"La abuela Lola" - Cecilia Samartín

Supe de la existencia de esta novela a través de la propia editorial, Martínez Roca, que me propuso organizar una lectura conjunta sobre ella. Rápidamente busqué información pero no pude encontrar nada ya que el libro ni siquiera se había publicado aún. Así que me tuve que conformar con lo que a simple vista se veía: la preciosa portada, el contundente título y la atractiva sinopsis. Era consciente de que la blogosfera estaba saturada en esos momentos de lecturas conjuntas –yo misma llevaba a mis espaldas unas cuantas- pero lo que me pasó con esta novela fue amor a primera vista y suponía que a más gente le iba a pasar. Afortunadamente, no me equivoqué y tuve así la oportunidad de leer una novela que, por calificarla con una sola palabra, lo haré como deliciosa. Un libro muy especial, de ésos que dejan huella y que recuerdas pasado el tiempo: “La abuela Lola”


Cecilia Sanmartín



Cecilia Samartin es una autora cubana. Nacida en la Habana, cuando tan solo era una niña se vio obligada a huir de Cuba debido ala Revolución. Desde entonces vive en California con su marido. Muchos de sus libros tratan esta dura realidad que le tocó vivir en su más tierna infancia. Estudió Psicología, Terapia familiar y Terapia matrimonial. Actualmente está inmersa en un proyecto para ayudar a mejorar las condiciones de los más desfavorecidos en Los Ángeles.

Entre su larga trayectoria como escritora destacan títulos como Señor peregrino, La abuela Lola oGhost Heart.

A mí sólo me queda desear que se publiquen cuanto antes las demás novelas de esta autora porque si son la mitad de buenas que “La abuela Lola”, ya merecen la pena


Datos técnicos


Fecha de publicación: 01/06/2012
448 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-270-3541-6
Presentación: Rústica con solapas
Colección: MR Emociónate
Traductor: Julia C. Gómez Sáez


Argumento


Sebastian tiene diez años. Es un niño inteligente, despierto, bueno, dulce …, pero no es un niño como los demás. Y es que Sebastián nació con una dolencia cardíaca que a punto estuvo de costarle la vida. Fue operado de urgencias nada más nacer y otra vez a los pocos días, estando en esta segunda ocasión a las puertas de la muerte. Por eso su madre es especialmente protector con é. Y por eso, Sebastián no puede hacer lo que hacen todos los demás niños: correr, jugar al futbol. Mientras los demás niños juegan al futbol en el patio del colegio, Sebastián está tumbado y se ha inventado un nuevo juego: aprovechando un balón unido a un poste por una cadena, se tumba sobre su espalda y con sus piernas tira el balón que va dando vueltas al poste.

Sebastián es un niño muy dulce que se hace querer por su familia, sus profesores… pero que es carne de cañón porque si hay un matón en una clase, ya sabemos en qué niño se va a fijar verdad? En el aparentemente más débil…

Sebastián va a casa de su abuela Lola todas las tardes al salir del colegio. Allí le recoge su madre. El niño adora a su abuela y su abuela le adora a él. Pero un día, al ir a su casa, se encuentra a su abuela inconsciente en el suelo. Afortunadamente, no está muerta pero permanece inconsciente en su cama de hospital durante tres días. Durante ese tiempo, el que peor lo pasa es el niño pues no quiere ni imaginar que su abuela pueda morir. En la cama de al lado, hay una anciana de pelo negro e intensos ojos que, si bien al principio le asusta, al final le va a dar buenos consejos. Incluso cuando muere, pues se le va a aparecer después, cuando el niño más necesita ayuda.

Cuando la abuela Lola despierta del coma, parece otra. Mucho más animada, voluntariosa y vital, decide tomar las riendas de su vida. Retoma una actividad que le encanta: la cocina. Con la ayuda de Sebastián, preparará platos típicos puertorriqueños que unirán a su familia, amigos y vecinos en torno a una buena mesa.


