De vuelta

Ya estoy de vuelta. Lo bueno dura poco: una semanita escasa de hecho. Pero, bueno, siempre es eso mejor que nada y lo bueno es que las próximas vacaciones, las de agosto, están a la vuelta de la esquina.

En el hotel había wifi y, más o menos, he podido leer e incluso comentar vuestros blogs así que no vuelvo demasiado desconectada. Lo que no he podido hacer yo es actualizar el mío; por falta de tiempo y por no tener nada que contar pues no he sido capaz de terminar ningún libro. Hay gente que en vacaciones lee más pero no es mi caso (antes, cuando era una chica soltera y sin compromiso, sí, llegaba a leerme un libro al día si no era demasiado largo...) , viajo con la family al completo, marido niño de 8 años y niña de 8 meses incluidos así que, estando con ellos 24 horas al día, poco tiempo puedo dedicar a mis lecturas.

He avanzado un poco el libro que empecé la semana pasada "Esperando al monzón" y he empezado "Crónica insignificante" de Emilio Casado (que, por cierto, me está gustando mucho).

Soy un poco cotilla para estas cosas y, lo mismo que en el autobús me gusta enterarme del libro que tienen entre manos los demás pasajeros (qué rabia me da cuándo soy incapaz de ver el título!), en la piscina he mirado atentamente lo que leían los demás bañista. Me han sorprendido sus lecturas: "El señor de las moscas", "Lágrimas de lluvia" (el último de Rosa Montero), "Riña de gatos" de Eduardo Mendoza y "Los ojos amarillos de los cocodrilos". Y digo que me han sorprendido porque normalmente a la playa o piscina se suelen llevar novelas más bien ligeras y ninguna de ellas las tengo yo por tal... ¿O no?

¿Lleváis vosotros a la playa y piscina lecturas ligeras o aprovecháis esos momentos de tranquilidad para leer, precisamente, libros más farragosos en los que no os podéis concentrar en los días de trabajo o estudio?

Yo, normalmente, me decanto por los thrillers y novelas negras (aunque no ha sido el caso de esta última semana). ¿Y vosotros?