"Los perros siempre ladran al anochecer" - Andrés Pérez Domínguez

Este libro me llamó muchísimo la atención cuando lo vi entre las novedades de Alianza Editorial, por lo que no dudé en hacerme con él. Hacía tiempo que quería leer algo del autor (especialmente, por la temática, “El violinista de Mauthaussen”) y me pareció adecuado comenzar con su última obra, esta novela corta que no iba a ser demasiado difícil colar entre mi gran número de lecturas pendientes. Y entonces vino Carmina del blog De tinta en vena con la idea de organizar una lectura conjunta del libro a la que, por supuesto, me apunté rápidamente

Éstas son mis impresiones

Andrés Pérez Domínguez

Andrés Pérez Domínguez (Sevilla, 1969) es un escritor español, conocido principalmente por sus novelas, entre las que destacan varios thrillers.

Es también autor de narrativa breve y colabora en prensa escrita y radio.

Ha ganado numerosos galardones tanto por su obra de ficción como periodística.

Ha escrito:

.- "El violinista de Mauthausen" (Premio Ateneo de Sevilla 2009),

.-"El síndrome de Mowgli" (Premio Luis Berenguer, Algaida, 2008),

.- "El factor Einstein" (Martínez Roca, 2008),

.-"La clave Pinner" (Roca Editorial, 2004)

Datos técnicos

Título: “Los perros siempre ladran al anochecer”
Autor: Andrés Pérez Domínguez
Editorial: Alianza
Edición: rústica, sin solapas, tamaño bolsillo
Páginas: 168
Precio: 10,90 euros en papel / 5,90 euros el epub
Publicación: enero de 2015

Argumento

Clara y Jorge acaban de mudarse a una urbanización porque la convivencia con los vecinos del edificio donde vivían era insoportable. Esperan que ahora todo sea diferente, pero arrastran un secreto oscuro del que no pueden librarse y, aunque sus nuevos vecinos los acogen con entusiasmo, pronto descubrirán cosas terribles de su pasado que abrirán una grieta insalvable entre ellos. Los perros siempre ladran al anochecer es un relato de suspense que se lee de un tirón y que al mismo tiempo arroja luz sobre la condición humana, las dudas que lastran la existencia y la dificultad de enterrar el ayer para empezar de nuevo.

Impresiones

“Los perros siempre ladran al anochecer” es una'''novela corta, que pide ser leída de tirón'''

Clara y Jorge son un matrimonio que acaba de mudarse desde la ciudad a un chalet sito en una urbanización de la sierra. Pronto sabremos que en realidad huyen de algo que pasó en el lugar donde vivían antes. Han decidido cortar por lo sano y alejarse de todo y todos los que le conocen para intentar iniciar una nueva vida juntos. Y es que en su pasado hay un terrible secreto que quieren mantener oculto. Pero a veces no es tan fácil y los secretos se desvelan cuando menos te lo esperas.

Al principio todo es idílico: una casa grande, con jardín, en una buena urbanización donde todo el mundo se conoce y donde, parece, todos están dispuestos a ayudar a los vecinos. Clara y Jorge son recibidos con los brazos abiertos y enseguida se les invita a las fiestas y reuniones que ocasionalmente organizan. Pero el tema de la vecindad es complicado para ellos pues en su anterior vivienda los rumores de los vecinos, el vacío que le hicieron a Clara, les hicieron mucho daño y estuvieron a punto de destrozarles la vida.

Éste, el de los rumores, es uno de los temas que plantea la novela. El daño que pueden hacer unos rumores, fundados o infundados, da igual. Como se suele decir, critica que algo queda. Basta con que alguien diga algo malo de otra persona para que se propague como la espuma y al final todos lo den como algo cierto.

