"Brújulas que buscan sonrisas perdidas" - Albert Espinosa

Podría titular esta reseña como “a la tercera va la vencida” o “no hay dos sin tres”. Leí más o menos cuando se publicó “Todo lo que hubiéramos sido tú y yo si no fuéramos tú y yo” y, si bien no me disgustó –especialmente, porque me pareció un argumento muy original- me dejó a medias, con la sensación de que no había rematado bien una buena historia. “Si tú me dices ven lo dejo todo pero dime ven” lo leí porque me lo dejaron y me dejó más o menos con la misma sensación.

No tenía la intención de leer la nueva novela de Albert Espinosa. Como digo, sus dos anteriores obras, si bien no me habían disgustado, tampoco me habían encantado: fueron lecturas amenas y agradables, rápidas y sencillas pero poco más, no conseguí conectar del todo con sus historias. No obstante, si Mahoma no va a la montaña, la montaña irá a Mahoma: la editorial me ofreció el libro para leer y reseñar y, entre que una no sabe decir que no y que, no os voy a engañar, los títulos de este autor y las sinopsis de sus libros siempre me resultan, en principio, atractivos, dije que sí pensando “total, es un libro corto y ya sé que su estilo es ameno y fácil de leer así que no me voy a aburrir”. Hace unas semanas me llegó a casa y enseguida empezaron a salir reseñas elogiosas que hicieron que lo cogiera con más ganas de las que tenía en un principio pero con una cierta sensación de escepticismo. ¿Y sabéis qué? Que a la tercera va la vencida, que “Brújulas que buscan sonrisas perdidas” sí me ha convencido.

Albert Espinosa

Albert Espinosa (Barcelona, 1973). Actor, director, guionista de cine, teatro y televisión e ingeniero industrial superior químico. Ha superado el millón de ejemplares vendidos de toda su obra. Sus libros Si tú me dices ven lo dejo todo pero dime ven (marzo de 2011), Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo (marzo 2010) y El Mundo Amarillo (marzo 2008) se han traducido en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Italia, Polonia, Rusia, Serbia, Bulgaria, Portugal, Noruega, Finlandia, Corea, Grecia, Brasil, Turquía, Suecia, República Checa y Eslovaquia. Todos los títulos están disponibles en Ebook, encontrándose entre los libros más vendidos en este soporte.

Es creador de las películas Planta 4.ª, Va a ser que nadie es perfecto, Tu vida en 65', No me pidas que te bese porque te besaré y Héroes. Como actor obtuvo el premio al actor revelación del año con el doctor Utrera en la serie de TVE Abuela de verano. Colaborador habitual de programas de radio, también escribe semanalmente una columna en El Periódico de Catalunya. Asimismo es creador y guionista de los 13 capítulos de la exitosa serie de televisión Pulseras rojas, emitida por Antena 3, basada en su libro El mundo amarillo y en su propia vida y lucha contra el cáncer. La serie se estrenó en TV3 en enero de 2011, convirtiéndose en un fenómeno televisivo y uno de los mayores éxitos de la televisión pública en Cataluña. Polseres Vermelles fue galardonada con el premio al mejor guión en los Seoul International Drama Awards, y estuvo nominada a la mejor Serie en los Prix European 2011. Además, la serie ha sido comprada por la productora DreamWorks de Steven Spielberg y será adaptada por Marta Kauffman (creadora de Friends) para la cadena norteamericana ABC.

Datos técnicos

Título Brújulas que buscan sonrisas perdidas
Autor Albert Espinosa
Precio 16,90 €
Editorial Grijalbo
Fecha publicación marzo de 2013
Páginas 240
ISBN 9788425350795
Edición: tapa blanda con solapas

Argumento

El amor verdadero, la familia, la venganza, las segundas oportunidades, la sinceridad... En su nueva novela, Albert Espinosa nos sumerge en una emocionante historia protagonizada por unos personajes inolvidables que nos harán reflexionar y descubrir lo que es realmente importante en la vida.
El padre de Ekaitz se está muriendo: tiene cáncer y Alzheimer y no le queda mucho tiempo. A pesar de que hace años que no se habla con él –nunca se llevaron bien- dado que la mujer que le cuida no puede seguir haciéndolo, aunque nada convencido, Ekaitz vuelve a la casa del lago, la casa de su niñez. En ella creció junto a su hermano mayor, los dos gemelos, su padre y su madre. En ella murió su madre de una extraña enfermedad hereditaria que se ha manifestado en todos sus hijos.

Ekaitz es un hombre triste que no ha podido superar la reciente muerte de su mujer en un accidente de tráfico. Las gemelas son pequeñas y él no sabe hacerse cargo de ellas por lo que las deja muy a menudo a cargo de la viuda de uno de sus hermanos gemelos.

Mediante saltos en el tiempo, Ekaitz nos irá dando a conocer la historia de su familia y, poco a poco, él mismo irá reconciliándose con ella.

Impresiones

Leí “Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo” en un mal momento. Me encontraba en mi primer mes de un embarazo que fue bastante malo, sobre todo al principio, que no me dejaba concentrarme ni disfrutar de cosas con las que normalmente disfruto tanto, como la lectura. No sé si por eso o porque el libro realmente no me hubiese gustado en ningún momento, no llegué a conectar con él. Contaba entonces que era un libro de fácil lectura, ameno y con una historia bastante interesante, que mantenía una cierta tensión y que iba de menos a más hasta llegar a un final que consiguió sorprenderme. Pero también decía que, para mí, “el libro se queda un poco a medias. Es medio interesante, medio original, medio emocional, medio divertido, medio misterioso... medio de todo. Quizás se debe a que la novela es un tanto demasiado sencilla. Los temas que plantean hubiesen, quizás requerido, una mayor reflexión y una mayor profundización, tanto en los personajes como en las situaciones.”

