“Promesas de arena” - Laura Garzón

Hay libros que eliges porque conoces a su autor, porque te gusta el género, te atrae la portada, te los recomiendan… Y hay libros que te eligen a ti. Esto último es lo que pasó con “Promesas de arena”. Un día llegó un paquete a casa y estaba este libro. No lo conocía (si lo hubiera conocido, probablemente lo hubiera elegido yo atraída por esa preciosa portada y ese sugerente título), pero me atrajo inmediatamente. Así que intenté hacerle hueco cuanto antes. Una vez leído, me doy cuenta de que no era difícil encontrar ese hueco porque más que hueco era huequecito. Y es que lo empecé el sábado por la noche y el domingo para las cinco de la tarde ya lo había terminado. Sólo con eso ya os podéis imaginar lo mucho que me ha gustado.

Éstas son mis impresiones

Laura Garzón

Laura Garzón Córdoba es Licenciada en Publicidad y RRPP.

Empezó en la revista de la movida madrileña La Luna. Luego, publicó varios cuentos infantiles como Un caracol dorado y La chicharra gritona.

Actualmente es redactora publicitaria y creadora de spots para diversas multinacionales.

“Promesas de arena” es su primera novela

Datos técnicos

Título: “Promesas de arena”
Autora: Laura Garzón
Editorial: Roca
Edición: tapa dura con sobrecubierta
Año de edición: 2015 
Páginas: 186
ISBN: 978-84-15420-66-8
Precio: 17.95 €
ISBN: 978-84-9918-940-6
Páginas: 300
Precio: 18.90 €
Fecha de publicación: 18/06/2015

Argumento

Una historia de amor al límite en el marco del conflicto palestino en Gaza.

Sólo el amor y la tolerancia pueden trazar rutas entre la violencia, la desolación y el odio.

Lucía acaba de terminar su carrera y viaja a Palestina como cooperante de una ONG. Está llena de ilusiones, de buenos propósitos, pero lo que encuentran en los Campos de refugiados rompe todas sus ideas preconcebidas. Las carencias rozan el límite de la supervivencia y nadie les espera, ni espera nada de ellos. En los campos de refugiados no sólo hay intereses altruistas, las facciones político-religiosas mantienen una lucha de poder constante entre sí y contra su enemigo Israel y por extensión Occidente.

Lucía se encontrará con los dos polos humanos que imperan en los Campos: quiénes lo dan todo, como Fathia y Hamid; y con el Halcón, un palestino de padre inglés, educado en diferentes países, y con un magnetismo y atractivo que subyuga perdidamente a la joven cooperante. Descubrir quién es este hombre en realidad le va a costar muy caro a Lucía. Su pasión le alcanzará la gloria y la arrastrara al abismo.

Impresiones

Tras una preciosa portada (no por lo que en ella aparece sino por los tonos elegidos que me parecen preciosos y muy evocadores de la zona en la que la historia va a transcurrir) y un título muy sugestivo, se esconde una preciosa historia de amor.

Lucía es una joven española que, tras terminar sus estudios universitarios, decide viajar a Palestina como cooperante en una ONG. Viaja allí con Jaime, uno de sus mejores amigos, toda llena de ilusiones. Pronto descubre que la vida en La Franja es durísima, no sólo para sus habitantes sino también para los cooperantes. Va a tener que trabajar doscientas horas al día, muchas veces sin los medios necesarios, en condiciones poco sanitarias, viendo todo tipo de miserias, y encima con el constante riesgo de que les pueda pasar algo porque los conflictos no respetan a nadie. Pero, si bien es dura, su experiencia es también muy bonita pues la colaboración le va a aportar, como persona, muchas cosas. Una de ellas, la amistad con la enfermera jefe Fathia. O el amor de Haydam, el misterioso halcón.

El escenario en el que transcurre la acción me atrajo muchísimo. No recuerdo ahora mismo haber leído otras novelas situadas en la actualidad en esa zona y, en ese sentido, me ha resultado muy instructivo conocer cómo transcurre la vida en uno de los lugares más conflictivos del mundo. La autora no nos va a abrumar de datos sobre el conflicto; de hecho, lo que conoceremos de él es más por vivirlo junto a la protagonista que por descripciones de la autora. Digamos que lo vamos conociendo de la misma manera que lo conoce Lucía: a base de ver las cosas que pasan. Y lo que conocemos nos pondrá los pelos de punta. Las condiciones en las que viven los habitantes de la Franja son tremendas; carecen de casi todo y su vida vale menos que nada. Sin embargo, la autora pone una nota positiva pues es increíble la alegría de vivir que tienen, lo que se ayudan los unos a los otros. Hay anécdotas muy bonitas como la de la niñita que llega al dispensario o el pollito que adopta… Claro que, como en cualquier lugar, no todo el mundo es bueno: hay, es evidente, luchas entre las distintas facciones (los más islamistas y extremistas y los más moderados) pero también hay gente que, aún dentro de la miseria, busca su propio beneficio ya sea en forma de dinero, ya en forma de poder –aunque para ello tenga que admitir “daños colaterales”.

Un acierto de la autora es que ella expone hechos, situaciones, ideas, culturas…, pero no valora. No es un libro con connotaciones políticas; no ensalza a unos para denostar a otros. Ella cuenta las cosas como son y ya será el lector el que, si quiere, podrá sacar sus propias conclusiones.

