Ya sabéis que estoy abonada a los libros de la editorial d’Época. Porque me encantan sus ediciones, que son un lujo para los sentidos, y porque me parece que tienen un gran tino a la hora de elegir los títulos que publican. Ninguno de los libros que he leído me ha decepcionado pero reconozco que, por razones obvias, los de la colección Misterios de Época son mis favoritos. A esta colección pertenece el que hoy reseño, “El crimen de Orcival”, del autor francés Émile Gaboriau
Éstas son mis impresiones
Émile Gaboriau
Émile Gaboriau (1832-1873) reconocidísimo escritor francés considerado uno de los padres de la novela de detectives. Su personaje, el investigador Lecoq, es el primer policía profesional de la literatura.
En su primera novela policíaca, «El caso Lerouge» (1866), Gaboriau introdujo un detective aficionado, Tabaret, que se convirtió en mentor de un joven policía, el inspector Lecoq.
En su siguiente novela, «El crimen de Orcival» (1866) es el propio Lecoq quien se convierte en protagonista indiscutible de la misma y se hace cargo de la investigación.
Le siguieron «El dossier 113» (1867), «Los esclavos de París» (1867-1868) en dos tomos: «El chantaje» y «El secreto de la casa Champdoce», y «Monsieur Lecoq» (1868-1869) en dos tomos: «La investigación» y «En el honor del Nombre».
Datos técnicos
Título: “El crimen de Orcival”
Autor: Émile Gaboriau
Traductora: Eva María González
Editorial: d’Época, Colección Misterios de Época
Edición: tapa dura con sobrecubierta y lazo de punto de lectura
Introducción: Juan Mari Barasorda
Ilustraciones originales de Iván Cuervo Berango
ISBN: 978-84-943634-3-6
452 páginas
P.V.P. 24,90 euros
(Incluye como obsequio marcapáginas y lámina réplica de la ilustración de cubierta)
Argumento
Se ha cometido un asesinato en los terrenos del Castillo de Valfeuillu,
propiedad del conde de Trémorel. Dos cazadores furtivos han encontrado
el cadáver de su esposa Berthe sumergido en un cañaveral. Mientras la
policía local de Orcival está convencida de haber encontrado a los culpables
y da por concluida su línea de investigación, llega un policía especial
de la Sûreté de París, el inspector Lecoq, que se hace cargo del caso. El astuto detective inicia su propia investigación —caracterizada por el constante uso del
método deductivo— recolectando pruebas, estudiando exhaustivamente
el escenario y las posibles circunstancias del crimen, entrevistando a los
testigos y analizando los posibles móviles de los sospechosos
El crimen de Orcival (1866) —obra maestra de Émile Gaboriau que constituyó un éxito sin precedentes en el momento de su publicación— nos envuelve desde la primera escena en una atmósfera de suspense creciente que nos conduce a través de un vertiginoso recorrido de deducciones y suposiciones. Conspiraciones,
sospechas, mentiras, chantajes, documentos secretos, celos, adulterio…
todo debe pasar por el tamiz de la mente deductiva de Lecoq, convirtiendo
la novela en una suerte de thriller de perfecta factura que mantiene
en vilo al lector hasta la última página.
Impresiones
“El crimen de Orcival” es, como todos los libros de la editorial d’Época, un libro bello, tanto por dentro como por fuera. Las ediciones de d’Época son perfectas y poseer cualquiera de sus libros es un auténtico de lujo.
En el caso de la colección Misterios de Época, la editorial está recuperando clásicos de la literatura de misterio que, no sé bien por qué, no son tan conocidos como debiera. Dentro de esta colección se contienen joyas como “El misterio del carruaje”, “Maximilien Heller”, “El misterio de Gramercy park” o “El secreto de Aurora Floyd” (todos ellos reseñados en el blog). Todos ellos me gustaron mucho pero éste que hoy os reseño es de los que más me han gustado, quizás el que más. Me ha parecido una novela de misterio completamente redonda.
