"Pasaje a Tahití" - Eva García Sáenz

Hace un montón de tiempo que tengo pendiente la primera novela de esta autora, “La saga de los longevos”, de las que tantas reseñas positivas he leído y que tanto me apetece leer. Pero, como suele pasar, entre tantas lecturas conjuntas y simultáneas, líos en los que participo y tal, se ha ido quedando ahí, esperando su turno que parece nunca acaba de llegarle (¿habrá que organizar una lectura conjunta para “obligarme” a leerla?). Y, como también suele pasar, al final me he estrenado con la autora con otra novela, la que hasta hace un mes (cuando publicó su tercera novela, continuación de “La saga de los longevos”) era su última publicación “Pasaje a Tahití”, una novela landscape que, os adelanto, me ha gustado mucho

Éstas son mis impresiones

Eva García Sáenz

Eva García Sáenz de Urturi nació en Vitoria en 1972 y vive en Alicante desde los quince años.

Se diplomó en Óptica y Optometría y durante una década ocupó varios puestos de dirección en el sector óptico. En la actualidad trabaja en la Universidad de Alicante, además de impartir ponencias y cursos de redes sociales.

Casada y madre de dos niños pequeños, durante tres años dedicó todas las noches a documentarse y escribir su primera novela: La saga de los longevos.

Después de esperar una respuesta por parte de las editoriales, decidió autopublicar su novela en Amazon, la mayor librería online del mundo. Para ello contrató su propia portada, diseñó su página web y se lanzó ella sola a dar a conocer su novela en Internet.

Sin

más ayuda que la de los propios lectores, que la recomiendan entusiasmados, La saga de los longevos se ha convertido rápidamente en un fenómeno literario en las redes sociales, y en un caso de estudio al superar en ventas a los best sellers tradicionales. Tanto es así que a no tardar fue “fichada” por una editorial, La Esfera de los Libros, que la publicó con una bonita edición.

Hace unos meses, publicó con Espasa, del grupo Planeta, “Pasaje a Tahití” y, aún más recientemente, ha publicado en Amazon “Los hijos de Adán”, continuación de “La saga de los longevos”

Datos técnicos

Título: “Pasaje a Tahití”
Autora: Eva García Sáenz
Editado por Espasa (Planeta)
Fecha de publicación: 3 de junio de 2014 
Páginas: 480
ISBN: 978-84-9998-023-2
Edición: Tapa blanda con solapas
Precio: 19,90 edición de tapa dura /9,99 ebook
ISBN: 978-84-670-4125-5

Argumento

1890. Bastian y Hugo Fortuny parten a Tahití en busca de una oportunidad después de perder su trabajo

como sopladores de vidrio en su Mallorca natal. Durante la travesía conocen a Laia Kane, la hija de un cónsul inglés corrupto en Menorca al que han desterrado a la isla de la Polinesia. Este encuentro marcará la vida de los hermanos Fortuny y de Laia para siempre.

1930. Denis Fortuny, el heredero del imperio de las perlas de lujo en Manacor, decide viajar a Tahití para averiguar el misterio que se oculta tras sus primeros años de vida.

Una historia épica de amor, superación, lazos familiares y secretos con el telón de fondo del Tahití colonial y el fascinante origen de las perlas cultivadas.

Impresiones

“Pasaje a Tahití” es una novela de corte landscape que he disfrutado mucho. Tanto por el escenario exótico en el que se sitúa, que me ha permitido conocer parte de la interesante historia de Tahití pero, sobre todo, por lo referente a las perlas y su distinción entre naturales, cultivadas y artificiales. Esta última parte me ha resultado de lo más instructiva y curiosa.

La novela narra las aventuras de dos hermanos mallorquines, Hugo y Bastian Fortuny que, huérfanos y sin trabajo, abandonan su Mallorca natal, con rumbo a Tahití donde a Bastián le han hablado de un suculento negocio. Por supuesto, cuando llegan, no hay tal negocio y los hermanos han de buscarse la vida como buenamente pueden. Y lo hacen cada uno a su manera. El serio y forma Hugo no tarda en codearse con la flor y nata de la sociedad tahitiana, inaugurando un próspero comercio; mientras que Bastián prefiere una vida más acorde con la naturaleza, muy exuberante en la isla y se une a unos indígenas pescadores de ostras.

Pero entre ellos habrá una mujer, Laia Kane, hija del exembajador mallorquín, a quien conocen en el barco que les llevó a todos a Tahití. Laia vivirá una apasionada historia de amor con uno de los hermanos pero se casará con el otro

Años después, los Fortuny son una rica familia mallorquina, que ha puesto en funcionamiento una fábrica de elaboración de perlas artificiales. El padre, Hugo, ha muerto recientemente y los tres hermanos menores pretenden repartirse la herencia. Para ello, deberán pasar por encima de la madre, Laia, y de su hermano mayor Dennis. Cuando Laia desaparece, todo se complica, más cuando aparece su cadáver. Todos parecen sospechosos, incluso sus propios hijos. Dennis decide marchar a Tahití en busca de su pasado y respuestas a las preguntas que se ha hecho toda la vida.

