“El peso de los muertos” - Víctor del Árbol

Hacía tiempo que iba detrás de esta primera novela de quien es uno de mis autores favoritos (del mundo mundial, como diría mi pequeñaja). Pero estaba descatalogada y sólo se podía conseguir en alguna tienda de segunda mano. Si bien estaba apuntada en varias librerías on line, no la conseguía. Así que recibí una gran alegría cuando Alrevés anunció que la iba a reeditar (y con una portada mucho más bonita que la original). No tardé en hacerme con ella y buscarle un hueco

Éstas son mis impresiones

Víctor del Árbol

(Barcelona, 1968) es escritor de nacimiento. Es el mayor de seis hermanos y su madre le dejaba en la biblioteca desde la salida del colegio hasta la hora de cenar para poder acudir a su trabajo de limpiadora. Esto le permitió leer multitud de libros que alimentaron su vocación de escritor. Fue seminarista durante cinco años, en el seminario de Ntra. Sra. de Montealegre, para más tarde cursar estudios de Historia en la Universidad de Barcelona y trabajar, actualmente, de Mosso d´esquadra para la Generalitat, trabajo que le ha permitido acercarse, desde 1992, al aspecto más humano de las personas, a las que describe de forma magistral en sus obras. Recibió el Premio Tiflos por su primera novela, El peso de los muertos, con un prestigioso jurado formado, entre otros, por Luis Mateo Díez, Soledad Puértolas y Manuel Longares. Con esta nueva novela Víctor del Árbol se situará, sin duda, entre los mejores escritores españoles de la actualidad.

Datos técnicos

Título: “El peso de los muertos”

Autor: Víctor del Árbol

Editorial: Alrevés

Publicado en esta edición en junio de 2016


Encuadernación: Tapa blanda con solapas

ISBN: 978-84-16328-61-1
Páginas: 288
PVP: 18 Euros en papel



Argumento

Nos gusta creer que podemos enterrar el pasado, pero la memoria reside en nuestro inconsciente,y nuestra historia es a menudo el fruto de nuestra imaginación. Por eso cuando en septiembre de 1975 Lucía recibe una llamada en su casa de Viena desde España, decide que es el momento de regresar a Barcelona y enfrentarse a los fantasmas que la esclavizan. Intuye que su mundo no es tal y como lo ha concebido y ya está cansada de huir y de mentirse, por lo que no puede posponer afrontar su verdadera realidad. Pero, como temía, sus muertos regresan veinte años después en cuanto pisa las calles de Barcelona y retorna otra vez el dolor, la angustia y los temores. Franco agoniza, pero aún deambula lo más duro del régimen, con personajes como el moro Ulises y sus cómplices, en una España en decadencia que se debate entre un sistema decrépito y los nuevos aires de cambio. Mientras, en la prisión Modelo, reside desde hace tres décadas Liviano, quizás la única persona capaz de reconstruir la verdadera historia del general Quiroga y su mujer Amelia al comienzo de la dictadura, la de Nahúm Márquez, la del padre de Lucía y, cómo no, su propia existencia, en un duelo entre el amor y el tormento. El peso de los muertos nos adentra en lo más profundo de la memoria y los miedos de su propio significado.




Impresiones

Lucía es una española autoexiliada en Austria donde vive desde hace años con su marido. Un día recibe una llamada y decide regresar a Barcelona y arreglar las cuentas pendientes con su pasado. Pero lo que ocurrió hace veinte años, que desde entonces le ha atormentado, va a reaparecer en cuanto pone un pie en España y algunos de sus fantasmas vuelven para acosarle. La situación política está a punto de cambiar; Franco está muy enfermo, su muerte y por tanto el cambio político se prevén cercanos pero hay muchos adeptos al régimen que aprovechan los últimos coletazos de su poder para endurecer sus posturas.

En Barcelona Lucía se reencontrara con conocidos del pasado, algunos que nunca hubiera querido volver a ver como el moro Ulises, policía. Otros con los que tuvo una cierta relación como Octavio Cruz y un loco que lleva años interno en un psiquiátrico y que guarda cierto parecido con Nahúm Marquez, quien fue ajusticiado en los años cincuenta.

La historia transcurre a caballo entre el año 1975 y los años cincuenta; salvo unas primeras páginas situadas en Viena y unas cortas escenas en Melilla y la costa da Morte, Galicia, el resto transcurre en Barcelona, ya sea la del presente ya del pasado 

Víctor del Árbol me encanta. Le descubrí con su segunda novela “La tristeza del samurái” –que fue la mejor novela que leí aquel año- y desde entonces he leído todas las demás, en orden de publicación. Salvo ésta, que es la primera y que, como ya he comentado más arriba, no pude leer hasta que Alrevés tuvo el acierto de reeditarla. Para mí, Víctor es un gran escritor y tiene una cosa que no es fácil encontrar: un estilo propio. Estoy casi segura de que si me dan un libro suyo sin decirme que lo es identificaría sus historias y su estilo inolvidable.

