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sábado, 15 de septiembre de 2012
Semana British: el té, la bebida inglesa por excelencia
Yo no soy muy británica que digamos. Me avergüenza confesar que nunca he estado en Inglaterra. Me gustaría pero no he estado. En el colegio estudié francés y en esa época en al que se empieza a salir fuera a perfeccionar el idioma, yo fui a Francia. No me arrepiento, ni mucho menos: los franceses tienen un país precioso y haber tenido la suerte de estudiar un veranos en un lycée francés en pleno valle del Loira o haber visitado tres veces París, no tiene desperdicio. Pero también me hubiese gustado visitar Londres, con su torre, su museo británico, su Harrods (sí, sí, qué pasa, que el alimento de la mente no está reñido con el alimento de la vanidad!je, je).
Tampoco sé mucho de literatura inglesa. Así como he leído a la mayoría de clásicos franceses, a los ingleses prácticamente les conozco de oídas. Así que, cuando vi esta preciosa iniciativa de Carmen, mi primera duda fue de qué hablar. Pero enseguida supe la respuesta: del té, claro: la bebida que los ingleses han popularizado y un capricho sin el que actualmente no puedo pasar.
Y es que, sí, soy una fanática del té.
Os cuento cómo lo conocí. A mí no me gusta el café: ni el sabor, ni el olor... nada, no me gusta. Ni descafeinado, ni en ninguna de sus variedades aparentemente más apetecibles. Cuando tenía 20 años viajé a Alemania, a casa de una chica que había conocido estudiando francés en Tours. En Alemania también son mucho de té. Para desayunar, el primer día me ofrecieron té o café. Me fui a lo conocido: café. Me lo pusieron con leche fría y estaba asqueroso. El día siguiente lo pedí con leche caliente pero me supo igual de malo. Así que al tercero pedí té ya que pensé que no podía ser peor. Y, la verdad, no fue peor. Algo mejor, no mucho. Pero como me gustó más y algo tenía que tomar a partir de entonces lo tomé todos los días y cuando volví a casa me había hecho una adicta.
Lo que allí aprendí a tomar fue té negro con leche y azúcar y esa forma de tomarlo sigue siendo mi preferida.
Me tomo una tacita por la mañana y otra después de comer. Luego, ocasionalmente, me tomo una taza de té verde con vainilla que no me gusta tanto pero se supone que es más sano.
Me sabe a gloria. Y si sustituyo la leche normal por leche condensada ni os cuento. Aunque una amiga inglesa (perdón, escocesa) me dice que el té se toma solo, sin leche y sin azúcar, qué le vamos a hacer, yo soy una chica muy dulce.
El té es la infusión de las hojas de una planta. Según la variedad y la forma de recolección, da lugar las diferentes variedades de té. Las más conocidas son el té negro, el verde y el rojo. Pero también hay té blanco (el puro era la bebida de los emperadores chinos y sigue siendo la variedad más cara) e incluso azul (que nunca he tenido ocasión de probar)
Aquí podéis ver una plantación de té:
Y aquí las hojas que se hacen infusionar mediante el añadido de agua hirviendo:
Aunque a veces da la impresión de que hayan sido los ingleses los que inventaron el té, nada más lejos de la realidad: ya se consumía en China más de 250 años antes de Cristo. El descubrimiento del té fue una maravillosa coincidencia. Su descubrimiento se atribuye al erudito emperador chino Shen Nung, quien durante su mandato ordenó como obligatorio hervir toda el agua destinada para el consumo humano. Un día, mientras descansaba a la sombra de un árbol de té silvestre, una ligera brisa de verano agitó las ramas del árbol, desprendiendo varias hojas de sus ramas. Por buena fortuna, las hojas cayeron en el agua que estaba hirviendo. La infusión adquirió entonces un aroma agradable, que despertó la curiosidad del monarca por probar tal mezcla. La bebida, deliciosamente refrescante y reconstituyente, le cautivó instantáneamente. (extracto sacado de la Wikipedia
Cada uno tiene su forma de tomar el té. En Inglaterra se toma por las tardes, a las cinco, como una forma de engañar al estómago hasta que llegue la hora de la cena. En China hay incluso una ceremonia, la ceremonia del té:
En los países más cálidos se suele usar el té para combatir el calor. En los páises árabes prefieren el té verde, al que también se suele conocer como té moruno
En Europa se suele acompañar de pastas (inglesas) o bizcochos
Sea como fuere, lo cierto es que el té está delicioso.