Impresiones


“Una comida preparada con amor no solo alimenta el cuerpo, sino también el alma”. Lo mismo pasa con un buen libro: no sólo se disfruta con la inteligencia sino con todos los sentidos, incluido el gusto y el tacto. Y es que podríamos calificar esta novela como muy sensorial. Es difícil que al leerlo no salivemos, paladeando las riquísimas recetas que preparan Lola y Sebastian. O que no nos lleguen los buenísimos olores del sofrito de verduras, o del riquísimo cabrito… “La abuela Lola” es un libro que no sólo disfrutamos con los ojos y con la cabeza sino con sentidos que, normalmente, permanecen ajenos a la actividad lectora.

Si tuviera que calificar esta novela con un solo adjetivo sería éste: deliciosa. Es un libro que he padaleado, degustándolo lentamente, disfrutándolo, saboreándolo. Me ha entretenido, me ha divertido y me ha emocionado. Mucho.

De ella me ha gustado todo. No le quitaría ni le pondría nada; por más que busco, no le encuentro ningún pero porque, repito, me ha encantado. La historia, los personajes, el estilo narrativo…, todo.

La abuela Lola cuenta una historia muy tierna. He dicho en ocasiones que me encantan las historias con niño; de siempre. Me gusta la manera tan inocente en que los más pequeños ven la vida y me parece muy difícil que un escritor adulto consiga meterse en la piel de un pequeñajo para contar una historia desde su punto de vista. Cecilia Samartín lo logra, sin ninguna duda. Sebastian es el alma mater de la novela, el pivote sobre el que gira toda ella. Y no puede haber mejor protagonista que él. Desde el primer momento, le cogemos un cariño tremendo. Es difícil resistirse a él pues es un niño muy bueno, dulce, tierno… y enfermo. Nos da pena, es inevitable. Nació con una afección cardíaca y está acostumbrado a “bailar con la muerte”, siempre en el filo de la navaja. Nos da pena, no sólo por su enfermedad, sino también por el acoso al que le somete el matón de la clase, el horrible Keith. Así que sufrimos con él. Pero no penséis que es un libro triste porque, aunque tiene partes muy tristes, en general me ha parecido un libro muy optimista y positivo, siempre viendo la versión agradable de las cosas. La autora no busca la lágrima fácil y eso que lo tenía sencillísimo dadas las circunstancias; no busca hacer un dramón de su historia sino un canto de esperanza. Y, aunque el final deja un sabor un poco agridulce, creo que lo consigue.

Junto a Sebastian, tenemos a la otra gran protagonista de la novela, la que le da título: su abuela materna Lola. Lola nació en Puerto Rico y emigró años después a Estados Unidos en busca de una vida mejor para sus hijos. Al poco de morir su marido se incendió su casa. Aunque Lola salió indemne, su familia pensó que había intentado suicidarse y le obligaron a dejar de cocinar. Desde entonces, le envían diariamente comida preparada desde una residencia de ancianos. Lola, sobre todo tras el ataque que le da, es una mujer vitalista, a la que le encanta contar viejas historias familiares de cuando estaba en la isla y a la que, sobre todo, le apasiona cocinar. Y pretende, a través de la buena mesa, reunir de todo a su familia.

Junto a los dos principales protagonistas, tenemos a los padres de Sebastian. El padre es un hombre tranquilo, de buen conformar, cariñoso…, cae bien desde el principio de tal manera que hasta el pequeño fallo que tiene se le perdona. Sobre todo, cuando le comparamos con la bruja de su mujer. Y es que la madre de Sebastian quedó muy tocada al nacer éste. Fue la insistencia de su familia la que hizo que tomase la decisión de operarle por segunda vez, a los pocos días del nacimiento, y el pequeño casi se queda en la operación. Desde entonces, se convierte en una leona protegiendo a su pequeño y piensa que sólo ella sabe lo que le conviene. Se cierra en banda a todo lo que le dicen los demás, ya sean los médicos, ya su familia, incluso su marido el padre del niño, a quien no duda en ocultarle cosas. Se ha convertido en una mujer amargada que, por ello, no nos acaba de caer bien. Sin embargo, como madre, me pongo en su lugar y me digo que quizás yo hubiese actuado como ella. ¿Quién sabe cómo reaccionarás cuando la vida de tu hijo depende de un hilo? Visto desde fuera, su actitud no parece correcta negándose a operar de nuevo al niño cuando los médicos así se lo aconsejan y, sobre todo, apartando completamente al padre de la toma de decisiones pero vuelvo a decir, es imposible ponerse en su lugar y quién sabe lo que haríamos nosotros en su lugar.

