“Todos los días son nuestros” - Catalina Aguilar Mastretta

Este libro llegó a mí por sorpresa. No había oído hablar de la autora ni del libro pero tiene una de esas portadas que llaman la atención. Al poco, una bloguera de confianza empezó a decir maravillas de él, así que lo adelanté en mi lista de pendientes

Éstas son mis impresiones

Catalina Aguilar Mastretta

Catalina Aguilar Mastretta (Ciudad de México, 1984) es guionista y directora de cine. Ha escrito y dirigido las películas Las horas contigo (2104) y Todos queremos a alguien (2017), y el cortometraje Tabacotla (2008). Suyos son los guiones de la serie histórica sobre México Gritos de muerte y libertad, estrenada en 2010, y del largometraje Echo Park (2014).

Todos los días son nuestros, su primera novela, ha sido alabada por la crítica mexicana por su mirada irónica, tierna y generacional.

Datos técnicos

Título: “Todos los días son nuestros”

Autora: Catalina Aguilar Mastretta

Editorial: Destino

Edición: tapa blanda con solapas

Fecha de publicación: septiembre de 2017

304 páginas

ISBN: 978-84-233-5281-4

Precio: 18,90 € en papel / 9,99 en digital



Argumento

María y Emiliano parecían una pareja indestructible, de esas que se conocenen el instituto, nunca pierden la pasión y terminan siendo dos adorables ancianos cogidos de la mano. Por eso, cuando llegan a la treintena y una noche, al volver de la fiesta de unos amigos, María empieza una discusión, nadie hubiese imaginado que la pelea terminaría con Emiliano haciendo las maletas y volviendo a casa de sus padres.

En su primera novela, la mexicana Catalina Aguilar Mastretta hace gala de la contagiosa ternura y el humor que ya ha demostrado en su carrera como directora de cine. Todos los días son nuestros es una novela generacional, irónica y divertida en la que dos jóvenes deben aprender a vivir sin la persona con la que creían que iban a pasar el resto de sus días. Una historia narrada con una cercanía conmovedora, que provoca carcajadas, sonrisas tristes y, sobre todo, una inmensa complicidad.

Impresiones

María y Emiliano acaban de romper. Tras conocerse en el instituto y empezar a salir tiempo después, llevan años viviendo juntos y parecían la pareja perfecta. Pero un día, por ningún motivo en especial, salvo el hecho de que se les ha roto el amor, él se va de casa. Y parece que es para siempre.

Hubo una pelea pero como tantas otras ha habido; no tenía nada en especial. Pero fue el detonante que hizo explotar una relación deteriorada.

Será ella, María, la que en primera persona nos va a contar su historia de amor. Ella sigue enamorada de él, Emiliano es parte de su vida: es su vida misma. A pesar de que a veces le saque de quicio, a pesar de que muchas veces fuese ella la que provocase las discusiones. María nos contará cómo tiene ahora que aprender a vivir sin él y, al mismo tiempo, nos relata lo que fue su historia de amor: cómo se conocieron, cómo empezaron a salir, cómo son sus vidas profesionales, quiénes son sus amigos, nos hablará de la familia de ambos... Aunque todo lo cuenta desde su perspectiva, conoce tan bien a Emiliano que es como si también tuviéramos su versión.

“Todos los días son nuestros” cuenta una historia muy normal. Porque, ¿quién no ha vivido una ruptura? Y es tan normal que ni siquiera hay más motivos para la ruptura que el mismo desgaste de la relación. No hay un hecho claro que puedas señalar como la causa del desamor: no hay una infidelidad, no hay malos tratos, no hay siquiera desamor. Pero la vida pasa, las personas cambiamos, las relaciones también lo hacen y a veces te das cuenta de que, a pesar de que quieras a una persona, ya nada es lo mismo. Porque tú misma no lo eres; y él tampoco. Lo expresa muy bien Catalina Aguilar nada más empezar la novela:

“– ¿Conoces a Emiliano Cervera?
¿A cuál de todos?, porque hay varios. Conozco al que dormía de lado con los ojos y los puños apretados como un niño. Al que se enterraba en mi pelo y me decía Mari, Mari, Mari, como una plegaria. A ése lo conozco o, bueno, lo conocí, pero en uno pasado, era el amor de mi vida, el viejo de mi vejez, el papá de los hijos que no tengo.”

Es una novela en la que no pasan grandes cosas. No hay sorpresas, no hay giros argumentales, no hay intriga. Por el contrario, hay sentimientos a flor de piel, hay amor, desamor, amistades, crecimiento…, hay vida.

“Todos los días son nuestros” nos habla de amor y de desamor pero también de muchas cosas más. De todas las cosas que giran alrededor de una pareja: familia, amistades, trabajo. Todas estas cosas que giran alrededor de María y de Emiliano sirven a la autora para tocar temas diversos: el trabajo, la superación personal, los amigos que son casi más que tu familia, las parejas divorciadas, los hijos de las parejas divorciadas, las convenciones sociales y las personas que no se rigen por el “como hay que hacer las cosas”, etc

Para ello elige a unos personajes que en la mayoría están en la treintena. Una edad en la que ya se han terminado los estudios, se ha elegido una carrera profesional, se ha independizado uno de la familia y por ello se mantiene con ésta una relación diferente de la que provoca la convivencia, una edad en la que se vive solo o en pareja, incluso en la que se ha vivido en pareja y ya no, una edad en la que uno se plantea el tema de los hijos para tenerlos o para decidir no tenerlos. Una edad perfecta para todas las cosas que quiere contar la autora

La protagonista sin duda es la propia narradora, María. Una mujer con la que es fácil conectar por lo cercana que se muestra y porque no le cuesta nada abrirnos su corazón. Es imposible no entender por lo que está pasando y ponerse en su lugar; es más, muy probablemente hayamos estado en algún momento en una situación parecida a la suya y, si no es así, tendremos gente cercana que sí lo ha estado. Pero no sólo María es entrañable, también lo son los demás personajes: Emiliano, Jaime Chico, Roberta, Paloma, su suegra Sandra, su encantadora mamá… La verdad es que todos ellos me han ganado

La autora escribe con mucho sentimiento. Es una historia, como he señalado más arriba, sin grandes sorpresas por lo que en ella importa casi tanto más que lo que pasa, el cómo lo cuenta la autora . Y ésta lo cuenta con mucho sentimiento y mucha cercanía. A veces se pone muy íntima e intimista y otras veces adopta un estilo más fresco y ligero, incluso divertido. Y es que María es así, que lo mismo llora que ríe.

Me daba un poquito de miedo la forma de escribir de la autora por el hecho de que fuera mexicana. Y es que a veces me cuesta con el español sudamericano. Pero no ha sido el caso. Obviamente, se nota “el acento”. Hay muchas palabras y giros que no usamos por aquí, que nos resultan un tanto extraños pero que a mí no se me han hecho pesados ni cuesta arriba sino todo lo contrario: me han gustado, le ha dado a la historia otro aire y no me ha costado cogerle el truquillo.



Conclusión final

No puedo sino recomendar “Todos los días son nuestros”. Una primera novela que está conquistando a quien la lee. Por la forma en la que está escrita, por los personajes tan entrañables que tiene y porque es muy fácil verse reflejado en muchas de las cosas que cuenta ya que, al fin y al cabo, habla de la vida misma

Podéis comprarla en Popular libros