"La pintora de estrellas" - Amelia Noguera

El año pasado me estrené, por fin, con Amelia Noguera, una autora que seguía por las redes y a la que tenía ganas pues, por su forma de escribir y por los temas que tocaba, sabía que me iba a gustar. Como así fue. Así que era cuestión de tiempo seguir leyendo el resto de su obra, pasada y futura. El momento le ha llegado este mismo mes, con ocasión del mes temático de la novela guerrera. Pensé que era el momento perfecto para leer “La pintora de estrellas”, una novela que había recibido muy buenas críticas (de gente con gustos afines a los míos) por lo que estaba segura de que me iba a gustar. Como así ha sido

Ya sabía que esta novela no tenía nada que ver con la anterior y aunque aquélla me gustó mucho, ésta me ha gustado aún más.

Éstas son mis impresiones.

Amelia Noguera

Así se define ella en su propia página web “Inquieta, perfeccionista, sincera, crítica, tímida, soñadora, pertinaz. Mis novelas son yo misma y no pienso abandonarlas, a pesar del mercado, a pesar de las crisis. Hay que seguir creyendo en lo que te hace ser mejor, hasta el final. A pesar de. Y para todo lo demás, escribo, escribo y escribo. Y leo, leo y leo. Y cuando deje de querer aprender, habré muerto.

Mis novelas publicadas hasta ahora:

.- "Escrita en tu nombre",

.- "La pintora de estrellas"

.-"Prométeme que serás feliz".

.- "Oscuridad"

.- “La marca de la luna”

Podéis saber más de ella, de su obra y de su forma de escribir en su blog

Datos técnicos

Título: “La pintora de estrellas”

Autora: Amalia Noguera

Edición: autopublicado en Amazon (a principios de año, verá la luz en papel de la mano de Suma de Letras)

Formato: Versión Kindle

Tamaño del archivo: 746 KB

Longitud de impresión: 406 páginas

ASIN: B0080TP512

Argumento

París, en la época de la ocupación alemana.

Elisa es una joven pintora recién licenciada en la École Nationale Supérieure des Beaux Arts que acaba de comenzar su carrera profesional. Bajo el auspicio de la influyente marchante parisina Danielle Lambert, está introduciéndose en el mercado del arte a costa de falsificar para la exquisita galerista algunos cuadros destinados a clientes en otro tiempo pudientes. Pero un día su frágil mundo se desmorona sin que Diego pueda hacer nada por impedirlo. Entonces empezará a pintar estrellas y arriesgará con ello su propia vida en un intento temerario de engañar al ERR, el servicio dirigido por el mariscal Goering e ideado por Hitler para expoliar el arte de toda la Europa ocupada, y evitar que los nazis saqueen de los museos parisinos las obras de los pintores degenerados y desaparezcan así para siempre.

Madrid, en la actualidad.

Violeta, incapaz de impedir que Álvaro la maltrate, descubre que está embarazada y le deja una temporada para intentar decidir si pone fin a su relación y tiene a su hijo. Va a visitar a su abuelo Diego, con quien vivía desde niña, y juntos regresan al viejo palacete de la familia en Asturias, donde ambos emprenderán un viaje hacia lo más hondo de su ser, de sus luces y de sus sombras. En ese camino, Violeta intentará averiguar cómo ha llegado a renunciar a sí misma y Diego se reencontrará con su amor: Elisa, la pintora de sus sueños, la única mujer a la que amó. Violeta buscará en su abuelo el apoyo que necesita para volver a sentirse mujer y Diego intentará encontrar en ella la fuerza para desvelarle un secreto que lleva asfixiándole desde que, muchos años atrás cuando su amada Elisa y él abandonaron España en los estertores de la República y se instalaron en París, ella se vio inmersa en una trepidante conspiración dirigida por la Resistencia francesa para engañar a los alemanes y él tuvo que tomar una decisión que le consoló y le atormentó el resto de su vida.

