"El manuscrito de Avicena" - Ezequiel Teodoro

La verdad es que este libro me llamó la atención desde el mismo momento en que supe de su existencia. ¿Por qué? Pues, simplemente, por el título en el que se contenían dos palabras –manuscrito y Avicena- que me hacían pensar que sería el típico libro de mi estilo. Manuscrito suena a libro, papel, legajo, escritor… y ya he comentado alguna vez que me encantan los libros que tienen a otros libros –o similares- por objeto. Avicena porque es un personaje histórico lo que me hacía pensar en que estaba antes una novela histórica o ante un thriller pseudo-histórico. El resto de la portada –una puerta árabe con rascacielos newyorkinos al fondo- y, por supuesto, la sinopsis ya concretó el asunto: se trataba de un thriller pseudo-histórico. Al poco tiempo, nuestra compañera Kayena de Negro sobre blanco nos deleitó con una magnífica reseña de la novela – a la que daba la máxima puntuación- así que supe no que quería leerla sino que tenía que leerla. Tuve la inmensa fortuna de que por aquellas fechas el propio escritor, Ezequiel Teodoro, se pusiese en contacto conmigo para ofrecerme su novela. Os imaginaréis que dije que sí. Al poco la tenía en casa con una preciosa dedicatoria (muchas gracias Ezequiel).

Desde entonces (no hace demasiado) me guiñaba el ojo continuamente desde mi estantería. Con los libros que me llegan de esta forma suelo seguir el orden estricto de llegada y no suelo adelantarlos salvo excepciones, por mucho que me guiñen ojos, muevan sus lomos o aleteen sus hojas seductoramente ante mí. Pero, como digo, hay excepciones y ésas suelen venir propiciadas por lecturas conjuntas o clubes de lecturas de los que tanto abundan últimamente en internet, ya sea en los blogs, ya en las redes sociales (facebook básicamente). Éste ha sido el caso: en diciembre, Ezequiel creó un club de lectura de su novela en facebook a la que lógicamente me apunté. Puso unas fechas para ir comentando poco a poco el libro así que “no me quedó más remedio” que adelantarle unos cuantos puestos y empezar a leerlo. La semana pasada se suponía que comentábamos los tres primeros capítulos (unas 100 páginas) pero para el sábado yo ya lo había terminado. Y es que el libro me ha enganchado y de qué manera…

Ezequiel Teodoro

Ezequiel Teodoro nació en Ceuta y es periodista desde hace veintidós años. Ha cultivado el relato breve desde la adolescencia, publicando en una colección de relatos de la Escola d’Escriptura del Ateneu barcelonés y en diversas páginas literarias de Internet.

Desde que inició su andadura profesional ha trabajado en distintos medios de comunicación de carácter local y nacional (El Periódico de Ceuta, COPE, El Faro de Ceuta, El Pueblo de Ceuta, Europa Press, así como en distintas revistas de información). En los últimos años ha ejercido su profesión en el Gabinete de Prensa del Ministerio de Fomento.

El Manuscrito de Avicena es su primera novela.

Datos técnicos

Editado por Entrelíneas Editores. Mi ejemplar pertenece a la segunda edición. Edición de gran tamaño, tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-9802-517-0

Páginas: 412

Precio: 25 euros

Año de edición: 2011

Argumento

En la antigua Persia, en el siglo X d.C. Avicena es un joven médico cuyos méritos hacen que consiga acceso a la biblioteca de Bujará la cual contiene todo el saber disponible en la época. En la biblioteca, Avicena se va a empapar de conocimientos, los cuales plasmará en un manuscrito. Pero éste contiene un secreto peligroso por lo que no puede caer en malas manos.

En la actualidad, el médico de familia Simón Salvatierra recibe la noticia de la desaparición de su esposa Silvia. Ésta es una importante investigadora que se encontraba en San Petersburgo al frente de una misteriosa investigación; tan misteriosa es que Simón ni siquiera sabe de qué se trata pues la claúsula de confidencialidad que Silvia había firmado y el poco contacto que ambos esposos han tenido en el último año han hecho que no sepa realmente nada de su trabajo. Simón coge el coche y se dirige a San Petersburgo para intentar conocer qué ha sido de su esposa. Cuando se encuentra aún en España, para en una estación de servicio para comer y repostar; al volver a su vehículo, es atacado por unos desconocidos. Afortunadamente, un valiente joven les ahuyenta y salva a Simón. El joven se llama Javier y, curiosamente, se dirige también a Rusia haciendo autostop por lo que Simón decide llevarle.