La condesa de Trémorel ha aparecido muerta en su castillo de Valfeuillu y su marido el conde ha desaparecido. Dos cazadores furtivos encuentran el cadáver de la condesa, Berthe, y avisan a la policía. Los policías de Orcival que acuden en primer lugar están convencidos de que los asesinos son uno de los cazadores furtivos y un criado de la mansión que no acudió, como todos los demás, a la boda de la cocinera que se celebró el día anterior en París. El juez de instrucción también lo cree así. Pero un policía especial es enviado desde la Sûreté de Paris; se trata de Lecoq, un policía especialmente dotado para la investigación que aplica métodos deductivos. Éste y el juez de paz convienen en que los dos detenidos pueden ser culpables de ciertas cosas pero no de los asesinatos (se cree que el conde también ha sido asesinado aunque aún no han encontrado su cadáver). Y, pista a pista, intentarán encontrar al verdadero o a los verdaderos culpables.
Estamos ante una novela de misterio construida según el modelo clásico. A mí Lecoq me ha recordado mucho a Hercules Poirot, el famoso detective creado por Agatha Christie. Ambos aplican el mismo método, el deductivo, y hacen uso de su materia gris para con las pistas que los criminales siempre dejan ir deduciendo lo que realmente pasó.
Me ha parecido una novela bastante original y más debió de serlo en la época en la que se publicó. Se publicó en el año 1866 y su éxito fue grande e inmediato lo cual no resulta nada extraño. Ni siquiera el paso del tiempo le ha hecho perder frescura, intriga y tensión.
Su estructura es original. No al principio pues en algo menos de la mitad de la novela todo se desarrolla conforme suele acontecer en este tipo de novelas de misterio: se descubre un cadáver y alguien investiga el asesinato. Pero llega un momento, relativamente pronto para lo que es la extensión total de la novela, en la que ya se sabe quién es el asesino y entonces comienza otra parte en la que lo que vamos a saber qué es lo que aconteció en el pasado para haber llegado al crimen. Así, nos retrotraeremos un par de años para conocer a Berthe, la asesinada, y el que entonces era su marido, Sauvresy el propietario del castillo. El conde de Trémorel es un amigo de éste que irá a pasar una temporada al castillo y cuidará de Sauvresy cuando éste enferma de gravedad y luego se casará con la viuda a petición de su amigo.
También es original porque plantea dos métodos de investigación policial. Uno es habitual, el que siguen los policías de Orcival que se limitan a la superficie y buscan una solución fácil y rápida al caso. Otro es el de Lecoq y Plantat (el juez de paz), a quienes algo no cuadra y quieren que todo encaje. Son éstos dos los que, aplicando el método deductivo, irán encajando todas las piezas y dando explicación a todos los cabos sueltos que la solución de los policías de la población habían dejado.
Estamos ante una novela muy bien escrita pero que goza también de un ritmo ágil y de muy fácil lectura. Como cualquier novela de misterio que se precie, guarda secretos y sorpresas (aunque he de decir que en este caso sí que adiviné por dónde iban a ir los tiros). Además, detrás de todo hay una historia de traiciones y venganzas, secretos familiares y chantaje la mar de interesante. La verdad es que te atrapa desde el principio y te envuelve en una red de intrigas que no da un respiro
Los personajes están muy bien construidos. Lecoq es un personaje que apareció en la anterior novela del autor pero como secundario; se ve que al autor y a los lectores les gustó porque en esta novela será el principal protagonista. Es un hombre muy curioso, con una gran habilidad para el disfraz y una mente prodigiosa que en determinados momentos nos dejará con la boca abierta. Me encanta la pareja que hace con el juez de paz, Plantat. Los demás personajes también están bien desarrollados aunque en algunos casos los iremos conociendo poco a poco y en la medida que el misterio lo permite.