La novela está narrada en dos tiempos cosa que, repito una vez más, a mí me suele gustar mucho. Y esta vez no ha sido una excepción. Me resulta siempre muy interesante la perspectiva que nos da de los hechos presentes, conocer los hechos pasados. El pasado se sitúa a finales del siglo XIX y “el presente” hacia los años 30. No hay una alternancia exacta entre los capítulos dedicados a cada momento pues, por ejemplo, puede haber un capítulo situado en el presente al que le sigan dos capítulos situados en el pasado y viceversa; de hecho, yo diría (no los he contado) es que hay más capítulos dedicados al pasado, por lo menos al principio de la novela, para terminarla con más capítulos que transcurren en el presente.

Dos tiempos se dan la mano en esta novela pero también dos escenarios: Mallorca y Tahití. Aunque Mallorca me encanta, sin duda me ha interesado más lo referente a Tahití por la nota de exotismo que aporta. Sinceramente, poco o nada conocía de Tahití hasta leer la novela; la única imagen que tenía de la isla es la aportada por los cuadros de Gauguin, con esos personajes tan simpáticos y esos colores vibrantes y atractivos. La novela me ha permitido conocer algo de su etapa colonial y de la forma de vida de sus habitantes, tanto la población autóctona como la extranjera que, cómo no, era la dominante.

Importantes en esta novela son los personajes, muy bien definidos y caracterizados. Hugo, Bastian, Laia y Dennis son los protagonistas absolutos de la novela. Los cuatro están dibujados con mimo, en todos sus detalles, de tal manera que el lector acaba conociéndolos. Son personajes muy diferentes entre sí y que en la mayor parte de los casos se hacen de querer. Además, es curioso como en algunos casos vas cambiando la imagen que tienes de ellos. Por ejemplo, al principio se nos presente al tío Dennis como un bala perdida y ésa es la imagen que ha transcendido a sus sobrinos; pero todo cambia en cuanto viajamos al pasado y le conocemos personalmente: vemos cómo es realmente y, al menos en mi caso, se convirtió en mi personaje preferido. Laia también evoluciona; es probablemente, el personaje más complejo; tanto que hay algunas cosas que hace que me han chirriado un poco, no he acabado de comprender (no quiero meter spoilers pero, para quienes lo hayan leído, sólo os diré que me parece que una madre no actuaría de la forma que lo hace ella…). Hugo es el que menos cambia: es lo que es y mantiene su postura desde el principio hasta el final, te guste o no. Dennis también me ha gustado bastante y también cambia: empezando como un personaje un poco estirado, en cuanto viaja a Tahití empieza a relajarse y a abrirse a cosas nuevas, es como si se quitase el traje y corbata y se permitiese ser él mismo.

Estamos ante una novela que tiene de todo y que es difícil encuadrar en un solo género. Por el exotismo de uno de los escenarios en los que se desarrolla, podríamos considerarla una novela landscape o de viajes. Pero es también, sin duda, una novelafamiliar pues todo gira en torno a la historia de una familia, los Fortuny, en dos generaciones; y, como en cualquier novela de este tipo, hay secretos ocultos bajo siete llaves. Es también una novela de aventuras pues a los protagonistas les pasan bastantes cosas. Tiene una parte histórica, la referente a la época colonial tahitiana y a la crisis económica vivida en la época. Una pequeña parte de misterio (la desaparición de Laia Kane). Y, sin duda, una historia de amor; una muy bonita historia de amor. Con tantas cosas es difícil no encontrar una que atraiga al potencial lector.

Se ve que detrás de la novela hay un importante trabajo documentación de la autora que, sin embargo, se nota sutilmente en la novela: Eva no da datos y datos históricos o técnicos, pero se nota que ha tenido que leer mucho para conocer la vida en Tahití y Japón en la época (interesantísimas las historias sobre las amas o pescadoras japonesas de ostras), la pesca de ostras, los intentos de cultivar perlas mediante introducción de cuerpos extraños en ostras, la elaboración de perlas artificiales…. Y, sin casi darte cuenta, el lector también aprende de todos estos temas.

La autora utiliza dos técnicas narrativas distintas a la hora de contar los hechos: los del pasado aparecen narrados en primera persona por Bastian o por Laia; los del presente, en tercera persona por Dennis. Para saber en qué momento nos encontramos, al inicio de cada capítulo se nos dice en qué lugar estamos, qué año y un nombre, que será el que protagoniza y narra –o, tratándose de Denis, desde cuya perspectiva es narrado- el mismo.

La alternancia entre personajes, lugares y momentos, hace que la novela resulte de lectura ágil, con ritmo e interés constante. La prosa de la autora es cuidada, clara y sencilla, de fácil lectura.

Como único “pero” diré que hay una cosilla del final que me ha chirriado un poco. Es difícil hablar de ello sin contar nada importante, así que tan sólo apuntaré que se refiere a la actuación de Laia, tanto en el pasado como en el presente; hay alguna cosa que no me acaba de cuadrar en su forma de actuar. Entiendo que es por el bien de la narración y la verdad es que no desmerece el resultado el final, pero ahí est´…

Finalmente, como curiosidad, decir que en la novela sale algún personaje real como el famoso pintor Gauguin

Conclusión final

Sin duda, “Pasaje a Tahití” me ha gustado mucho. Es una novela muy entretenida, que me ha resultado la mar de interesante y me ha enseñado algunas cosas. Además, me ha mantenido pegada a sus páginas tratando de averiguar cuáles podrían ser esos secretos que tan celosamente guardan los Fortuny

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