"Los diletantes" -Antonia Romero

Hace unos meses leí “La tumba compartida” de Antonia Romero. Ya os hablé entonces de ella pero, por si no os acordáis, os diré que fue una novela que me gustó mucho al ser un thriller ágil y adictivo, adornado con el trasfondo de una historia egipcia, que tanto me gusta.

No hace mucho, me escribió la autora para pedirme que leyera su última novela, “Los diletantes”. Me decía que no me cerrara en banda, porque era una historia de vampiros; que era consciente de que es un género que a muchos adultos nos entra para atrás pero que la gente que la había leído había quedado satisfecha. No me cerré en banda; al fin y al cabo, a pesar de que la novela vampírica en general no me atrae, en su día disfruté muchísimo con la saga “Crepúsculo” y la última novela de este género que había leído –“Los hijos del viento del Norte”, también me había gustado mucho.

El mes pasado la leí y éstas son mis impresiones

Antonia Romero

Antonia Romero nació en Barcelona. Funcionaria de carrera, en la actualidad trabaja en la Secretaría de un Instituto de secundaria.

Tiene varios premios literarios y de relatos, ha colaborado en revistas digitales y desde 2005 regenta un blog personal que recibe alrededor de seis mil visitas al mes. En 2012 se lanzó al mercado digital, autopublicando sus dos novelas en internet: “Peso cero” y “La tumba compartida”

La tumba compartida alcanzó rápidamente los puestos más altos en las listas de bestsellers, y consiguió una avalancha de críticas positivas de los lectores. El año pasada fue publicada en papel por Ediciones B.

Su última novela es “Los diletantes”, publicada también por Ediciones B en ebook

Si queréis saber más de ella, os remito a su blog: http://antoniaromero.blogspot.com.es/



Datos técnicos

· Título: “Los diletantes”

· Autora: Antonia Romero

· Formato: Versión Kindle (también disponible en otros formatos y en otras plataformas)

· Tamaño del archivo: 2135 KB

· Longitud de impresión: 207 páginas

· Editor: Ediciones B (8 de abril de 2013)

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Argumento

Ada tiene dieciséis años y acaba de mudarse a vivir con su hermana tras la horrible muerte de sus padres en un accidente de tráfico. Ella también resultó malherida y permaneció en coma durante mucho tiempo. Desde que despertó, tiene extrañas pesadillas del accidente y visiones de la vida de cualquier persona que le toque.

Su hermana vive en un pueblo cercano a Barcelona y Ada tiene que empezar allí en un nuevo instituto. Pronto hará amigos.

Al mismo tiempo, retoma sus clases de piano, en las que era muy buena. Tiene la inmensa suerte de que su profesor sea Andrew, un atractivo joven que resulta ser un pianista muy famoso. Pero Andrew es más que eso: un día le toca por casualidad y le viene la imagen de un joven vestido con ropajes antiguos que se cae del caballo y se rompe el cuello; lo curioso es que el joven tiene un parecido extraordinario con Andrew.

Y es que Andrew es un diletante, una de las cuatro razas de vampiros que existen en el mundo. En concreto, la raza más “amable”, pues no se alimenta de sangre humana y su misión es salvaguardar la estabilidad de las relaciones entre humanos y vampiros, impidiendo que éstos se sobrepasen.


Impresiones

Soy consciente de que muchos de los que me leéis vais a pensar “vampiros, uff, no gracias”. Si es así, os pediría que os lo replanteéis dos veces. A mí tampoco me gustan las historias de vampiros en general, pero ésta me ha gustado. Me ha resultado una lectura muy entretenida, imaginativa, bien desarrollada, con mucho ritmo y muy agradable en general. Una lectura muy adecuada para épocas como la veraniega en la que es posible que nos apetezcan novelas ligeras, de lectura fácil y entretenida, con una pizca de romance y de aventura.

Al principio no os voy a negar que me recordó mucho a “Crepúsculo”: chica adolescente que se va a vivir a una ciudad pequeña, es la nueva en el instituto, conoce a un chico que resulta ser un vampiro… Ciertamente hay similitudes pero luego la historia va por otros derroteros. Ah, y la protagonista, Ada, no es tan pavisosa como Bella, lo cual es de agradecer.

Se trata, en principio, de una novela juvenil. Los protagonistas son jóvenes y la forma de estar escrita es adecuada para dicho público. Pero tampoco veo ningún inconveniente para que la disfruten adultos, como ha sido mi caso.

La historia está muy bien elaborada, tiene miga. Parte de que hay cuatro tipos de vampiros, unos más amables, otros más salvajes; hace siglos llegaron a un entendimiento para que todos, incluso los humanos, pudiesen vivir en paz y armonía. En cada grupo hay un guardián de un sello, de ahí el nombre de la saga. Andrew pertenece al grupo de los diletantes, de ahí el título de esta primera parte.

Porque sí, estamos ante una saga; en concreto, ante una pentalogía de la que, de momento, sólo se ha publicado la primera entrega, ésta que hoy reseño. Eso implica que el final de esta novela, aún resolviendo las cuestiones principales que se han planteado, deje en el aire la posibilidad de seguir.

