“Las chicas” - Enma Cline

Hoy os traigo la reseña de uno de los libros que más fuerte está pegando en esta rentrée literaria: “Las chicas”, primera novela de una joven autora que acaba de publicar Anagrama y que está teniendo mucho éxito en todos los países donde se ha publicado, habiendo incluso un proyecto para llevarla al cine

Éstas son mis impresiones

Enma Cline

Emma Cline (Sonoma, 1989) es licenciada en Bellas Artes, y cursó un máster en escritura creativa en la Universidad de Columbia. Ha trabajado como lectora para The New Yorker y ha publicado textos de ficción en revistas como Tin House o The Paris Review, que en 2014 la consideró merecedora de su Plimpton Prize. Las chicas, su primera novela, llega precedida de un murmullo de expectación internacional: los derechos de traducción se han vendido en treinta y cinco países, y el reputado productor Scott Rudin planea adaptarla a la gran pantalla.

Datos técnicos

Título: “Las chicas”

Autora: Enma Cline

Traducción: Inga Pellisa

Editorial: Anagrama

Edición: tapa blanda con solapas

Publicado el 31 de agosto de 2016

Páginas: 344

ISBN: 978-84-339-7958-2

PVP: 19,90 euros



Argumento

California. Verano de 1969. Evie, una adolescente insegura y solitaria a punto de adentrarse en el incierto mundo de los adultos, se fija en un grupo de chicas en un parque: visten de un modo descuidado, van descalzas y parecen vivir felices y despreocupadas, al margen de las normas. Días después, un encuentro fortuito propiciará que una de esas chicas –Suzanne, unos años mayor que ella– la invite a acompañarlas. Viven en un rancho solitario y forman parte de una comuna que gira alrededor de Russell, músico frustrado, carismático, manipulador, líder, gurú.

Fascinada y perpleja, Evie se sumerge en una espiral de drogas psicodélicas y amor libre, de manipulación mental y sexual, que le hará perder el contacto con su familia y con el mundo exterior. Y la deriva de esa comuna que deviene secta dominada por una creciente paranoia desembocará en un acto de violencia bestial, extremo…

Esta novela es obra de una debutante que, dada su juventud, ha dejado boquiabierta a la crítica por la inusitada madurez con la que cincela la compleja psicología de sus personajes. Emma Cline construye un retrato excepcional de la fragilidad adolescente y del tormentoso proceso de hacerse adulto. También aborda el tema de la culpa y las decisiones que nos marcarán toda la vida. Y recrea aquellos años de paz y amor, de idealismo hippie, en los que germinaba un lado oscuro, muy oscuro. La autora se inspira libremente en un episodio célebre de la crónica negra americana: la matanza perpetrada por Charles Manson y su clan. Pero lo que le interesa no es la figura del psicópata demoniaco, sino algo mucho más perturbador: aquellas chicas angelicales que cometieron un crimen atroz y sin embargo durante el juicio no perdían la sonrisa… Sobre ellas –¿qué les llevó a traspasar los límites?, ¿cuáles fueron las consecuencias de unos actos que las perseguirán siempre?– versa esta novela que deslumbra e inquieta.



Impresiones

La llegada de unos adolescentes a la casa donde Evie está pasando unos días, cortesía de un amigo, hace aflorar en ella los recuerdos del verano de 1969. En aquel momento Evie era una chica de catorce años que vivía en California. Sus padres acaban de separarse, él está viviendo con una chica mucho más joven y su madre acaba de iniciar una relación con un hombre. Han decidido que Evie ingrese el próximo curso en un internado, a lo que ella se niega. En uno de sus paseos, Evie se fija en unas chicas que le resultan muy especiales; fundamentalmente una chica de melena negra que descubrirá se llama Suzanne. Consigue hablar con ellas quienes le comentan que viven juntas, en un grupo liderado por un tal Russel. Evie irá con ellas y empezará a ser un miembro más del grupo, una especie de secta que propugna el amor libre, la falta de ataduras, la libertad por encima de todo y el uso de las drogas para alcanzar experiencias diferentes.

Pero la, en principio, pacífica comuna acabará cometiendo un crimen especialmente cruento.

Es ésta una de esas novelas que se suelen calificar como “de iniciación”. En ella una chica muy joven –aún en crecimiento y formación- vive unos acontecimientos que le van a condicionar la vida entera. Actualmente Evie es una mujer de unos sesenta años y no es capaz de recordar lo que pasó sin estremecerse.