Una original novela de intrigas, traiciones y desengaños. Dos historias de amor en dos mundos y dos épocas, dos pasiones dañinas, dos búsquedas de la verdad que convergen en un hermoso palacete azul que, tal vez, hablará.

Impresiones

Como he comentado al principio, “La pintora de estrellas” me ha gustado mucho; muchísimo. Me ha parecido que cuenta una historia preciosa y lo hace de una manera deliciosa. Me explico.

La historia que narra la novela –las dos historias, en realidad, aunque convergen en una-, son preciosas y llenas de interés.

Tenemos, como digo, dos historias, una que transcurre en el presente y otra en el pasado. La del presente está protagonizada por Violeta y su abuelo. Violeta es una joven casada que lleva años sufriendo malos tratos. Su marido dice amarla pero no duda en pegarla –según él porque la quiere demasiado-. Y, como suele pasar, ella le disculpa. Hasta que descubre que está embarazada y, no queriendo él de nunca tener hijos y no sabiendo ella qué hacer, decide, tras la última paliza, irse a casa de su abuelo para pensar en su futuro. Su abuelo le pide que le acompañe a Asturias y allí Violeta descubre la que fue la casa familiar de su abuelo; un precioso palacete azul lleno de secretos y recuerdos.

El abuelo tiene asuntos que resolver. Desde el principio vamos a saber que hay algún secreto en su pasado, relacionado con la época en la que, huyendo de la inminencia de la guerra civil, huyó a Francia junto a su familia y dos amigos: Elisa, de la que siempre estuvo enamorada y su mutuo gran amigo Martín. Elisa era una gran pintora que en París encontró un lugar para desarrollar su arte pero, también, para realizar una actividad que, cuando llegó la Segunda Guerra Mundial y los nazis ocuparon París, supondrá un gran riesgo.
Así, mientras Violeta va descubriendo cosas del pasado de su abuelo y su familia, en el presente, nosotros vamos a vivir –mediante la parte que transcurre en el pasado- dichas historias tal y como ocurrieron.

Presente y pasado se alternan en la novela. Ya sabéis que me encanta la alternancia de historias porque considero que enriquece mucho las tramas pero es una técnica literaria que tiene un alto riesgo: que una de ellas resulte más interesante que la otra u otras. No es el caso, pues ambas me han interesado por igual. Quizás sea porque, en definitiva, ambas historias sean una misma, desarrollada en dos tiempos.

Amelia es una escritora comprometida socialmente. Eso se ve en sus novelas y en las redes sociales. Si en “Prométeme que serás delfín” cargaba las tintas sobre los recortes en educación y sanidad y nos acercaba una terrible enfermedad llamada TDHA, en “La pintora de estrellas” habla de los malos tratos y el abuso a menores. Además y, aunque esto ya es historia, recuerda un episodio funesto de la historia del siglo XX –la Segunda Guerra Mundial- desde un punto de vista original: el del robo por parte de los nazis de valiosísimas obras de arte.

El tema de los malos tratos siempre me pone los pelos de punta. Más como cuando, como en esta novela, está tratado con tanto acierto. A través de una especie de diario que escribe Violeta, vamos conociendo cómo empezó todo. Cómo su guapo y fantástico marido le descubrió que tiene dos caras: esa bonita, que muestra a la sociedad, y esa oscura que le muestra sólo a ella. Los celos, el afán de posesión, ese “querer demasiado”, casi han anulado a Violeta. Siempre sorprende cómo las mujeres maltratadas no son capaces de cortar con la relación con la primera bofetada. Pero es que esto se ve muy fácil desde fuera; supongo que hay que estar dentro, sintiéndose anulada poco a poco por malos tratos primeros psicológicos y luego físicos. Tiene que ser difícil plantarse cuando, tras un episodio de violencia, él vuelve arrepentido y diciendo que te quiere. Todo eso, los sentimientos encontrados de la mujer maltratada, su imposibilidad de decidir, su inseguridad, están tratados a la perfección por Amelia. Realmente uno llega a ponerse en la piel de Violeta y a entender su zozobra.