Por otro lado, en Inglaterra, Alex, una trabajadora de un museo, descubre al volver a casa que alguien ha entrado en su apartamento y lo ha revuelto todo. Un inspector de policía llamado Jeff se va a implicar en el caso y va a acompañar a Alex en su aventura pues resulta que tampoco puede contactar con su padre el cual, curiosamente, también trabaja en San Petersburgo.

Finalmente, una célula de Al Qaeda pulula alrededor de todos estos personajes. Quieren hacerse con algo que cambiará el curso de la Historia. Podrán Samuel, Javier y Alex impedírselo? Si lo queréis saber, tendréis que leer la novela porque yo ya no cuento más…

Impresiones

“El manuscrito de Avicena” es lo que yo denomino  un thriller pseudo – histórico: una novela de acción y misterio que tiene algún ingrediente (situación o personaje) histórico. En este caso, la parte histórica vendría dada por el propio Avicena pero también por la organización terrorista Al-Qaeda (desgraciadamente, creo que ya podemos considerarla histórica), con presencia incluida de Bin Laden (poca) y de su sucesor Ayman al-Zawahiri. Me encanta este género de novelas, me atraen de forma irremediable: esa mezcla de historia y ficción se me hace irresistible. Y es que reúnen en un solo libro dos de mis géneros literarios preferidos: el histórico y el thriller o de misterio (aunque con evidente predominio de este último, está claro). Dentro de este género literario, los hay más o menos acertados, más o menos trabajados y más o menos “atrapantes”; éste es de los “más”, en las tres categorías: acertado, trabajado y “atrapante”. Contiene una buena historia, muy bien fundamentada y desarrollada, unos buenos personajes, muy buena documentación y engancha como ninguno.

Me sorprende mucho cuando oigo a ciertas personas decir que leer es aburrido. Cuesta esfuerzo, sí, requiere tiempo, también. ¿Pero aburrido? Está claro que no han leído novelas como ésta: no se puede considerar aburrido algo que te mantiene en vilo durante las 400 páginas que dura, que te engancha ya en el primer capítulo y te mantiene con las manos pegadas al libro, sin poder soltarlo porque quieres saber más y más; que te entretiene y que te proporciona unas cuantas horas de diversión. Leer esta novela es como ver una película de ésas en las que ni pestañeas pero mejor porque dura más horas y te mete más en la historia. No es un libro corto y, sin embargo, se me ha hecho corto pues no quería que terminase nunca. Se lee ávidamente, con fruición, queriendo saber en qué parará todo.

La historia de base es muy buena. El autor parte de un personaje histórico, Avicena, el médico más famoso de todos los tiempos después de Galeno y crea en torno a él un misterio que ha perdurado a través de los siglos. Un misterio que está a punto de desvelarse porque mucha gente quiere hacerse con él: el servicio de inteligencia español, el M16 inglés, Al Qaeda. Y es que el famoso manuscrito de tan insigne médico contiene un secreto que puede cambiar la vida de la humanidad entera. Para bien o para mal, depende de en qué manos caiga. ¿Os imagináis quién lo quiere tener para abyectos proyectos? La organización terrorista, está claro; piensa utilizarlo para acabar con los infieles, con nosotros, con Occidente; y, para ello, no dudará en hacer lo que mejor sabe hacer: secuestrar, espiar, asesinar. Para intentar evitarlo, están los servicios secretos de varios países: el español y el inglés en primera plana pero apoyados por los demás. Pero los dirigentes de los dos servicios secretos citados tienen también sus platos sucios e intereses particulares en la trama. Al final, van a ser personas particulares, Samuel, Alex y Javier las que, con su solo ingenio y las ganas de recuperar a su mujer el primero y de vengar a su padre la segunda, van a tener que tomar cartas en el asunto, exprimir sus neuronas y arriesgar su vida para desvelar el secreto.