Y, como siempre, la edición es impecable. Como es habitual, el volumen tiene tapa dura con sobrecubierta. Un detalle que siempre me gusta cuando se trata de libros con este tipo de encuadernación es que la tapa tenga la misma ilustración que la sobrecubierta. Me da mucha pena cuando la sobrecubierta es preciosa y la cubierta, sin embargo, va en un anodino color liso. La sobrecubierta puede romperse o extraviarse y en esos casos, el libro queda con una tapa anodina y bastante fea. En los libros en los que la cubierta viene también ilustrada, no corremos ese peligro. La ilustración de la sobrecubierta es un precioso óleo sobre lienzo titulado The pride of Dijon pintado en 1879 por William John Hennessy y, como siempre, en el interior del libro encontraremos una postal y un marcapáginas con la ilustración.
Conclusión final
Como os he dicho al principio, me ha parecido una novela de misterio redonda. Una novela clásica pero también original por su estructura y por el juego entre los personajes. Diría que es mi favorita de los libros que he leído de esta colección.
Le siguieron «El dossier 113» (1867), «Los esclavos de París» (1867-1868) en dos tomos: «El chantaje» y «El secreto de la casa Champdoce», y «Monsieur Lecoq» (1868-1869) en dos tomos: «La investigación» y «En el honor del Nombre».
Datos técnicos
Título: “El crimen de Orcival”
Autor: Émile Gaboriau
Traductora: Eva María González
Editorial: d’Época, Colección Misterios de Época
Edición: tapa dura con sobrecubierta y lazo de punto de lectura
Introducción: Juan Mari Barasorda
Ilustraciones originales de Iván Cuervo Berango
ISBN: 978-84-943634-3-6
452 páginas
P.V.P. 24,90 euros
(Incluye como obsequio marcapáginas y lámina réplica de la ilustración de cubierta)
Argumento
Se ha cometido un asesinato en los terrenos del Castillo de Valfeuillu,
propiedad del conde de Trémorel. Dos cazadores furtivos han encontrado
el cadáver de su esposa Berthe sumergido en un cañaveral. Mientras la
policía local de Orcival está convencida de haber encontrado a los culpables
y da por concluida su línea de investigación, llega un policía especial
de la Sûreté de París, el inspector Lecoq, que se hace cargo del caso. El astuto detective inicia su propia investigación —caracterizada por el constante uso del
método deductivo— recolectando pruebas, estudiando exhaustivamente
el escenario y las posibles circunstancias del crimen, entrevistando a los
testigos y analizando los posibles móviles de los sospechosos
El crimen de Orcival (1866) —obra maestra de Émile Gaboriau que constituyó un éxito sin precedentes en el momento de su publicación— nos envuelve desde la primera escena en una atmósfera de suspense creciente que nos conduce a través de un vertiginoso recorrido de deducciones y suposiciones. Conspiraciones,
sospechas, mentiras, chantajes, documentos secretos, celos, adulterio…
todo debe pasar por el tamiz de la mente deductiva de Lecoq, convirtiendo
la novela en una suerte de thriller de perfecta factura que mantiene
en vilo al lector hasta la última página.
Impresiones
“El crimen de Orcival” es, como todos los libros de la editorial d’Época, un libro bello, tanto por dentro como por fuera. Las ediciones de d’Época son perfectas y poseer cualquiera de sus libros es un auténtico de lujo.
En el caso de la colección Misterios de Época, la editorial está recuperando clásicos de la literatura de misterio que, no sé bien por qué, no son tan conocidos como debiera. Dentro de esta colección se contienen joyas como “El misterio del carruaje”, “Maximilien Heller”, “El misterio de Gramercy park” o “El secreto de Aurora Floyd” (todos ellos reseñados en el blog). Todos ellos me gustaron mucho pero éste que hoy os reseño es de los que más me han gustado, quizás el que más. Me ha parecido una novela de misterio completamente redonda.
La condesa de Trémorel ha aparecido muerta en su castillo de Valfeuillu y su marido el conde ha desaparecido. Dos cazadores furtivos encuentran el cadáver de la condesa, Berthe, y avisan a la policía. Los policías de Orcival que acuden en primer lugar están convencidos de que los asesinos son uno de los cazadores furtivos y un criado de la mansión que no acudió, como todos los demás, a la boda de la cocinera que se celebró el día anterior en París. El juez de instrucción también lo cree así. Pero un policía especial es enviado desde la Sûreté de Paris; se trata de Lecoq, un policía especialmente dotado para la investigación que aplica métodos deductivos. Éste y el juez de paz convienen en que los dos detenidos pueden ser culpables de ciertas cosas pero no de los asesinatos (se cree que el conde también ha sido asesinado aunque aún no han encontrado su cadáver). Y, pista a pista, intentarán encontrar al verdadero o a los verdaderos culpables.
