"Deseo de chocolate" - Care Santos

Hace tres años leí por primera vez una novela de Care Santos. Por aquel entonces yo no conocía a esta escritora; lógico por cuanto que, hasta entonces, se había centrado en la literatura juvenil, por la que yo no me suelo prodigar. La novela con la que yo me estrené, fue con la que ella se estrenó en la literatura adultos, la magnífica “Habitaciones cerradas”. Me fascinó esa historia de secretos familiares; tanto que la considero una de mis mejores lecturas del año 2011.

El año pasado me lancé de cabeza sobre su nueva publicación, “El aire que respiras”, que concluí con un sabor agridulce por cuanto que, de nuevo, me había gustado la forma de escribir de Care pero, por el contrario, la historia no me había dicho nada y no me llegó a enganchar en ningún momento

“Deseo de chocolate” es su tercera novela para adultos y me llegó a casa por sorpresa acompañada de una chocolatina riquísima. Os adelanto que me ha gustado más que “EL aire que respiras” pero no tanto como “Habitaciones cerradas”, que sigue siendo mi preferida

Éstas son mis impresiones

Care Santos

Nació en Mataró el 8 de Abril de 1970

Escritora y crítica literaria española nacida en Mataró el 8 de abril de 1970. Cursó Derecho y Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona, pasando a ejercer después como periodista en medios como Diari de Barcelona, ABC y El Mundo. Fue fundadora de la Asociación de Jóvenes Escritores Españoles, de la que llegó a ser presidenta, y coordinadora del prestigioso sitio web de crítica literaria La tormenta en un vaso.

Como escritora ha publicado especialmente en lengua española, habiendo sido traducida a media docena de idiomas. Ha recibido gran cantidad de premios tanto de novela (finalista del Primavera y ganadora del Ateneo Joven de Sevilla) como de relato (premio Ciudad de Alcalá, premio Ana María Matute y premio Alfonso Cossío, entre otros). Sin embargo, es como autora de narrativa juvenil como ha brillado especialmente, ganando los premio Gran Angular y Edebé, entre otros.

Argumento

“Deseo de chocolate” nos ofrece un recorrido por la vida de tres mujeres que tienen en común dos solas cosas: haber vivido en Barcelona y haber poseído una chocolatera de porcelana blanca, con una inscripción en su base y una peculiaridad: que en ella cabe, exactamente, el contenido de tres tazas.

Sara vive en el presente y pertenece a una familia de gran raingambre chocolatera. Ella sigue regentando la chocolatería de sus padres y se enorgullece de fabricar el mejor chocolate de Barcelona. Conoció a su marido y al gran amigo de ambos, Oriol Pariot, precisamente haciendo un curso sobre el chocolate.

Aurora vivió en el siglo XIX. Hija ilegítima de una criada que murió al darle a luz, fue criada por la familia en la que su madre trabajar para servir a la hija de la familia, nacida al mismo tiempo que ella.

Mariana vive en el siglo XVIII. Su marido es el fabricante de chocolate más famoso de la ciudad y ha creado una máquina para hacer chocolate que todos codician: los demás miembros del gremio de chocolateros, los franceses, los ingleses. Y el problema es que su marido hace tiempo que no está y ella ya no sabe cómo hacer frente a todos los problemas que la acechan.

Tres mujeres, tres siglos, una jarrita de chocolate y una pasión de lo más golosa.

Datos técnicos

Título: “Deseo de chocolate”
Autora: Care Santos
Editorial: Planeta
Edición: tapa dura con sobrecubierta
Fecha de publicación: 13 de mayo de 2014
424 páginas
ISBN: 978-84-08-12833-5
Precio: 21,00 en papel /9,99 ebook

Impresiones

Antes de nada, y por si os interesa el tema de los premios, os diré que esta novela resultó ganadora del Premio Ramon Llull 2014

Como siempre que se trata de las novelas de Care Santos, Planeta nos ofrece una preciosa edición. Tapa dura con sobrecubierta. En la portada, en tonos marfil y marrón, podemos ver una niña pequeña, de espaldas, con abrigo y sombrero naranjas asomada al escaparate de una chocolatería.

La estructura de la novela es bastante original. Más que una novela, son como tres novelas pues la historia que cuenta cada una de las tres partes en las que está dividida la novela es totalmente independiente de las otras dos. Son distintos personajes, sin ninguna relación de parentesco, amistad u otras entre ellos (no estamos ante una saga familiar como yo creía al principio) y las historias tampoco tienen nada que ver entre sí. Lo único que tienen en común es que están protagonizadas por una mujer, que ésta vive en Barcelona y que resulta ser la poseedora de una preciosa jarra de chocolate de porcelana fina en cuya base pone “Je suis à Madame Adélaïde de France” (pertenezco a Adelaida de Francia).

