"Todo lo que cabe en los bolsillos" - Eva Weaver

(Novela reseñada en el seno de la lectura conjunta organizada por Libros que voy leyendo y encuadrada en el mes guerrero)

Cuando desde la editorial Espasa me ofrecieron este libro para leer y reseñar (y hacer un concurso) la verdad es que no lo conocía. Pero investigué un poco y lo que vi me convenció totalmente. Me pareció una de esas novelas que tocan la fibra sensible y que podría ser una gran lectura y no me equivoqué: ha resultado ser uno de los mejores libros que he leído este año. Una historia preciosa, con unos personajes inolvidables y una bonita prosa. Lo tiene todo para gustar.

Éstas son mis impresiones. 

Eva Weaver

Eva Weaver es escritora, artista de performance, entrenadora creativa y terapeuta. Reside en Brighton, Inglaterra.

Todo lo que cabe en los bolsillos es su primera novela.

Datos técnicos

Título: "Todo lo que cabe en los bolsillos" 
Autora: Eva Weaver 
Editorial: Espasa 
Edición: rústica con solpasa 
Fecha de publicación: 26/03/2013 
352 páginas 
ISBN: 978-84-670-0771-8 
Traductor: Cristina Martín Sanz 
Precio: 19,90 edición en papel /13,99 ebook

Argumento

Estamos en Nueva York en el año 2009 y Mika va a contarle a su nieto una historia: la suya.

Él mismo era poco más que un niño cuando Alemania invadió Polonia y metió a todos los judíos de Varsovia, como él mismo era, en un guetto. En un pequeño apartamento, Mika, su madre y su abuelo vivirán una temporada hasta que el abuelo es fríamente asesinado por un soldado. Mika hereda su gran abrigo, que tiene multitud de bolsillos interiores, y bolsillos dentro de los bolsillos.... donde el abuelo guardaba sus tesoros. Como, por ejemplo, las marionetas que él mismo fabricaba en un pequeño cuarto de la vivienda. Mika no sólo hereda el abrigo, sino también su pasión por las marionetas: va a fabricar unas cuantas e, inesperadamente, se va a convertir en el marionetista de los nazis, "el marionetista de Varsovia", pues un soldado llamado Max descubre su habilidad con ellas y le obliga a hacer representaciones para entretener a los soldados.

Retrospectivamente, vamos a conocer la vida de Mika (y de los judíos de Varsovia) durante esos terribles años. Pero también la vida de las marionetas, especialmente la del Príncipe, que acaba parando en las manos de Max y que, con él, pasará una temporada en Siberia.

Impresiones

Es difícil hablar de un libro que te ha gustado tanto como éste me ha gustado a mí. ¿Cómo transmitiros a vosotros las mil y una sensaciones que el libro me ha transmitido a mí? Es difícil pero lo voy a intentar.

Ya os he comentado alguna vez que las novelas situadas en la segunda guerra mundial, especialmente si se centran en el holocausto judío, me suelen gustar mucho. Reconozco que no es difícil hacer una buena novela o, al menos, una novela conmovedora con las premisas de las que parten: el asesinato, frío e indiscriminado, de millones de personas cuyo único "pecado" era ser judías. Si ya coges una historia personal, metes a algún padre que ha perdido a su hijo, o a un hijo que ha perdido a sus padres, o una pareja que es separada en barracones distintos...., es muy fácil hacer una novela de ésas que te pellizcan el corazón. Y no es que recurran a la pena o al sentimentalismo barato; realmente sería difícil hacer una novela "fría" sobre este tema, ¿no os parece?

Hay buenísimas novelas situadas en esta época y cuantas más leo y más conozco casos concretos, más me horrorizo de lo que pasó. Pero no voy a entrar en ello pues ya me explayé lo suficiente cuando reseñé "La bibliotecaria de Auschwitz".

En esta ocasión, vamos a conocer qué fue de los judíos de Varsovia.

Ellos fueron, quizás, los más malparados de todos. Cuando Hitler invadió Polonia, vivían allí 3.300.000 judíos. Si ya los polacos eran considerados por los nazis seres inferiores, los judíos eran peor que eso, ya os podéis imaginar. En Polonia establecieron los nazis los principales campos de exterminio. Nombres que a todos nos suenan (y asustan) como Auschwitz-Birkenau, Chelmno, Belzec, Treblinka, Sobibór y Majdanek.

Pero antes de los campos de concentración, los encerraron en guetos. Ésta era, se suponía, una medida transitoria: hasta que fueran deportados o llevados a los campos pero las condiciones tan miserables de vida en los mismos causaron innumerables bajas, una muerte lenta para muchos judíos, especialmente los más débiles. En Varsovia estuvo el güeto mayor de todos los creados en Polonia. En 3,3 kilómetros cuadrados llegaron a vivir medio millón de judíos. Para octubre de 1940 todos los judíos de Varsovia habían sido recluidos en él. Cerca de una cuarta parte no llegaron a salir de él. Los que salieron no corrieron mejor suerte. 400.000 judíos de Varsovia resultaron muertos.

