“La lista de los nombres olvidados” . Kristin Harmel

La “culpa” de que haya leído este libro la tiene Carmina de De tinta en vena que fue tan convincente con su exquisita reseña, que no me quedó más remedio que leerla. Así que gracias Carmina porque gracias a ti he leído una novela que me ha entusiasmado.

Kristin Harmel

Kristin Harmel ya ha escrito cuatro obras de ficción para mujeres y dos novelas para adultos jóvenes.

Se han publicado artículos suyos en People, Ladies’ Home Journal, Glamour, Woman’s Day, Men’s Health, American Baby, Runner’s World, entre otros.

Vive en Orlando, Florida, Estados Unidos. 

Datos técnicos

Título: “La lista de los nombres olvidados”

Autora: Kristin Harmel

Traductor: Alejandra Devoto

Editorial: Martínez Roca

Colección: MR Emociónate

Edición: tapa dura con sobrecubierta

Fecha de publicación: 04/04/2013

416 páginas

ISBN: 978-84-270-3984-1

Precio: 18,50 euros la edición en papel /9,99 el ebook

Argumento

Rose es una anciana que padece Alzheimer. A su nieta Hope no le ha quedado más remedio que internarla en una residencia de ancianos para que la cuiden adecuadamente. Normalmente, cuando va a visitarla su abuela ni siquiera le reconoce pero de vez en cuando tiene momentos lúcidos. En uno de ellos, le da una lista de nombres y le dice que tiene que buscar a esas personas.

Hope acude a París, de donde es originaria su abuela, para intentar averiguar qué fue de las personas de la lista, todas pertenecientes a una familia apellidada Picard y desaparecidos durante la Segunda Guerra Mundial.

Hope descubrirá muchas cosas, entre ellas que su abuela no es quien ella creía que era…

Impresiones

Es éste un libro que me ha encantado; así, sin medias tintas. He disfrutado mucho leyéndolo,  degustando la riquísima bollería que hace Hope en su panadería, viajando una vez más por París y emocionándome con la historia de Rose.

Pero vamos por partes.

“La lista de los nombres olvidados” recupera, una vez más, el Holocausto. Mucho se ha escrito sobre ese tema, y desde muy diversas perspectivas. Así que podría pensarse que este libro es uno más, que aprovecha el tirón que este tema tiene para algunos de nosotros, para publicar una novela que es más de lo mismo. Puede pensarse, claro, pero estaríais equivocados porque “La lista de los nombres olvidados” tiene su propio estilo y su forma peculiar de abordar la cuestión, lo que la hace un tanto diferente de novelas de este tipo.

Para empezar, la novela está situada en la actualidad, no en la Segunda Guerra Mundial. Hay, por supuesto, recuerdos de aquella época, pero la acción transcurre en el presente. Hope, a solicitud de su abuela, va a iniciar una investigación para conocer y saber qué fue de unas cuantas personas cuyos nombres su abuela Rose ha escrito en una lista. Para ello, empezará utilizando el medio que todos utilizaríamos: internet. Hay listas de muertos y desparecidos; hay organizaciones que se han dedicado a intentar recuperar sus nombres y su destino, y a muchas de ellas se puede acceder en la red. Posteriormente, y como todo es mejor cara a cara, Hope tendrá que viajar a París. Allí, entrevistándose con ciertas personas, conseguirá reconstruir muchas cosas de la vida de su abuela y de la que fue su familia.