Los protagonistas principales son Ada y Andrew. Ada es una joven de dieciséis años a la que la vida le ha golpeado fuerte: hace unos meses sus padres y ella misma circulaban en un coche cuando sufrieron un fatídico accidente: sus padres murieron y ella quedó en coma. Al fin consiguió despertarse y, tras la oportuna rehabilitación, lleva una vida normal. Pero hay algo que ha cambiado: si toca a una persona o cualquier persona le toca, puede vislumbrar atisbos de su vida, casi siempre de su pasado. Además, por las noches tiene recurrentes pesadillas de la noche del accidente en la que ve a un extraño acercándose al coche de sus padres.

Andrew es un joven guapo, listo y misterioso. Un virtuoso del piano que se ha trasladado hace poco a vivir en una casa solitaria del pueblo barcelonés en el que viven Ada y su hermana. Con él vive su madre. Curiosamente para alguien de su nivel, accede a dar clases particulares a Ada, que no deja de ser una aprendiz. Un día, sin querer, Ada y Andrew se toca y Ada tiene una visión de él: vestido con ropas antiguas, se cae de un caballo y se rompe el cuello. Los chicos se siente irremediablemente atraídos el uno por el otro y a Andrew no le va a quedar más remedio que contarle su secreto: es un vampiro. Pero no un chupasangres porque, tal y como él le cuenta, hay varias clases de vampiros y no todos se alimentan de sangre humana. Él es un diletante porque su padre también lo era, como su madre. No beben sangre humana y por eso pueden salir a la luz del día y llevar una vida y tener una apariencia normales, como cualquier humano. A cambio, no tienen tanta fuerza y tantas habilidades como los vampiros que se alimentan de sangre (los terribles vetalas)

Pero el equilibrio en el que durante siglos han vivido las cuatro clases de vampiros y éstos con los humanos, parece estar a punto de romperse. Algo pasó hace poco; algo en lo que, sin saberlo Ada, está implicada ella y su familia. De pronto la pobre chica ve cambiada su vida entera, la cual empezará a correr un serio peligro.

“Los diletantes” es una novela de aventuras y de amor, con un tinte gótico y victoriano que la hacen muy atractiva. Está narrada con mucho ritmo y no paran de pasar cosas. Si la comparo con la saga “Crepúsculo”, exagerando puedo decir que casi en este primer libro –que no olvidéis, tiene tan solo unas 200 páginas- pasan casi más cosas que en toda la tetralogía de la Meyer. Leyéndola es imposible aburrirse porque no da un respiro. La trama está muy bien construida, con una base argumental sólida que, además, estoy segura de que se va a desarrollar con todo detalle en las entregas posteriores.

Ya lo sabía por “La tumba compartida” pero esta novela me ha confirmado que Antonia Romero es muy buena escritora, con un estilo impecable que combina sin problemas una forma sencilla y ágil de narrar los hechos con una prosa bonita y bien construida. Ello hace de esta novela una lectura fácil, sin complicaciones, ligera, apta para todos los públicos, pero, al mismo tiempo, una lectura de calidad.

En la historia tiene un papel importante la música. No sólo porque tanto Ada como Andrew tocan el piano –dato que, entiendo, refuerza el ambiente de antaño que se desprende de la historia, sino porque Ada no se desprende de su reproductor de música, que lleva a todas partes y en el que escucha música anglosajona. No me digáis de qué tipo ni de qué grupos o cantantes porque yo, al contrario que ella, no soy nada aficionada (jamás he podido escuchar sólo música, siempre que tengo que hacer otra cosa al mismo tiempo porque si no me aburro; y como casi cualquier otra de las actividades de ocio que me gusta hacer son incompatibles con la música porque me distraen, tan sólo escucho música cuando conduzco). Pero estoy seguro de que los aficionados a la música, gustarán de comprobar cuáles son las canciones que escucha Ada, la banda sonora de la novela; idea: escucharlas al mismo tiempo que la leéis.

También señalar que la autora sitúa la acción en nuestro país; más en concreto en un pueblo barcelonés llamado Sant Llorenc, lo que la hace más nuestra y original (supongo que habrá más historias de vampiros situadas en España, pero yo no he leído ninguna)

Conclusión final

“Los diletantes” es una novela adictiva, que no da un respiro y se lee en muy poco tiempo porque te mantiene pegada a sus páginas (virtuales). No es la típica historia de vampiros, ya que la autora le aporta un toque original que tendréis que descubrir por vosotros mismos si con mi reseña he logrado llamaros la atención.

Es una novela muy visual, que puedes “ver” en tu mente a medida que la vayas leyendo. Los personajes están bien construidos, dándonos ya en esta primera entrega los suficientes detalles como para conocerlos bastante bien (detalles que, supongo, se extenderán ampliamente en las cuatro entregas restantes).

Una novela de acción, con una bonita historia de amor y un misterio a descubrir. Muy recomendable.

Yo, desde luego, no me pienso perder el resto de entregas cuando se publiquen. ¿Y vosotros? Si queréis saber más de Antonia Romero y de su obra, no os perdáis la entrevista que publico mañana en el blog; es de lo más interesante.