Con Mika, vamos a conocer de primera mano cómo fueron aquellos tiempos. Mika se vio recluido en el gueto junto a su madre y su abuelo. Luego se les unieron su tía y su prima. Mika vivirá las penosas condiciones de vida del lugar (aunque ellos no eran de los que peor vivían) y, sin proponérselo, se relacionará con los alemanes. Conoce un día a un soldado alemán y, para salvar la vida, saca una de sus marionetas. Al alemán, Max, le hace gracia y decide aprovecharse del joven para divertir a la tropa. Así que le hace acudir en repetidas ocasiones a los cuarteles para entretener a los soldados, sus enemigos. A Mika le asquea, llega a sentir asco de sí mismo pero cuando una especie de resistencia empieza a formarse en el gueto, resulta que Mika, su abrigo y sus marionetas, pueden ser útiles.

Me ha gustado mucho la historia en sí, pero lo que más me ha gustado ha sido Mika. Un personaje fascinante. Porque no es el típico héroe sino todo lo contrario: Mika tiene mucho miedo y piensa mucho las cosas antes de hacer nada. Pero ¿no es en realidad más héroe el que teniendo miedo acaba por actuar que el que no para de meterse en historias peligrosas porque no tiene miedo? Con sus miedos, sus inseguridades y sus dudas, Mika pone su granito de arena para salvar la vida de algunas personas. Mika tiene un gran corazón y es un chico adorable. Me ha encantado su relación con su familia y la historia de amor que vive. Una preciosidad.

Por supuesto, también me ha gustado (si se puede decir así) comprobar una vez más la crueldad de los nazis. Me ha gustado ver cómo trataban a los judíos, en los guetos, humillándolos, matándolos por deporte... Me parece fundamental que de vez en cuando, aunque sea a través de la literatura, recordemos ese negro acontecimiento de nuestra historia reciente. Porque el tiempo todo lo borra y, sin embargo, hay cosas que no deberían ser olvidadas jamás.

En alguna reseña sobre una novela de este tipo me preguntaba cómo pudo ser suceder algo así, cómo lo permitieron los demás alemanes, cómo lo permitió la comunidad internacional. El libro, en cierta forma, intenta responder a esas preguntas (aunque, a pesar de ello, me lo seguiré preguntando porque es algo tan tremendo que no acaba de entrar en mi cabeza). Y lo hace a través del otro gran protagonista de la novela: el soldado alemán Max. Max es soldado y, como tal, mata. A otros soldados (enemigos) y, en este caso, a judíos. Porque así se lo han mandado y el deber de un soldado es obedecer órdenes. Por eso, Max tiene todas las papeletas para caernos fatal. Y nos cae mal al principio pero, poco a poco, muy a mi pesar, me fue cayendo mejor. Y eso me cabreaba, no creáis. En mi descargo diré que dentro de lo malo, Max no es de los peores. No es malvado por naturaleza, no se ensaña y, en concreto, respecto a Mika, le ayuda, salvándole la vida en alguna ocasión, incluso a su familia. Pero es soldado y no deja de hacer las típicas cosas de soldado. No obstante, al final tiene su castigo (y os puedo asegurar que la vida, el destino o lo que sea le castiga bien) por lo que acaba de redimirse ante nuestros ojos. Porque, además, acaba por comprender la realidad de lo que él y sus compatriotas han hecho.

Me ha gustado muchísimo este segundo punto de vista de los hechos, no habitual en novelas de este tipo, que casi siempre están vistas desde el punto de vista de los judíos. Y me ha gustado mucho la forma en la que lo aborda la autora.

El libro está dividido en tres partes. La primera, la más extensa, está dedicada a Mika. Cuando llega al final, queda algo menos de la mitad del libro y yo me preguntaba, tal y como termina la última hoja, ¿con qué me voy a encontrar ahora? Me dio muchísimo miedo que la autora estropeara el magnífico trabajo que llevaba realizando hasta ahora; porque lo que estaba claro es que por ese camino no podía seguir. Por eso me llevé una gran sorpresa cuando abordé la segunda parte y me encontré con que estaba dedicada a Max. Grande y grata sorpresa. 
Finalmente, tenemos la tercera parte, cortita, situada en la actualidad, que cierra el círculo y pone el broche final a una novela perfecta, redonda.

Bonita es la historia e inolvidables los personajes, pero también es bonita la prosa de la autora en ésta su primera novela. Un equilibrio entre diálogo y narración, un lenguaje elegante pero sencillo, ritmo, enganche... ; lo tiene todo para convertir esta novela en un libro que se devora con ansia y que terminas con una sonrisas de satisfacción y unas lágrimas de emoción.

Conclusión final

Creo que no os quedará duda que recomiendo totalmente esta novela. Una historia preciosa, que no cae en la sensiblería fácil pero que emociona, un libro de lo más entretenido, que desaparece en pocos días, un personaje, Mika, de los que no se olvidan, un bonito estilo narrativo. Poco más se puede pedir, ¿no creéis?

Este libro estará, sin duda alguna, entre las mejores lecturas del 2013

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