“El carbonero” - Carlos Soto Femenía

Hoy os traigo la reseña de un libro del que estas últimas semanas se está hablando mucho y muy bien: “El carbonero” de Carlos Soto Femenía. Y yo os voy a hablar… también bien, como no podía ser de otra manera pues es un gran libro

Éstas son mis impresiones



Carlos Soto Femenía

Carlos Soto Femenía nace en Palma de Mallorca el 10 de diciembre de 1966. A corta edad se traslada a Madrid, donde permanece hasta cursar estudios universitarios. De regreso a Mallorca, ejerce su actividad laboral en diversos flancos del sector de la Informática. Ha publicado algunos relatos premiados en los certámenes Silverio Lanza de Getafe (Madrid).

Es autor de las novelas La unción (premio Alfonso VIII, editorial EDAF, 2004) y Enemigo innúmero (Playa de Ákaba, 2013).

Datos técnicos

Título: “El carbonero”

Autor: Carlos Soto Femenía

Editorial: Destino, colección: Áncora & Delfin

Publicado por primera vez en septiembre de 2016

Encuadernación: Tapa blanda con solapas

ISBN: 978-84-233-5140-4 

Páginas: 288

Precio: 17,50 en papel /8,99 en digital

Argumento

En un pequeño y tranquilo pueblo de la Mallorca rural, a los pies de la Sierra de Tramontana, Marc y su padre pasan meses entre pinos y encinas, en absoluta soledad, con la única compañía del otro. Rodeados por el silencio y la belleza de la montaña, viven atentos al constante proceso de la quema de las encinas, sacrificando el sueño y otras necesidades en una especie de vigilia sin fin. Así es la vida del carbonero: una existencia a medio camino entre la realidad y la ensoñación.

Pero ese remanso de paz queda truncado el día que la muerte irrumpe, inesperada y brutal, en las vidas de Marc y su padre, arrebatándoles de manera violenta a uno la madre y al otro la mujer.

Con una voz serena, por contraste con las angustias que explica, Soto Femenía se erige como un sólido narrador. Su tranquilidad sostiene un relato crudo y violento en el que nos encontramos con un protagonista que tendrá que afrontar el dolor por la muerte demasiado temprana, y, después, la sed de venganza al alcanzar la madurez y tomar consciencia de que la tragedia y la injusticia vital se sirven de todos nosotros sin preguntar.
Estamos sin duda ante una nueva vuelta de tuerca dentro de la narrativa del más alto nivel: un drama rural con fondo criminal que calará en lo más hondo del ánimo del lector gracias a la minuciosidad y delicadeza de una historia enmarcada en un entorno y un paisaje únicos



Impresiones

Nos encontramos en un pequeño pueblo de Mallorca situado a los pies de la sierra de Tramontana. Marc y su padre son carboneros y viven solos desde que, siendo Marc un niño, su madre fue salvajemente asesinada por un criminal o criminales desconocidos. Su padre, desde entonces –y han pasado siete años-, no dice palabra. Así, entre silencios, encinas y carbón, pasan ambos hombres sus días. Casi no se relacionan con nadie; apenas con Aina y Arnau, los hijos del buhonero, su único vecino; éstos, son jóvenes de la edad de Marc y sus únicos amigos que, además, le ayudan en el trabajo.

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Sitja

El carbonero” es una pequeña gran novela en la que los silencios y la contención sirven de freno a la furia y al drama que subyace en la historia que narra. Es una novela oscura aunque no me atrevería a calificar de negra; si bien hay muertes violentas, creo que lo que el autor quiere contarnos no es tema propio de una novela de intriga sino, más bien, de un drama. Y es que la carga dramática de la historia es brutal pero, no obstante, la forma tan contenida en la que el autor nos transmite los sentimientos de los implicados, hace que se cree una atmósfera muy especial. Y con ello llego al punto fuerte de esta novela: la ambientación. Es magnífica, no hay otra forma de describirla. Magnífica la descripción de los escenarios en los que transcurre la historia pero, especialmente, magnífica la forma en la que el autor nos mete allí y nos hace partícipes de una tensión narrativa brutal. Y la tensión no viene de lo que se cuenta sino de cómo se cuenta, de cómo el autor consigue crear una sensación de desasosiego en el lector que hace que éste esté continuamente en tensión, expectante, sabiendo que va a ocurrir algo.

La historia transcurre en una zona rural de la isla, muy cerca de las montañas. Lugares aislados, monte y montaña casi siempre. Todo es verde, parece un paisaje idílico pero yo lo veía de color gris oscuro. Y de idílico poco: tanta tensión me hacía sentir casi hasta claustrofobia. No sé muy bien cómo explicar cómo me he sentido mientras leía la novela porque es una situación muy curiosa: realmente, no pasaba gran cosa pero intuía que iba a pasar, que tenía que estar alerta para no perdérmelo.

Otro de los puntos fuertes de la novela son sus personajes. Es una novela de muy pocos personajes verdaderamente. Los más importantes son Marc y su padre, Aina y Arnau y el suyo y la señora de las tierras: una mujer llamada Joana que siempre ha sentido una cierta atracción por el padre de Marc, que hace que quiera ayudarle, a él y a su hijo. Los personajes están trazados con mucho mimo. El que más llega es Marc, pues sobre él pesa prácticamente toda la historia. Marc es un joven herido, que no ha podido superar la violenta muerte de su madre, que sufre por no saber quién la mató y que incuba en su interior una gran sed de venganza. Al mismo tiempo, es un hombre tierno que cuida devotamente de su padre desde que éste quedó profundamente tocado por la muerte de su mujer. Junto a ellos tenemos dos personajes femeninos: Aína es la luz de la novela, una joven risueña y llena de sueños y de esperanza en el futuro. Joana es un personaje complejo, la señora de la zona por herencia, dura en su relación con los paisanos pero tierna cuando se dirige a Marc o a su padre.

Será Marc, en primera persona, el narrador encargado de contarnos la historia. Un narrador sereno y contenido que nos hará partícipe de sus angustias y, cuando toque, de sus planes de venganza. Nos meteremos en su cabeza y acabaremos entendiéndole. Y, sí, no aplaudiremos lo que hace, su forma de administrar justicia, pero le entenderemos porque hemos estado en su cabeza y nos ha abierto su corazón. Sentiremos, como él, que no podía hacer otra cosa.

El autor tiene un estilo directo, duro, descarnado, crudo, desprovisto de cualquier adorno o artificio, muy contenido. Juega al contraste entre la forma desapasionada en la que el narrador –Marc- cuenta los hechos y la ebullición de sentimientos que hay en su interior. Contraste que se adivina más que se ve y que hace crecer en el lector un gran desasosiego. No es un thriller, no es un libro adictivo, no goza de un ritmo rápido y, sin embargo, una vez empiezas no podrás parar de leer. Es inevitable ir hasta el final de la historia, como inevitable es que pase lo que pase.

Muy interesante e instructivo es la forma en la que el autor nos habla de un oficio tradicional: el de carbonero. El carbonero que construye sitjas para quemar allí carbón. Quema que deberá vigilar continuamente, sin dormir, sin descansar. Un oficio difícil, cansado, arriesgado y, sobre todo, muy solitario, pues obligaba al carbonero a estar en el monte durante largos períodos de tiempo.



Conclusión final

En fin, “El carbonero” es una novela realmente sencilla en su exterior y compleja en su interior, narrada de forma magistral por una de las voces más contenidas que he tenido ocasión de leer en los últimos tiempos. Un libro diferente que te conquista desde la primera hoja.

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