El té tiene también cabida en la literatura. No hay novela inglesa (y de otras nacionalidades también) en la que los personajes no se tomen una taza de té. Si hace frío, el té calienta; si estás plof, te sube el ánimo, si has tenido un disgusto, te reconforta.
Todos son bondades: es líquido por lo que sirve para llegar a esos dos litros de líquido que los expertos suelen recomendar beber al día, no aporta calorías (salvo si le añades azúcar), no tiene tanta cafeína como el café pero ayuda a entonarse, es barato y fácil de hacer.
A mí me encanta. ¿Y a vosotros?
Yo ya sabes que soy de café,café,el té no me gusta,si la manzanilla o el romero pero el té no,besos
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ResponderEliminarYo tampoco soy muy británico, jeje (viviendo en el extremo del Mundo es poco probable), pero siempre he admirado la cultura de Inglaterra. Sobre el té, bueno, tomo lo normal, a veces; prefiero el café. Me llamó la atención cuando dijiste que se servía con pastas, ¡a mí eso me gusta! Galletas, muffins, o pasteles.
ResponderEliminarUy!, que hoy has escrito mucho. Yo también soy de las que estudiaron francés, pero luego aprendí también inglés y si fuí a Londres. Me encanta el café en todas sus variantes, pero.... también el té, el rojo, el verde, el blanco, de los que venden con sabor a canela.......... adicta a todos!!!.
ResponderEliminarGracias por la entrada, me ha parecido muy interesante. Besos, Mª José
Uff yo soy totalmente adicta al café. Por la mañana, por la tarde, su olor, su textura pero, eso sí del buen café. El té pues la verdad es que no me va mucho, aunque podría tomar más.
ResponderEliminarUn besito
En Inglaterra lo tomé mucho más que aquí, dado que ahí el café es desastroso. Recuerdo que una tarde estuve tomando tés sin parar y por la noche no pegaba ojo. Es muy estimulante y no tan excitante como el café. En mi casa, a veces tomo uno, pero soy más de café. Lo tomo descafeinado de máquina que está igual de bueno y encima no es tan estimulante.
ResponderEliminarPues yo no soy mucho de té, más bien nada de nada, de vez en cuando un té verde como mucho... Me gusta mucho más el café
ResponderEliminarbesos
Yo comencé a tomar te después de pasar mi primer mes en Inglaterra. Me encanta y suelo tomar una o dos tazas diarias, sin leche y un poco de azúcar.
ResponderEliminarSoy más de café. Pero de vez en cuando sí me gusta tomar un buen té, sin leche. Me ha gustado la entrada!
ResponderEliminarBesotes!!!
Pese a esta entrada tan instructiva, seguiré siendo cafeconlechero,
ResponderEliminarbesucus
A mí también me encanta el té, tanto como el café. Eso sí, yo como tu amiga la escocesa. Té (preferiblemente negro)puro, sin leche ni azúcar. Bonita entrada.
ResponderEliminarUn beso shakiano!!
Me ha encantado la entrada y me encanta también el té. Yo tomo té rojo o verde, frío, con hielo y endulzado con edulcorante. Ya que el negro te gusta tanto lo probaré a ver que tal.
ResponderEliminarBesitos.
Tomo poco (poquísimo) café, y menos té, aunque eso es porque no tengo costumbre... Las pocas veces que tomo café tiene que ser descafeinado, con leche y con mucho azúcar. Y el té solo lo tolero más que el café, pero con esta entrada me has recordado que tenía pendiente probarlo con leche. =)
ResponderEliminarBesos!
A mí también me encanta el té (como bien habéis notado últimamente en mi blog) así que compartimos temática en la entrada de la semana british!! Es que era inevitable que apareciera la palabra "british" y no pensáramos en té, ¿a qué sí? Mi favorito también es el té negro y me encanta eso de poner "una nubecita" de leche :-)
ResponderEliminarA mi no me gusta nada el café, de hecho en el trabajo se sorprenden de lo despierta que estoy sin tomarme ni una sola taza. Me encanta el té en todas sus variedades y ahora mi favorito es el té negro con naranja y en vez de azúcar una cucharadita de miel, mmm...