La novela transcurre desde el presente hasta el pasado y está dividida en tres partes o actos (más un preludio). Cada parte está protagonizada por una mujer y transcurre en un siglo.
El primer acto se titula Guindilla, jengibre y lavanda , está protagonizada por Sara y transcurre en la actualidad. Sara es chocolatera, regenta la mejor chocolatería de Barcelona y está casada con un afable extranjero llamado Max. Max, Sara y el íntimo amigo de los dos –Oriol- se conocieron muy jovencitos en un curso de chocolate e intimaron, con una amistad que emparejó a dos de ellos y se mantuvo a través de los años. No obstante, hace tiempo que no ven a Oriol, un repostero de tremendo éxito, afincado ahora en Japón. Oriol ha vuelto a Barcelona para recibir un premio y Max y Sara van a volver a verlo. Sara recordará los inicios de su amistad y cómo ha transcurrido ésta a través de los años. El mismo día que se conocieron, se fueron de juerga y ella compró, en una casa de antigüedades, una chocolatera en cuya base pone que perteneció a Adelaida de Francia, quien Sara supone fue hija de un rey francés.

La segunda parte o Acto segundo se titula “Cacao, azúcar y canela” y está dividida en capítulos que llevan por títulos nombres de ópera como Tristan und Isolde, , Don Giovanni, Don Pasquale, etc… y es que la ópera va a ser una de las grandes protagonistas de esta parte pues la alta sociedad del siglo XIX –época en la que transcurre- era muy aficionada a la misma y estaba al tanto de todas las obras que se estrenaban en la ciudad condal. La parte histórica viene representada, en esta parte, por la construcción de un nuevo edificio para albergar este arte y la industrialización de la fabricación del chocolate.

La protagonista en esta parte es Aurora, una joven criada huérfana que ha dedicado toda su infancia y primera juventud a cuidar de la díscola hija de una familia rica de la ciudad. Al huir ésta de su casa y de su matrimonio, Aurora tiene que buscarse la vida. Al irse, no puede evitar “coger” la chocolatera en la que siempre servía el chocolate a su pupila, objeto al que le tiene un gran cariño

La tercera y última parte se titula Pimienta, clavo y achicoria y transcurre en el siglo XVIII. La protagonista es Mariana, una joven viuda que lucha por mantener abierta la chocolatería de su marido. Pero lo tiene todo en contra pues es mujer en un mundo, el gremial, sólo para hombres. Su marido, un tal Fernández, ha inventado una máquina para hacer chocolate y todos la codician: los miembros del gremio, los ingleses y los franceses.
Esta parte está basada en personajes y hechos históricos y, sobre todo, en un tal Fernández (el marido de Mariana) al que se le supone inventor de una máquina para fabricar chocolate.

Cuando en una novela se combinan diferentes historias se corre un claro peligro: que al lector le interese unas más que otras. Y esto es lo que me ha pasado: me han gustado más las dos primeras partes que la tercera. No sé realmente por qué, puesto que la tercera es igual de interesante que las otras (incluso tiene más aventuras, más “movimiento”) pero, por algún motivo, no he llegado a conectar con la historia como sí hice con las dos primeras. No es que esté mal pero me ha gustado menos que las otras dos y me ha dado pena porque, además, al ser la última, es la que deja el último recuerdo.

Es una obra muy bien documentada, tal y como ya nos tiene acostumbrados la autora. Care se ha empapado de la historia de Barcelona; no sólo de los hechos históricos sino de la vida de la propia ciudad y de sus habitantes. Nos ofrece, así, un fresco de la vida cotidiana en la ciudad condal durante los siglos XVIII, XIX y XX. Siempre, eso sí, focalizando su atención en el chocolate, su fabricación y su comercialización

La escenificación de la novela es perfecta. Se nota que la autora se ha documentado profundamente sobre la vida de la ciudad en los períodos históricos en los que se sitúa y sabe crear un escenario que se nos muestra como muy real.

Una vez más, la forma de escribir de Care Santos, me ha convencido totalmente. En ella podemos reconocer fácilmente el estilo que, al menos a mí, me cautivó en Habitaciones cerradas. El libro está francamente bien escrito. En él Care demuestra perfectamente que domina el arte de escribir, atendiendo a diversos registros, cambiando de estilo y tempus narrativo según lo exige la historia, adaptándose a la idiosincrasia de los personajes, desarrollando estos al máximo… Nada negativo se puede decir de la forma de escribir de la autora.

La primera parte está narrada en presente de indicativo: “Sara pierde el tiempo…” “Max mantiene sus rutinas matinales”, salvo cuando narra cómo se conocieron los tres personajes, en cuyo caso utiliza tiempos verbales del pasado. En la segunda parte, la autora utiliza una curiosa forma narrativa, puesto que habla directamente a la protagonista “Lo recuerdas perfectamente”, “no es posible, te dijiste”, etc… La tercera parte está narrada en pasado, a veces por un narrador omnisciente, a veces en primera persona. Como veis, la autora utiliza múltiples registros y cambia de una historia a otra, adaptándose a las diferentes situaciones, épocas y personajes.

La disección de la personalidad de los personajes es perfecta, incluso en los más secundarios. Todos aparecen dotados de una entidad cierta que los hace parecer muy reales.

Conclusión final

Tres novelas en una. Una Barcelona a lo largo de tres siglos. El chocolate como telón de fondo en una novela que no puedo calificar de histórica aunque sí tiene datos históricos. De esa pequeña historia de las ciudades, de las gentes normales y corrientes.

A mí me ha gustado así que os la recomiendo.

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