Estamos ante una novela de misterio construida según el modelo clásico. A mí Lecoq me ha recordado mucho a Hercules Poirot, el famoso detective creado por Agatha Christie. Ambos aplican el mismo método, el deductivo, y hacen uso de su materia gris para con las pistas que los criminales siempre dejan ir deduciendo lo que realmente pasó.
Me ha parecido una novela bastante original y más debió de serlo en la época en la que se publicó. Se publicó en el año 1866 y su éxito fue grande e inmediato lo cual no resulta nada extraño. Ni siquiera el paso del tiempo le ha hecho perder frescura, intriga y tensión.
Su estructura es original. No al principio pues en algo menos de la mitad de la novela todo se desarrolla conforme suele acontecer en este tipo de novelas de misterio: se descubre un cadáver y alguien investiga el asesinato. Pero llega un momento, relativamente pronto para lo que es la extensión total de la novela, en la que ya se sabe quién es el asesino y entonces comienza otra parte en la que lo que vamos a saber qué es lo que aconteció en el pasado para haber llegado al crimen. Así, nos retrotraeremos un par de años para conocer a Berthe, la asesinada, y el que entonces era su marido, Sauvresy el propietario del castillo. El conde de Trémorel es un amigo de éste que irá a pasar una temporada al castillo y cuidará de Sauvresy cuando éste enferma de gravedad y luego se casará con la viuda a petición de su amigo.
También es original porque plantea dos métodos de investigación policial. Uno es habitual, el que siguen los policías de Orcival que se limitan a la superficie y buscan una solución fácil y rápida al caso. Otro es el de Lecoq y Plantat (el juez de paz), a quienes algo no cuadra y quieren que todo encaje. Son éstos dos los que, aplicando el método deductivo, irán encajando todas las piezas y dando explicación a todos los cabos sueltos que la solución de los policías de la población habían dejado.
Estamos ante una novela muy bien escrita pero que goza también de un ritmo ágil y de muy fácil lectura. Como cualquier novela de misterio que se precie, guarda secretos y sorpresas (aunque he de decir que en este caso sí que adiviné por dónde iban a ir los tiros). Además, detrás de todo hay una historia de traiciones y venganzas, secretos familiares y chantaje la mar de interesante. La verdad es que te atrapa desde el principio y te envuelve en una red de intrigas que no da un respiro
Los personajes están muy bien construidos. Lecoq es un personaje que apareció en la anterior novela del autor pero como secundario; se ve que al autor y a los lectores les gustó porque en esta novela será el principal protagonista. Es un hombre muy curioso, con una gran habilidad para el disfraz y una mente prodigiosa que en determinados momentos nos dejará con la boca abierta. Me encanta la pareja que hace con el juez de paz, Plantat. Los demás personajes también están bien desarrollados aunque en algunos casos los iremos conociendo poco a poco y en la medida que el misterio lo permite.
Y, como siempre, la edición es impecable. Como es habitual, el volumen tiene tapa dura con sobrecubierta. Un detalle que siempre me gusta cuando se trata de libros con este tipo de encuadernación es que la tapa tenga la misma ilustración que la sobrecubierta. Me da mucha pena cuando la sobrecubierta es preciosa y la cubierta, sin embargo, va en un anodino color liso. La sobrecubierta puede romperse o extraviarse y en esos casos, el libro queda con una tapa anodina y bastante fea. En los libros en los que la cubierta viene también ilustrada, no corremos ese peligro. La ilustración de la sobrecubierta es un precioso óleo sobre lienzo titulado The pride of Dijon pintado en 1879 por William John Hennessy y, como siempre, en el interior del libro encontraremos una postal y un marcapáginas con la ilustración.