Junto a la familia más directa de Sebastián, compuesta también por su hermana Jennifer, tenemos a los dos hermanos de su madre Gloria, Gabi y Mando. Gabi es la más joven, un tanto hippy y muy abierta de mente mientras que Mando es el mayor, un rico hombre de negocios. Está casado con Susan pero Susan y Gloria hace años que no se hablan; de hecho, se odian profundamente y tendremos que leer muchas páginas para saber por qué.

Tenemos por lo tanto una familia que sólo lo es de nombre. Pero la abuela Lola se ha propuesto cambiar las cosas y lo va a hacer como mejor sabe: cocinando. Nadie puede resistirse al rico olor y sabor de sus guisos y, poco a poco, uno a uno, los miembros de la familia van acercándose a la casa de la abuela y, ya se sabe, que el roce hace el cariño.

Me ha gustado mucho el estilo de al autora. Cecilia Samartín es cubana pero el libro no está escrito en castellano con toques sudamericanos sino en inglés ya que desde niña vive allí. Por tanto, es una novela traducida. Y no encontramos prácticamente elementos típicos de la literatura sudamericana; digo prácticamente porque a mí sí que hay varias cosas que me han recordado a algunos autores de allí. En concreto, la importancia de la comida me ha recordado a “Poderosa Afrodita” de Isabel Allende o a “como agua para chocolate” de Laura Esquivel. Y las apariciones de la anciana de pelo negro le dan, en mi opinión, un ligero toque de ese realismo mágico tan presente en muchos autores sudamericanos, entre ellos la citada Isabel Allende (aunque en mucha menor medida).

El estilo narrativo es sencillo y los personajes y situaciones descritas aparecen como muy reales.

Me ha gustado mucho su prosa, muy correcta y llena de ternura. No es un libro de ritmo trepidante pero se lee sin darte cuenta porque no cuesta nada sumergirte en la historia de Sebastian y su familia, a la que llegas a conocer casi tan bien como a la propia. Más que para devorar, es un libro para saborear despacito. Y, siguiendo con los símiles gastronómicos, estoy seguro de que, si os adentráis entre sus páginas, os dejará un muy buen sabor de boca.

Finalmente, comentaros que al final del libro vienen las recetas de los platos que se mencionan en el libro. No he hecho todavía ninguno y alguno será complicado de hacer por la dificultad en encontrar alguno de los ingredientes pero tengo en mente hacer unos cuantos, ya os diré qué tal saben.




Conclusión final

Ni que decir tiene que recomiendo el libro. Me ha gustado muchísimo pues es una historia preciosa, tierna, dulce, evocadora y muy muy conmovedora. Es imposible no leerla con el corazón en un puño, meterse en las historias de una familia tan normal o tan extraordinaria como pueda serlo la nuestra, sonreir y sufrir con las circunstancias de Sebastian, querer darles consejo….; en definitiva, es un libro que se vive. No os voy a mentir: hay algún momento duro. De hecho, me duró un día más de lo previsto porque en un determinado punto no podía parar de llorar y me era imposible seguir leyendo. Pero, como he dicho más arriba, no es un libro duro ni verdaderamente triste pues tiene un toque optimista y gran alegría de vivir.

Por todo lo dicho, muy recomendable

Podéis comprarlo en Popular libros

Reseñas de los demás participantes:

.- Raquel Antúnez de Contra los límites

.- Porlomenix de Bourbon street

.-  Marilú Cuentalibros de Marilú Cuentalibros

.- Tatty de El universo de los libros

.- Lupa de Acurrucada entre letras

.- Margari de Mis lecturas y más cositas

.- Carmina de De tinta en vena
.-  Lectora de Tot de Momentos de silencio compartido