Ésta su primera novela comparte las mismas características que las otras cuatro por lo que no va a defraudar a los fans del autor. No se nota que es una primera novela pues tiene la misma calidad, garra e intensidad que cualquiera de las otras. Eso sí, también os digo que mis preferidas siguen siendo “La tristeza del samurái” y “Respirar por la herida” (no sé si porque fueron las primeras que leí y tienen el plus de la novedad o porque, simplemente, conecté más con sus historias o sus personajes). Pero, sea como fuere, las novelas de este autor siempre me encantan, me llegan, me emocionan y me dejan tocada.

Como siempre, los personajes de Víctor están muy bien caracterizados y el autor hace una disección de sus pensamientos y sentimientos. Consigue que conectemos con ellos, que nos metamos en su cabeza y en su corazón y que suframos con ellos. Porque, tenéis que saberlo, a los personajes de este autor les va a tocar sufrir mucho en la vida; y a nosotros con ellos. Son personajes en los que priman sentimientos como la tristeza, el pesar, el arrepentimiento…., todos ellos tienen mucho sufrimiento detrás y a todos les han pasado cosas tan horribles en el pasado que son incapaces de levantar cabeza. La protagonista es Lucía quien sabemos desde el primer moment, que guarda un gran secreto (que ni siquiera ha contado a su marido con quien lleva años casada); el descubrir qué le pasó en la postguerra será una de las mayores intrigas del libro. Una de las características de los personajes que dibuja este autor es que todos tienen sus claroscuros. No hay buenos y malos sino que la mayoría tienen algo que reprocharse, incluso los buenos. Y también hay que decir que cuando Víctor dibuja un personaje malo hay que ponerse a temblar porque es de esos personajes que dan verdadero miedo. Por lo real y posible. Y es que, desgraciadamente, personas como el moro Ulises las hubo e hicieron todo el daño que pudieron. Junto a Lucía tendremos a su marido Andrés –que quizás es el que menos dibujado está de todos ellos, a Octavio Cruz, a Nahum Márquez condenado a muerte por asesinar a doña Amalia Quiroga. Y poco más. Todos ellos son personajes con muchísima fuerza y con muchos claroscuros que tendremos que desvelar.

La novela habla de la guerra y de la postguerra, época en la que se cometieron auténticas barrabasadas y no sólo en el campo de batalla. Aunque la novela comienza en el año 75 se irá retrotrayendo constantemente veinte años atrás para que podamos conocer en vivo y en directo qué pasó. En esa época brillaba un matrimonio: el general Quiroga y su bella mujer Amelia. Mujer que resultó muerta y de cuyo asesinato se acusó a Nahum Márquez quien fue ejecutado en prisión. También en dicha época campaba ya a sus anchas el moro Ulises. Y todos estos personajes estaban de alguna manera relacionados con Juan de Dios, padre de Lucía. Hombre que murió como un héroe aunque, desde el primer momento sabremos que hay algo oscuro relacionado con él porque Lucía no guarda ningún aprecio a su recuerdo. La ambientación espacial es magnífica: Víctor dibuja unos escenarios tan minuciosos que nos parece estar viviéndolos

La novela tiene un inicio espectacular: un hombre que ha sido condenado a muerte se dirige al cadalso. Y el autor describe tan bien la escena que es inevitable que nos metamos en su piel y se nos pongan los pelos de punta. Con esa escena ya se nos avisa de la importancia que ese personaje tendrá en el resto de la historia; lo dificultoso es averiguar qué relación puede tener con Lucía y todos los demás personajes. A partir de ahí transcurre a buen ritmo. Al ritmo Víctor: sin ser tan acelerado que no te dé tiempo a degustar lo que lees, mantiene constante y creciente el interés y la intriga. Por eso, sus libros son para leer despacio –y parando para coger aire y fuerzas en los momentos más duros- pero sin parar

La novela es muy intensa. Está llena de dolor y por eso no es para leer en cualquier momento. Y es que las novelas de este autor duelen; gustan pero duelen. Hay que elegir bien el momento en el que adentrarse en ellas.

Como siempre, Víctor nos ofrece una trama principal entrelazada con una trama del pasado, entrelazándose ambas continuamente. Una historia intensa con personajes aún más intensos en los que el dolor, los remordimientos, el deseo de la venganza y las heridas del pasado tienen el protagonismo.

Conclusión final

Víctor del Árbol es un autor imprescindible. Y esta primera novela es imprescindible para todos sus fans y una buena forma de conocerle para quienes aún no hayan leído nada suyo

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