Es la Evie adulta quien cuenta, en primera persona, tanto lo que ahora está pasando como lo que en el verano del 69 pasó. Son dos, por lo tanto, las líneas temporales que se entremezclan continuamente aunque con una preponderancia clara –en cuando a extensión se refiere- de la parte del pasado. Hay momentos en los que se te llega a olvidar que la que está hablando es la Evie adulta y te da la impresión de que te estás enterando de las experiencias de la Evie de catorce años en tiempo real. Pero luego te percatas de cómo son las cosas al darte cuenta de la distancia con la que habla la narradora; de estar pasando las cosas en ese mismo momento, supongo que la autora habría utilizado un lenguaje menos cuidado, más juvenil y probablemente más intenso y apasionado. Pero ha pasado el tiempo, muchos años de hecho, y Evie ha podido procesar todo lo que ocurrió y aunque le sigue afectando puede narrarlo de una forma más fría y desapasionada.

La novela está inspirada en los famosos crímenes de Charles Manson. Sólo inspirada, no es una recreación más o menos fiel de los mismos. Si queréis saber cómo fueron los crímenes reales podéis verlo en la Wikipedia Obviamente, la historia que cuenta “Las chicas” tiene muchas similitudes con la de Manson pero también algunas diferencias. No hay un Manson sino un Russell, las chicas de Russell no son las mismas que las de Manson y los asesinados no son tampoco los mismos. Pero sí hay una comuna o secta, un líder de la secta, unos jóvenes que adoran a su gurú y unos crímenes que éstos cometen inspirados por aquél.

Y luego está Evie. Una adolescente, apenas una niña, con los problemas típicos de la adolescencia. Sus padres separados y ella que lleva mal la separación. No se encuentra a gusto con su propio cuerpo, es una chica “del montón” para nada popular entre los chicos. Acaba de despertar a la sexualidad y busca completarse como mujer. Rebelde sin causa, cambios de humor constante… Lo típico. Lo que no es tan típico es que se integre en una secta buscando esa identidad.

Nunca he entendido el mundo de las sectas, cómo gente aparentemente normal puede hacer cosas absurdas porque alguien se lo diga. Sí, ya sé, que les lavan el cerebro pero es algo que me resulta realmente lejano. Supongo que cada uno entra en una secta por un motivo distinto. En el caso de Evie está claro: por fascinación hacia una de sus integrantes. No hacia el líder, Russell, que hubiera sido lo normal, sino hacia Suzanne, una especie de lugarteniente del líder. No hay un motivo concreto, quizás porque Suzanne se muestra tan segura, libre y desinhibida como a ella le gustaría ser, pero el caso es que Evie queda fascinada por ella y la sigue donde va.

En el grupo se va a sentir a gusto, precisamente por esa pertenencia a un grupo. También va a descubrir allí su propia sexualidad. Una sexualidad equívoca porque Evie se debate entre su gusto por los chicos y su atracción por Suzanne; una atracción de todo tipo que no obvia, a mi entender, el carácter sexual.

Toda la historia la cuenta Evie desde su perspectiva de adulta pero como si la estuviera viviendo en ese momento. Es una novela muy intimista porque lo que importa es lo que Evie siente y piensa en cada momento, su evolución interior. No os esperéis una novela negra. Al saber que está inspirada en los crímenes de Charles Manson, la primera impresión que da es que es una novela negra: no es así, en absoluto. Lo que importan no son los crímenes en sí, sino la evolución de Evie. Por ello, es una novela de ritmo pausado. Al principio me extrañó: me pareció que iba muy lenta para ser una novela de intriga. Pero cuando la terminé y reposé mis sensaciones me di cuenta de que no, que los crímenes eran casi casi una excusa, algo que había que contar porque era el colofón final de la secta, pero que lo que importaba no era eso sino Evie: su relación con sus padres, con su amiga, con los chicos, con las chicas. Sus sentimientos y sus pensamientos. En este sentido, el ritmo tenía que ser a la fuerza pausado, evolucionando a la par que lo hacía la misma protagonista.

La ambientación de la novela es magnífica. Nos traslada sin problemas a aquella California de finales de los 60 y los años 70, a ese mundo de hippies, del amor libre, de música al aire libre… Más que los escenarios en sí, de los que apenas da unas notas la autora, lo que cuenta es el ambiente de la época que transpira a través de las páginas

También la prosa es magnífica. La autora escribe francamente bien. Su prosa es elegante y reflexiva, muy incisiva. A mí me ha creado mucho desasosiego desde el principio. Una sensación de que iba a pasar algo malo. Me creaba mal cuerpo. Y esto es increíble porque, realmente, ya sabía lo que iba a pasar y que Evie realmente no participaba en los asesinatos; eso lo sabes desde las primeras páginas. Y, sin embargo, consiguió crear esa sensación de desasosiego y malestar en mí

La novela está dividida en cuatro grandes partes que, a su vez, se subdividen en capítulos. La historia se cuenta desde el presente con saltos continuos al pasado y, en lo que respecta al pasado, de una forma lineal.



Conclusión final

“Las chicas” es una novela intimista que, tomando como inspiración los crímenes de Charles Manson, nos cuenta la historia personal de una chiquilla que, perteneciente a una secta similar, asiste a unos acontecimientos que van a influir su vida entera. Buen debut literario de Emma Cline

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