En este escenario se mueven unos personajes muy reales. Todos ellos me han parecido creíbles y posibles. Especialmente Lucía, la protagonista. Es bonito ver cómo evoluciona en los meses que pasa en Palestina. De ser una chica normal, occidental y acomodada, a ser una persona muy comprometida. Cuando va a Palestina tiene la idea de ayudar, sí, pero realmente no sabe lo que le espera. Allí se encuentra una situación mucho más dura de lo que esperaba y le cuesta adaptarse; de hecho, no todo el mundo lo consigue y la mayoría de los cooperantes abandonan a la primera de cambio o, en todo caso, cuando acaba la cooperación pactada. Pero Lucía aguante, se endurece, y asume riesgos y peligros. Allí vivirá un gran amor, un amor peligroso que no le conviene pero que no puede evitar y que trastocará su mundo por completo. Ese amor y algo muy duro que le ocurre cambia su vida para siempre. Le convierte en otra persona. De Lucía me ha gustado todo, hasta su decisión final.

Junto a ella tenemos otros personajes no del todo secundarios pero sí en un plano subordinado al suyo. Como su amigo Jaime, un gran chico. Fathia, la beduina jefa de enfermeras que es todo un carácter. De su mano conoceremos algunas de las costumbres de su pueblo (algunas bonitas como la celebración de las bodas y otras horrendas como la ablación –que, sí, todos sabemos que existe pero yo desconocía que en muchos casos no sólo es extirpación del clítoris sino de mucho pero que mucho más)

Me ha gustado mucho Hamid, el médico jefe del consultorio en el que trabaja Lucía. Un hombre comprometido con su pueblo.

Y, finalmente, tenemos al Halcón. Un personaje misterioso que va y viene por el campamento y del que Lucía no llegará a saber mucho. Sí sabrá que es muy atractivo con esa profunda mirada azul oscura y ese porte de canalla. Y peligroso, no hay más que verlo. Todas las mujeres le van detrás y él va detrás de todas; pero entre Lucía y él pronto surge algo muy poderoso. Amor, pasión, como queráis llamarlo. Lucía vivirá con el Halcón una gran pasión. Y aquí llegamos al meollo del asunto: “Promesas de arena” es una novela de amor, una preciosa novela de una preciosa historia de amor pasional. En un escenario exótico, sí; con la guerra de fondo, sí; con las ONGs de fondo, también. Pero, ante todo y sobre todo, una historia de amor. Y ya sabéis que yo no suelo leer novelas románticas. No porque no me gusten; en realidad no sé por qué no leo novela romántica, supongo que por pereza, porque es algo que leí hace años y que ahora mismo no me apetece. Y, sin embargo, creedme cuando os digo que se me ha caído la baba con esta novela de amor. Tanto que me he emocionado y al final no era sólo la baba sino también las lágrima las que resbalaban de mis ojos. Y no porque sea triste, acabe mal o sea lacrimógena, sino por pura emoción de haber leído algo que me ha gustado tanto. Si, soy un poco tontorrona, lo reconozco. Pero es que no veáis lo a gusto que he leído la novela y lo a gusto que la he terminado con un final que, en mi opinión, es perfecto (igual hay lectores que hubieran preferido otra decisión de Lucía, pero la que tomó es la que yo le hubiera aconsejado tomar y la que más creíble me parece)

Aunque no es sólo una historia de amor porque, como ya os he dicho, tiene ciertos tintes costumbristas pero, también, un toque de misterio y de aventuras girando en torno al misterio Halcón.

“Promesas de arena” es la primera novela de Laura Garzón y está claro que habrá que seguirle la pista porque no podía haberse estrenado mejor en el mundo literario. Y no sólo lo digo yo; también lo dicen los expertos pues esta novela es la ganadora del Premio Internacional de Narrativa Mont-Marcal, en su segunda edición. Es un libro bien escrito, en algún momento con un tono un tanto poético; siempre evocador, su prosa transmite sensaciones. A mi me ha trasladado a la zona: ha conseguido que me hiciese una idea de cómo viven los cooperadores en la Franja, he disfrutado con los preparativos de la boda beduína, me he colado por los ojos del Halcón y he temblado entre sus brazos, he sufrido cuando ha ocurrido algo malo, he tenido miedo por los protagonistas y me he interesado por lo que les pasase. Es una prosa que implica y te mete dentro de la historia. Al mismo tiempo, resulta muy sencilla, amena y ágil de leer. Son 186 páginas distribuidas en 31 capítulos de corta extensión; de esos que cuando terminas uno dices “venga, otro más” y así hasta leerlo casi de tirón.

La novela comienza en el presente, con Lucía, su hijo y su marido viviendo en Madrid pero se retrotrae a seis años atrás cuando viajó a Palestina como cooperante. La mayor parte de los capítulos están situados en el pasado, salvo este del principio y los del final (y algún otro del medio), por lo que hay cosas que ya desde el principio de alguna forma sabemos (o creemos saber); pero este conocer con anterioridad ciertas cosas no le quita interés a conocer lo que sucedió en el pasado sino todo lo contrario; hace que leas aún más rápido para saber cómo de aquello se ha llegado a esto (perdonad que sea tan vaga, pero no quiero adelantaros nada para que descubráis todos los entresijos de la historia por vosotros solos). Además, que hay sorpresas...

Conclusión final

Repito que es ésta una novela que me ha encantado. Me ha parecido una historia preciosa, unos personajes muy reales y un escenario la mar de interesante. Si a ello le unimos una bonita prosa y grandes dosis de entretenimiento, nos da una novela que no tengo ninguna duda en recomendar.

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