Conclusión final
Como os he dicho al principio, me ha parecido una novela de misterio redonda. Una novela clásica pero también original por su estructura y por el juego entre los personajes. Diría que es mi favorita de los libros que he leído de esta colección.
Podéis comprarla en Popular libros
Pues otro más de esta editorial para mi lista de deseos!
ResponderEliminarUn beso
Sin dudarlo, me la apunto. Esta editorial me tiene conquistada y me encantaría leer alguna de sus publicaciones de misterio.
ResponderEliminarBesos
Lo tengo pendiente. Tengo muchas ganas de leerlo y tu reseña me ha convencido.
ResponderEliminarDefinitivamente, tengo q hacerme con este título. Y más después de tu estupenda reseña. Un besazo.
ResponderEliminarCoincidimos en impresiones, disfruté mucho con esta historia que como bien dices es redonda. Una auténtica obra de arte.
ResponderEliminarYa sabes que lo tengo y a ver si lo puedo leer pronto, que tengo muchas ganas. Un besote
ResponderEliminarMadre mía, tiene una pinta estupendísima. Me lo apunto, y de paso aprovecho para felicitarte el año nuevo. Muchos besos y felices lecturas. :-)
ResponderEliminarTiene muy buena pinta...tengo ahora uno de la editorial que me han regalado....y a ver por cual me decido luego!
ResponderEliminarUn beso!
La verdad es que la edición es preciosa. Y me llama bastante el argumento, las novelas de esa época me interesan y más cuando hay crímenes de por medio.
ResponderEliminarBesitos!
Las ediciones de esta editorial siwmpre don tan preciosas... Además me ha llamado un montón la atención y es posible que le acabe dabdo una oportunidad :D
ResponderEliminarMenos mal que ya lo tengo,porque esta reseña tuya es de lasde me voy corriendo a por él.
ResponderEliminarUn beso
Después de ésta reseña no hay más remedio que apuntársela.
ResponderEliminarUn beso ;)
Me interesa mucho esta novela!! Gracias por la reseña
ResponderEliminarSaludos
Me gustó muchísimo, una delicia de novela :)
ResponderEliminarBesos!
Hola!!! este libro lo disfrute muchisimo, muy recomendado
ResponderEliminarUn abrazo
Maravillosa novela y maravillosa edición, si puedo apartarme de la bandeja de los turrones intentaré reseñarlo. ¡Feliz Año Nuevo! Besoss
ResponderEliminarMi lista tiene varios títulos de esta editorial en ella, contando a este ;)
ResponderEliminarBesos.
Este ya lo tenía en mi lista, seguro que también me gusta
ResponderEliminarBesos
Este me apetece un montón. A ver si me hago con él.
ResponderEliminarBesos.
Este tiene una pinta estupenda. Hoy hemos coincidido en reseñas de la misma editorial.
ResponderEliminarBesos
Le tengo muchas ganas!!
ResponderEliminarLo tengo en mi lista!!
ResponderEliminarEstos libros es que ya con la edición te ganan
ResponderEliminary encima la sinopsis pinta genial
le tengo muchas ganas!
un beesito
Ya había leído reseñas positivas, y tras la tuya mejor me lo pones. La edición desde luego es magnífica.
ResponderEliminarFeliz año Laky ;)
Interesante reseña y yo que pensaba que era Sherlock de Doyle. Apuntado.
ResponderEliminarInteresante reseña y yo que pensaba que era Sherlock de Doyle. Apuntado.
ResponderEliminarHola! La verdad es que tiene muy buena pinta, así que a lo mejor me animo a leerlo.
ResponderEliminarGracias por la reseña.
Un saludo!
Estos libros lo malo que tienen es que me gustan todos y siempre jeje y eso es un gran problema en mi caso. La verdad es que son todos tan apetecibles que es difícil quedarse con uno solo. Besos.
ResponderEliminarDe esta editorial me haría con todo... por títulos interesantes y por la edición, que es preciosa =)
ResponderEliminarBesotes