Ello no impidió que leyese “Si tú me dices ven lo dejo todo pero dime ven”. Y entonces dije cosas como “No es un mal libro, no está mal, se lee bien, fácil y rápido…, tan fácil y rápido como se olvida”. “Que se intenta crear tensión narrativa pero que no se acaba de conseguir plenamente. No me gusta nada eso de “os voy a contar pero lo haré luego”: si tienes algo que contar lo haces ya y no des vueltas con ello porque, cuando al final me entero de qué era eso tan misterioso, no me parece tan interesante como para no haberlo contado al principio. Ésta es una técnica narrativa que puede dar buen resultado en ocasiones, no lo niego, pero que no lo da en este caso; al contrario, consigue que la historia pierda fuelle.” Finalmente, no me convenció de ese libro los tintes de autoayuda que tenía.

Bueno, pues todo lo que no me había acabado de convencer en las dos novelas anteriores, me ha convencido en ésta. No sé si es que la historia es mejor, o los personajes me han llegado más o que he leído el libro en el momento adecuado….; o bien que pensé que no me iba a gustar y lo leí sin expectativas y, precisamente por eso, me ha gustado. ¿Quién sabe? Lo cierto es que esta novela me ha gustado mucho más que las dos anteriores y me ha servido para reconciliarme con un autor sobre el que tenía serias dudas.

El estilo es el mismo que en sus novelas anteriores; está claro que el autor ha encontrado su propio estilo y eso es bueno. Puede gustarte o no; de hecho, leí hace días en alguna reseña (no recuerdo cuál, lo siento) que es un autor cuya prosa enamora u odias. No es mi caso, no estoy en ninguno de esos extremos: no es una prosa que me encandile pero tampoco me disgusta. Los libros de Albert Espinosa son libros fáciles de leer, que se leen a gusto. En ellos hay mucho diálogo y mucha frase dejada en el aire, con puntos suspensivos. Una técnica curiosa que no me dice nada en especial pero que tampoco me disgusta, la verdad.

El libro está dividido en 19 capítulos más bien cortos (en torno a las 10-12 páginas). Todos ellos vienen precedidos de un título. Los títulos tanto de los capítulos como de los libros de Espinosa son chocantes: largos, auténticas frases en muchos casos y que reflejan a la perfección el contenido (del capítulo o del libro, según el caso). Títulos como “El fascinante chico que sacaba la lengua cuando hacía trabajos manuales” (ése es mi padre jejeje), “Tics que movemos para que jamás nos controlen”, “Si él no fue un buen padre, no hace falta que nosotros seamos unos buenos hijos” etc… En muchos de sus títulos se contiene la palabra “que”, hecho que me resulta de lo más curioso.

La historia está narrada en primera persona por Ekaitz (nombre vasco, me ha resultado curioso encontrarlo aquí). En realidad, el nombre apenas se menciona, como tampoco se mencionan los nombres de los demás personajes a los que el autor se refiere según la relación que tengan con el protagonista: el padre, la madre, el hermano mayor, la esposa, las gemelas, los gemelos, el vecino… Los personajes no están muy desarrollados; pero con apenas unos esbozos conseguimos formarnos una idea de los mismos. Más que los personajes en concreto me ha parecido que lo importante es la idea que de ellos podemos formarnos como personas abstractas, con unos sentimientos y unas ideas más o menos generales como las relaciones de filiación, hermandad, etc… No sé si me explico. Es ésta una novela que habla de sentimientos: de pérdida (de la madre por unos niños, de la esposa…), de desarraigo (el odio hacia un padre que siempre se mantuvo emocionalmente alejado de sus retoños), etc… Una búsqueda de una explicación sobre la vida que lleva al protagonista a encontrar una forma de reconciliarse con todo lo que le ha ido pasando a lo largo de los años.

“¿Has perdido todas las sonrisas? Tengo una en el puñoY me mostraba su puño cerrado.-Si quieres te la regalo… Abro el puño y la coges al vuelo…Y ella abría el puño y yo sonreía. Era automático…Pero yo enseguida dejaba de hacerlo y ella volvía a la carga- Tengo otro puño y en él hay una sonrisa de oreja a oreja… ¿La quieres?Y abría nuevamente el puño y yo sonreía de oreja a oreja… Jamás le falló el truco…Jamás le faltaban sonrisas en los puños…”

En esta ocasión Espinosa me ha convencido. El estilo ya he dicho que nunca fue el problema en las dos novelas anteriores. El problema fue que no logré conectar del todo con ninguna de las dos historias y, sobre todo en el caso de la primera, que me pareció que no remataba bien una historia que me pareció tenía muchísimas posibilidades (su planteamiento es de lo más original). Pero en este caso sí que me ha gustado. Siendo la historia más normal (no es fácil imaginarse a alguien en la situación de Ekaitz, ni en la de su cuñada o su padre), ha conseguido incluso emocionarme y me ha parecido que estaba bien traída, bien llevada y bien finalizada.

“Siempre nos enseñó que las grandes cosas están hechas de las pequeñas… Si cuidas las pequeñas cosas, las convertirás en grandes… Si cuidas sólo las grandes, siempre serás pequeño…”

Finalmente, destacar algunas (muchas) de las reflexiones que se hacen al hilo de la historia, muy bonitas y acertadas, como la que os acabo de transcribir

Conclusión final

Me ha gustado. A la tercera va la vencida y, con estas brújulas he conseguido reconciliarme con un autor que a mucha gente apasiona y a mí no me decía nada especial.

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