Así me imagino la casa de Diego

El tema del robo de obras de arte me ha fascinado. Ya había oído hablar de que durante la ocupación de Francia por los nazis, “desaparecieron” muchas obras de arte. Obras que, según los invasores, habían pertenecido antes a Alemania y lo que hacían ahora era recuperarlas (bueno, y destruir algunas “indecentes” desde su punto de vista, como las pintadas por homosexuales, gentes de izquierdas, judíos, etc…). Me ha gustado mucho conocer con detalle cómo fue todo el asunto. Se nota que Amelia se ha documentado bien sobre esa época y ese asunto y, de forma muy amena y entretenida, lo transmite perfectamente al lector.

Siempre me sorprende como, habiendo tantas novelas que hablan de la Segunda Guerra Mundial, se encuentren todavía puntos de vista originales (como lo es el de la expoliación del arte).

Ya sabía por las redes sociales que Amelia es una enamorada del arte, especialmente de la pintura, y en esta obra lo demuestra. Elisa, una de las protagonistas es pintora; como lo fue su madre Clara y, en otro ámbito, como lo es Violeta. A través de ellas vamos a conocer el proceso de la creación de un cuadro, el mundo de los marchantes, las falsificaciones, etc… Todo ello, tan interesante como las tramas principales.

Es “La pintora de estrellas” una novela difícil de encuadrar en un género; probablemente porque bebe de varios. Es una novela histórica; más en concreto, una novela guerrera pues habla de dos guerras horribles, la civil española y la segunda de las mundiales. No encontraréis en ella escenas bélicas, pero sí la forma en la que algunas gentes las vivieron: desde el exilio la primera, desde la ocupación la segunda. También es una novela familiar, que nos cuenta las visicitudes de varios miembros de una familia y nos plantea unos secretos, que se han mantenido ocultos a lo largo de los años y que Violeta y nosotros los lectores vamos a tener que descubrir. Pero ante todo y sobre todo, es una historia de amor. Una preciosa historia de amor, de las más bonitas que he tenido ocasión de leer. Un amor grandísimo, el de Diego y Elisa, que traspasada los años e incluso la muerte. Un amor que conoceremos desde el punto de vista de Diego, quien nos transmite a la perfección lo que sentía por su adorada Elisa. Con una sensibilidad exquisita, la historia de amor de estos dos grandes personajes me ha puesto en muchas ocasiones los pelos de punta. Junto a ella, también habrá otras historias de amor, como la de Violeta y su marido (de desamor en este caso), la de Martín, la de Danielle, la de Jaime y Clara….

Es, por lo tanto, un libro que, al tocar diferentes géneros, puede interesar y gustar a muchos tipos de lectores pues, muy probablemente, cada uno encontrará en él una parte que le llegue más, que le interese sobre las demás.

El estilo de Amelia me ha encantado. Ya me gustó, como os digo, en “Prométeme que serás delfín” pero en esta novela aún se luce más. Es una novela más compleja por lo que tiene más posibilidades de reflejar su buen hacer. Su escritura es impecable y goza de una sensibilidad especial. Cuando roza temas delicados (como los malos tratos, los abusos a menores, etc…) lo hace de una manera cuidadosa y emotiva. Su prosa es cuidada y detallista; no obstante, es una novela que engancha y resulta fácil de leer. Los personajes están trazados con lupa y parecen tan reales, les llegas a coger tanto cariño, que da pena decirles adiós. He adorado a Diego, Violeta, Elisa y Clara; me han dado ganas de abrazar a Jaime; he odiado al marido de Violeta e incluso a Anna; ninguno me ha dejado indiferente.

Conclusión final

En definitiva, “La pintora de estrellas” es una novela fascinante, que cuenta una historia –un montón de historias- preciosa, que cuenta con unos personajes que calan hondo, que está escrita con una prosa impecable, que engancha, que te mete en sus redes y no te suelta. En definitiva, que tenéis que leer.

Nota: en unos meses se publicará en papel por la editorial Suma de letras. Enhorabuena Amelia, por fin ha llegado tu hora!

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