El otro tema que plantea el libro es el de los celos y el daño que pueden hacer en una relación de pareja. Uno de los miembros del matrimonio es muy celoso y siempre está dispuesto a creer que el otro le es infiel. Da igual que no tenga motivos, los celos son así. Y hacen daño tanto a quien los tiene como al que los sufre

La novela está narrada por Jorge lo cual tiene varias consecuencias. Principalmente, que sólo conoceremos a Clara según Jorge la ve y que nunca sabremos cuál es la versión de ésta. Por lo tanto, sólo tendremos una parte de la historia, la de Jorge. ¿Verdadera o falseada por él? Pues no lo llegaremos a saber porque la novela no lo aclara por lo cual cada lector tendrá que sacar sus propias conclusiones. ¿Es Jorge un narrador veraz y cuenta los hechos tal y cómo él los vive? ¿Da una imagen verídica de su esposa o la tergiversa totalmente? Parece una persona razonable pero, claro, cuando contamos algo y, si encima hay algo malo en los hechos, siempre vamos a dar la versión que más nos favorezca, así que cualquier cosa es posible. Será el lector el que, una vez terminada la novela, tendrá que decidir si se cree la versión de Jorge o, al contrario, le considera un manipulador y piensa que las cosas han ocurrido de otro modo. Yo, si queréis que os diga la verdad, no tengo opinión, no sé a qué atenerme; lo mismo puede ser una opción que otra y no soy capaz de decantarme por ninguna de ellas.

La novela crea una atmósfera tensa, llena de suspense. Quieras o no, el autor te mete en la historia, te atrapa en su red y no te suelta hasta el final.

La novela, de poco más de 150 páginas, está dividida en capítulos cortos. Capítulos que, cuando terminas, piensas: voy a leer uno más. Y así uno tras otro. El lenguaje utilizado es sencillo, claro, cercano, coloquial incluso. Como he dicho más arriba, está narrada en primera persona por Jorge, uno de los dos protagonistas. Sin embargo, no llegaremos a conocerle bien porque, al menos a mí, me ha quedado la duda de si es verdaderamente cómo él mismo nos hace creer o todo lo contrario.

Estamos ante una novela muy corta que perfectamente podría leerse de un tirón. Se lee fácil y, como he dicho antes, te envuelve en su misterio de tal manera que quieres seguir leyendo para ver qué pasa al final. Pero, ay, llega ese final y a mí me ha dejado plof. El final es abierto, totalmente. No da ninguna explicación de lo que ha pasado, no resuelve los interrogantes que te has planteado a medida que leías. Y a mí eso no me gusta. No me gustan los finales abiertos, no me gusta tener que hacer mi propia interpretación. A mí me gusta saber lo que pasó, con pruebas y no quedarme con la duda. No digo que este final no sea coherente con el tenor de la historia –de hecho, a muchos de los participantes en la lectura conjunta les ha encantado-; quizás convenga, no digo que no; pero a mí me ha dejado mal. Yo quiero saber qué pasó exactamente y qué pasará después. Dejarme así, en mi caso, es dejarme a medias. Y me ha dado mucha pena porque el libro, hasta el último capítulo, me estaba encantando. Pero ese final abierto ha hecho que baje unos cuantos puntos en mi valoración. Es cuestión de gustos personales, ya os digo, siempre me pasa con finales de este tipo. Me hubiese hecho falta un epílogo, aunque sólo fuese de unas líneas, en el que se nos contase cómo pasaron exactamente las cosas. Por ejemplo, hubiera estado bien una carta, un extracto de un diario de Clara, no sé, algo similar. Si la hubiera habido, para mí la novela hubiera sido redonda.

Conclusión final

“Los perros siempre ladran al anochecer” ha sido una buena lectura pero podría haber sido una magnífica lectura (de hecho, lo fue durante el 99% de sus páginas) si hubiera tenido un final cerrado. Por lo demás, la historia, la ambientación, la forma de escribir de Andrés, la construcción de los personajes…, todo me ha encantado. Por lo que ahora tengo aún más ganas que antes de leer más novelas suyas.

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