ResponderEliminarMuy buena entrada, me ha encantado
D.
Tienes toda la razón, el té reconforta. Si pasa algo malo, Keep Calm and Drink Tea XD. Y oye, que nadie te diga cómo se toma el té. El té se toma como a uno le da la gana. Faltaría más ;o) Yo lo tomo con leche. La variedad que más me gusta es English Breakfast. Además, me encanta leer que un personaje está tomando té XD.
ResponderEliminarBesotes con teína.
A mi si que me avergüenza decir que no he probado el té nunca!! Podría decir que soy más de café aunque tampoco mucho.
ResponderEliminarBesos
El café me gusta, pero sólo el olor del molido... El té comencé a tomarlo hace unos pocos años, mi favorito es el rojo, aunque no hago ascos a ninguna otra variedad. Lo prefiero con agua, nada de leche, que no me gusta nada y, para mi gusto, lo estropea.
ResponderEliminarPues mira, a mí no me gusta pero me encantaría que me gustara. Me encantan todas esas teteras, tacitas y utensilios varios para hacer té. También las variedades de té puesta en cuencos o cajitas. Pero... no soporto el sabor del té :-( Una pena.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada. Muy curiosa :-)
Besos!
Lo adoro en casi todas sus variedades. Y no solo me gusta el té sino el ritual de tomarlo calentito con un libro en la mano. Me predispone a una lectura agradable...
ResponderEliminarKisses,
Yo soy de café por la mañana y té por la noche (se ha convertido casi en un ritual). Y, aqui entre nosotras, no creo que hay nada de lo que avergonzarse :) Buenas noches.
ResponderEliminarQue entrada más interesante laky, yo como te puedes imaginar con el título de mi blog, me pasa como a tatty soy adicta al café, pero el té me gusta mucho también. Y el té verde marroquí es de los que más me gustan. Creo que lo más importante es tener un momentito de relax, un espacio acogedor, un libro cerca y un té....o un café.
ResponderEliminarFeliz domingo.
Qué entrada tan chula. :-) Mira, tú no has estado en Inglaterra y yo aún no conozco París, así que... A mí también me gusta mucho el té, y de hecho en casa tengo ni se sabe cuántas variedades diferentes; aunque lo de solo y sin azúcar no me animo con ello...
ResponderEliminarMe ha encantado esta entrada, sobre todo la parte de cómo conociste al té! Yo cada vez estoy aficionándome más a esta bebida, a la que, al igual que tú, le echo azúcar, por muy poco ortodoxo que sea! 1beso!
ResponderEliminarGenial la entrada!! yo he empezado a tomar café,muy fojito este año, el té también me gusta mucho, aunque no he probado el negro. Mis favoritos son el roiboos y uno que compro en una tetería que lleva algo de canela y naranja y se toma con leche. Un besote!!
ResponderEliminarAh!! Yo he estado en Londres, una sóla vez, tres dias de un puente, me cundió, pero quedó tanto por ver...He viajado muy poco, porque no he podido, ya tendré ocasión, eso espero...París es mi sueño frustrado, estuve casi alli, pero los controladores me impidieron llegar, y ya no he vuelto a tener oportunidad. Oye, podriamos hacer más adelante una variedad del reto de Carmen, semana francesa :-P Un besote!!!
ResponderEliminarJe je je....me encanta el té...Y con leche lo he probado hace poco y da un resultado muy curioso...me gusta...aunque últimamente lo tomo menos que antes
ResponderEliminarMe ha encantado tu entrada. Adoro el té. Odio el café. Si tal un café corto (con mucha leche) o el Capuccino (lo probé hace poco) :D
ResponderEliminarNunca he probado lo de mezclar el té con leche. Dicen que es muy rico, pero no sé que me da por la mezcla en sí :D:D
Me ha gustado mucho las anotaciones de la historia del té. El problema aquí es que parece que la historia sólo existe el DC, donde hubo muchas invasiones y conquistas u_u Y siempre nos olvidamos de la historia antigua, jeje.
Saludos gatunos. Miaau!
Es que está muuuy rico =)
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la entrada, yo lo tomo con leche! =P
Besotes