Otra cosa que la diferencia de otras novelas del género es que los protagonistas principales, Hope y Rose, no fueron víctimas del Holocausto. Normalmente, en estas novelas, los protagonistas son judíos que resultan perseguidos, encerrados en guettos, en campos de concentración… En este caso no es así porque Hope, que sí vivía en París en la época de la Segunda Guerra Mundial, consiguió huir justo el día anterior al de la detención de multitud de judíos. Al poco pudo llegar a España y de ahí a Estados Unidos. Digamos que sufrió la guerra mediante el auto-exilio obligado, pero no de la forma en la que todos solemos pensar cuando hablamos de 2ª GM, Holocausto, judíos, etc…

Finalmente, la tercera diferencia que encuentro a La lista respecto a las novelas típicas del género es que ésta es una novela amable, cálida y acogedora (lo cual no está reñido con su capacidad de emocionar, como luego os contaré). Ello se debe, sobre todo, a las múltiples referencias a la panadería de Hope. Hope detenta una panadería en Cape Cod, lugar al que llegó su abuela tras salir de París y casarse con un foráneo. Allí abrió una panadería en la que realiza dulces típicos que, Hope averiguará pronto, tienen un origen en su mayor parte judíos. Ahora, sufriendo Rose de Alzheimer, será Hope la que se ocupe de la panadería. A duras penas porque el negocio no va bien, tiene deudas que pagar y la separación de su marido y el cuidado de su rebelde hija no ayudan demasiado. Las escenas que transcurren dentro de la panadería, están muy bien descritas: con tanto detalle que casi nos llegan los riquísimos olores de los petit pain au chocolat, los cupcakes, el strudel… ummm! Y, un detalle que me ha encantado de la edición es que, de vez en cuando, antes de empezar algunos de los capítulos, la autora nos regala la receta de uno de los dulces que Hope cocina. Así, podremos degustar en nuestra propia casa el strudel de Rose, el famoso star pie, las magdalena de arándanos estrella polar… Aún no he cocinado ninguna de las recetas, pero tened por seguro que lo haré porque, además, no parecen nada difícil.

Estas referencias culinarias, tan dulces, dan a la novela un calor y un aroma de lo más agradable, que nos hace sentir a gusto, como en casa.

La historia de Rose y de la familia Picard en París es muy interesante. No se para demasiado la autora a la hora de concretar lo que le pasó a cada uno de ellos. No es ese tipo de novelas en las que se pormenorizan los horrores vividos. Quizás por eso, por simplemente decir cosas como “Pepito de los Palotes, muerto en Auschwitz en 1943” y concretar las cifras de judíos franceses que fueron detenidos en la redada del velódromo de invierno, los que fueron llevados a campos de concentración, los que murieron…., todo resulta aún más horrible. Si las historias concretas de judíos que murieron a manos de los nazis –ya sean reales, ya ficticios- nos producen horror y repulsión, las cifras descarnadas, las personas sólo representadas por un nombre, un apellido y una fecha, casi horrorizan más. Y eso que ellos, los que están en los registros de las organizaciones que surgieron, son “afortunados” porque de ellos al menos se sabe que murieron, dónde murieron y en qué fecha; de otros muchos ni eso se sabe, simplemente “desaparecieron”.

La búsqueda de Hope de las personas de la lista resulta muy interesante por todo lo que va descubriendo sobre ellas y, sobre todo, sobre su abuela que no es quien ella pensaba que era y que vivió cosas que jamás contó a su hija y a su nieta.

Es ésta una novela llena de sentimientos. Aunque hay algún dato histórico (lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial en Francia, haciendo hincapié en lo del velódromo de invierno) no podemos considerarla una novela histórica. Si hay que catalogarla de alguna manera, yo lo haría como novela de amor. Y es que en ella hay mucho amor. Hay dos historias de este tipo pero una –no os digo cuál para que lo descubráis vosotros mismos si decidís leer esta preciosa novela- es preciosa; una historia de un amor de esos grandes, que transcienden a todos los problemas que puedan surgir, que son eternas.

En cuanto al estilo, el libro está escrito de una manera correcta. Hay bastante descripción pero también mucho diálogo y todo transcurre de manera ágil y fluida. Es uno de esos libros que se leen solos, sin esfuerzo y que se disfrutan mucho.

Conclusión final

“La lista de los nombres olvidados” es una novela preciosa, agradable, cálida, llena de sentimientos, que me ha encantado y  me ha emocionado. Una novela que me ha conquistado completamente y que no dudo en recomendar.

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