Lo mejor de todo es que estos tres personajes, son personas normales y corrientes, que se van a ver en una aventura peligrosa, en una trama compleja en la que deberán arriesgar su vida, sí, pero siguen siendo personas normales. No sería creíble que un médico de familia cincuentón, acomodado, tranquilo, de repente se convierta en un superhéroe y empiece a escalar vallas con una semiautomática en la mano y una navaja en la boca. No lo sería y, afortunadamente, Ezequiel no elige la vía fácil y convierte a personajes ordinarios en superhéroes increíbles sino que los mismos evolucionan en la línea en la que probablemente lo haríamos nosotros si nos encontráramos en una situación similar. Simón sigue siendo el personaje tranquilo que es; tiene miedo cuando hay que tenerlo, se cansa si corre, le duele si le hieren, tiene dudas, siente y padece… en fin, es un personaje real. Como cada uno en su estilo. Incluso Javier que, dentro de los tres, por su preparación es el más cercano a un héroe potencial, se nos desvela también como una persona normal, preparada para ciertas cosas pero también con sus defectos y sus limitaciones. Son, en conclusión, un bonito trío de protagonistas: creíbles, bien desarrollados y con los que el lector conecta fácilmente. Es bonita la relación que se crea entre ellos, entre tres personas que, en principio, no tienen nada que ver: el tranquilo Simón, la “echada palante” Alex, el valiente Javier.

En cuanto al estilo y estructura, como ya va siendo habitual (tres de las novelas que he leído este mes siguen esta técnica), se alternan escenarios y épocas. Ya he comentado en alguna ocasión que yo disfruto con esta alternancia y en esta ocasión no iba a ser diferente. Por una parte, tenemos las escenas situadas en el pasado: protagonizadas por Avicena pero también por otros y, por otra, las situadas en el presente. Dentro de estas últimas, al principio hay también dos escenarios: el protagonizado por Simón (o, más adelante, por Simón y Javier) y el protagonizado por Alex. Los dos escenarios se juntarán a media novela y ya sólo tendremos la alternancia de épocas. Cada escenario o cada época aparece en un capítulo distinto, con un encabezamiento en el que podremos ver dónde estamos y en qué año. Así que no hay pérdida posible.

Es de destacar lo bien que se maneja el autor en todos los escenarios y épocas que aparecen en la novela. Si estamos en Persia en el siglo X, utiliza un lenguaje y una forma de expresarse que realmente hace parecer que estamos allí; lo mismo si estamos en Londres o en el Madrid de la actualidad. El autor cambia perfectamente de registro y consigue que el lector lo haga con él.

El Hermitage

Maneja igualmente Ezequiel a la perfección la técnica descriptiva. Aunque es una novela de acción, no todo van a ser diálogos, luchas y carreras. Hay también descripciones de lugares, personas e historias. Da el suficiente número de detalles para hacernos sentir en el lugar que describe, por ejemplo, pero de forma tan amena que no para el ritmo vertiginoso de la acción. En algunas ocasiones, más que leer, me parecía que estuviese asistiendo a la proyección de una película de lo bien que podía imaginarme lo que estaba pasando. Se me viene a la cabeza, por ejemplo, la escena de la iglesia: aún me parece estar ahí dentro. O la del Hermitage de San Petersburgo. O la de la mezquita. O tantas otras...

El estilo narrativo es ágil, sencillo pero trabajado, directo, sin circunloquios y sin perderse por las ramas. Ezequiel Teodoro escribe muy bien y nos regala una novela de hechura perfecta que demuestra que el entretenimiento no está reñido con la calidad.

Conclusión final

Si habéis tenido la santa paciencia de leer toda la parrafada que os he soltado, creo que no os quedará duda de varias cosas: que la novela me ha encantado, que la recomiendo y que tiene merecedísima la máxima puntuación.

Si os gustan las novelas entretenidas, que se pegan a las manos, que te atrapan sin remedio, ésta es la vuestra.

Pero, además de entreteneros, también os enseñará (u os hará recordar) algunas cosillas así que resulta también instructiva: podréis conocer un poco a Avicena, sabréis de la desamortización de Mendizabal, daréis un paseíto por el Hermitage y muchas cosas más.

Totalmente recomendable

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Retos: 

* 25 españoles: lectura nº 2

* 75 libros en 2012: lectura nº 4