisados que hizo en vidas pasadas? Pues evidente: volviendo al pasado para devolver el mal por bien. Y es que su hermana, su padre, su hija y su exjefe son la reencarnación de personas que también se relacionaron con ella en vidas pasadas y a las que no trató precisamente bien.

Así, Armand va a llevarla de viaje –de viaje astral- hacia el pasado: volarán a Nueva York, a la Colonia del siglo I antes de Cristo, a la Ruta de la Seda, a Pompeya y, por supuesto, a Egipto ya que siendo Cleopatra fue cuando cometió las maldades más malosas…

Lo peor es que el tiempo apremia: sólo dispone de cuarenta y ocho horas…

Impresiones

Cuatro esquinitas tiene mi cama,
cuatro angelitos que me la guardan.

¿Recordáis esa oración infantil?

“Cuatro esquinitas tiene mi cama” es una novela de humor que, partiendo de una situación un tanto absurda que mezcla los ángeles cristianos y las reencarnaciones budistas, nos va a llevar de viaje por el espacio y el tiempo en una loca carrera para conseguir hacer el bien antes de que sea demasiado tarde.

“Lee este libro y sé feliz” dice el subtítulo de la novela. Y sí, es de ésos libros que aportan un ratito de felicidad. Uno de esos libros amables y divertidos, sin pizca de malicia, que te hacen disfrutar como una enana y leerlos con una sonrisita de satisfacción. Ya os he dicho alguna vez que a mí este tipo de libros me gustan siempre y, sobre todo, para alternar con novelas más crudas (como las negras) o que requieran una lectura atenta.

“Cuatro esquinitas tiene mi cama” es una novela con un cierto toque fantasioso: por los ángeles, reencarnaciones y viajes astrales pero con una base también muy real. Y es que la protagonista, Lourdes, se nos presenta como alguien real, a la que, eso sí, le va a pasar una cosa muy rara.

Es, sin duda, una novela de humor, escrita con mucho, muchísimo humor. Nos hará sonreir casi continuamente e incluso reir a carcajadas con las escenas más desternillantes –y hay unas cuantas-. Pero también nos hará pensar y nos mostrará qué es lo verdaderamente importante.

Lourdes es la protagonista absoluta de la novela. Para enfatizar su protagonismo, el autor le concede la palabra, por lo que será ella en primera persona la que nos contará su delirante historia.

Una historia de un ángel que se le aparece y le dará un ultimátum: o arregla los desbarajustes que hizo en sus vidas pasadas, o su hija dejará de hablarle. Lourdes es muy buena chica, no ha hecho daño a nadie en su vida, pero, ay, en sus vidas anteriores no debió ser tan buena. Especialmente, cuando fue Cleopatra, se portó terriblemente mal. Y ese mal la persigue por lo que ya es momento de arreglarlo. Así que tendrá que viajar a épocas pasadas para intentar arreglar ciertos desaguisados. Pero el problema es que es un poco patosilla y, aunque tiene buena voluntad, no siempre le salen las cosas todo lo bien que desearía por lo que acaba metiéndose en un montón de líos, a cada cuál más cómico.

Es un libro que se lee solo, sin darte cuenta. No es largo, son cuatrocientas páginas, pero es que, encima, la editorial nos regala una de esas ediciones con letra grande, muy cómoda de leer; de tal manera que las páginas pasan y pasan sin que te des cuenta. No cuesta el más mínimo esfuerzo, resulta muy entretenido y divertido y lo he leído con muchísimo placer.

El libro transcurre en diferentes escenarios: España y Nueva York en la actualidad, la Pompeya antigua, la Colonia del siglo I antes de Cristo, y el Egipto de la reina Cleopatra. No es que se den muchos datos de los escenarios, pero alguno se da y, sobre todo, lo mejor es los ojos con los que una mujer del siglo XXI ve los mismos. Hay escenas muy graciosas derivadas de las diferencias entre la actualidad y el pasado como, por ejemplo, cuando Lourdes es una bella joven que realiza junto a sus padres la ruta de la seda y ha de limpiarse con arena tras realizar sus necesidades.

El estilo es muy de la calle, muy natural. Lourdes habla como lo haría cualquier de nosotros, sin aspavientos ni artificios y con toda la naturalidad del mundo. No es un libro elaborado, sino un libro que busca el entretenimiento pero que, al mismo tiempo, da pie a la reflexión: nos incita a pensar sobre nuestras prioridades, lo que de verdad queremos que sea nuestra vida, el amor a la familia, el hecho de que hacer el mal siempre acaba por revertirnos… O sea, que es una lectura fácil y que pude parecer frívola pero que lleva oculto –y no demasiado- su mensaje.

Conclusión final

En resumen, “Cuatro esquinitas tiene mi cama” es una novela tierna, dulce, entretenida y muy muy divertida. Que más que hacernos reir a carcajadas nos hará sonreir pero esa sonrisa será constante en nuestra boca, desde el principio hasta el final. Una lectura ligera pero con mensaje, que he leído con gran placer.

Os la recomiendo.

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